La puerta se cerró y el se acercó a mi, mire hacia la gran pantalla que tenia en frente mio.
—Puedes irte se cuidarme sola —dije evitando mirarlo.
El hizo silencio y se sentó a mi lado.
—Lo siento no debi actuar asi —gire mi cabeza para mirarlo.
—No entiendo... primero me dices que te importo te comportas de una manera —me puse de pie— y luego me ignoras.
—Elise —el también se puso de pie quedando frente de mi.
—¡No Emeric! ¡Dime que es lo que quieres! —exclame dejando escapar algunas lágrimas.
El solo me miraba y eso me estaba haciendo molestar.
—¡Haz lo que se te de la maldita gana! —indignada me di la vuelta para alejarme de el.
Pero su mano me detuvo, me gire zafándome del agarre.
—Espera —dijo mirándome a los ojos.
—¿No lo entiendes? —negué con mi cabeza y me dirigí hacia la puerta.
—¡Elise! —exclamó el a mis espaldas.
Abrí la puerta con la intención de salir de allí, de mi propio hogar, pero quería estar lejos de el.
Pero en frente mío una mujer de ceño fruncido y cabello blanco estaba de pie.
—Elise —dijo la mujer seriamente— ¿Dónde esta mi nieto?
Emeric apareció en ese momento parándose a mi lado.
—¿Qué hace usted aquí? —pregunto el mirando a la mujer de la misma forma.
—Tu atrevimiento no me sorprende —dijo mirándolo de arriba abajo— deben venir conmigo.
Fruncí el ceño al oír esa simple oración. ¿Ir con ella? ¡Mil veces no!
De solo ver su cara de amargura me generaba molestia. Que solo con su mirada juzgaba a cualquiera que veía.
—Mi abuela dijo que podría quedarme aquí —dije evitando mirarla a los ojos.
—¿Acaso no oíste lo que dije? Los dos súbanse al auto —mire a Emeric que miraba a su abuela con el ceño fruncido— no quiero oírlos. ¡Apúrense que no tengo tiempo para perder!
Ella se dio la vuelta para subirse a la camioneta negra que esperaba afuera.
No quería hablar con Emeric y mucho menos quería contradecir a la anciana.
—Vamos Icy —dije levantando a mi perrita y tomando mi bolso de mano.
No tenia la vestimenta adecuada el short deportivo y los tenis que al menos estaban limpios.
Sin mirar a Emeric me subi a la camioneta.
—¿Por qué traes a ese a animal? —pregunto ella que estaba sentada en el asiento trasero.
<< Maldita sea >>
—No quiero dejar a mi mascota sola —respondí envolviendo a Icy entre mis brazos.
Emeric se subió también con Buggie en sus brazos. Mi lugar estaba en el medio, pero la señora Sucette miraba fijamente por la ventanilla.
Los dos perros iban tranquilos sobre nuestros regazos.
El camino a la casa de los abuelos Fortier fue un poco largo ya que vivían prácticamente al otro lado de la ciudad.
Al bajarnos me sentía ajena y para nada cómoda. No solo porque seguía molesta con Emeric si no porque los abuelos Fortier tenían sus costumbres y sus propias reglas.
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Confía en Mí
RomansaDos hijos de unos importantes empresarios están obligados a casarse, pero Elise Fontaine no está dispuesta a casarse con alguien que no se lleva bien, pero hará lo posible para poder acercarse a Emeric Fortier. ¿El lograra enamorase de ella?