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Abrí mis ojos sintiendo el vacío a un lado, la luz natural entraba por la ventana de aquella habitación.

<< Emeric >>

El fue lo primero que vino a mi mente.

Tome asiento mirando hacia todos los rincones de la habitación pero no había señales de Emeric.

Pero era costumbre de el levantarse mas temprano aunque hubiera deseado verlo.

Me levante y me dirigí directo al baño sin dejar de pensar en lo que había sucedido.

<< Deja de sonreír como estúpida >>

Tomé las primeras prendas que encontré y Sali de mi cuarto bajando las escaleras.

—¡Hasta que al fin despiertas! —exclamo Marion con una sonrisa— ¡Adivina!

Ella señalo al sofá donde Lilian se encontraba recostada cubriendo su rostro con sus manos.

—Lilian no durmió aquí... recién regresa de dormir con Simon —dijo Marion entre risas.

Me acerque a Lilian que parecía no estar del mejor humor.

—Según ella no sucedió nada pero déjame dudar de ti amiga —Marion se acerco— ¡La muy perra tenia un alto nivel de alcohol en sangre! Y se desmayó...

A mi mente vino otra vez Emeric. ¡Oh Emeric!

—Obviamente que deje que Simon se encargara... ¡Elise! —exclamo de repente haciéndome salir de mi nube.

Moví mi cabeza y sonreí fingiendo atención a lo que estaba contando.

—¿Estas bien?... —Marion se acercó a mi y me observo con los ojos entrecerrados— mmm creo que algo sucede ¿Dónde estuviste anoche?

¿Qué iba a decirle? Trague saliva quería contarle lo ocurrido con Emeric pero la necesidad de verlo seguía allí presente.

—Me dormí y eso... —ella entrecerró sus ojos no muy convencida de mi respuesta.

—Tampoco lo vi al ser insensible —Marion se cruzo de brazos y yo sonreí.

—Vamos deja de interrogarme esta tarde regresamos a casa —dije mirando a Lilian que se levanto lentamente.

Las tres nos dirigimos hacia el edificio principal y entramos al comedor.

Marion diviso primero a los chicos y avanzo hacia ellos.

—Hola bestia —saludo ella animada.

—Amorcito no doy mas del dolor de cabeza... —dijo Alban que llevaba puesto unos lentes de sol.

Mi corazon empezó a latir con rapidez al ver a Emeric con la vista en su teléfono.

—¿Cómo te sientes bebe? —pregunto Simon acercando a el a Lilian que llevaba también unos lentes de sol.

Mis piernas no respondían me sentía estúpida.

<< ¡Muévete Elise! >>

Me acerque a la mesa dudosa donde tomar asiento. El levanto su cabeza y me miro.

Esa mirada que no duro ni dos segundos.

—Elise ¿Dónde estuviste anoche? —pregunto Simon que estaba sentado al lado de Lilian.

—¡La muy perra se negó a responderme! —Marion se paro a mi lado.

Pero no podía dejar de mirar a Emeric que poca importancia le había dado a mi presencia.

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