Elf

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La situación con el alemán no parecía mejorar así que decidió tomar el móvil en uno de sus bolsillos y mandarle un mensaje a su hermano Kazajistán, necesitaba ropa limpia y algunas otras cosas de su oficina.. vaya....¿Realmente lo estaba pensando siquiera?, eso no era una pijamada de niños, estaba en la casa de alguien que podía cortarle el cuello mientras dormía si bajaba la guardia. Pero no podía irse, su conciencia no lo dejaría en paz si lo dejaba solo y este hería a alguien más o a si mismo como aquella ocasión de sus dedos ya casi curados.

• • •

Otra vez estaba en esa lugar oscuro, la única luz existente alumbraba directamente desde arriba a lo que parecía ser una persona extrañamente borrosa y oscurecida que tenía en brazos a... a Federal, que alzó una de sus manos saludándolo con una sonrisa pícara antes de reír haciendo señas de que se acercara a ellos. Sus pies caminaron automáticamente sin poder pensarlos antes dirigiéndose hasta quedar frente a ambos, entonces la figura más alta di un par de pasos saliendo de las sombras.... era Dritte Reich con una expresión neutra y una tonalidad grisácea, entonces sintió inmensas ganas de correr para a alejarse lo más posible de ese genocida.

Pero su pequeño hermano mayor tomó su mano con cuidado esbozando una sonrisa ligera cariñosa, sintió su piel erizarse cuando el de uniforme negro puso también la suya sombre la de ambos tricolores pero... todo después se tornó en una sensación de seguridad que lo hizo sentir confundido pero extrañamente muy tranquilo hasta que su visión se hizo lejana.

Se estiró ligeramente, bostezando y sintiendo una ligera molestia en sus ojos. Antes de abrirlos se mantuvo quieto un rato sintiendo calidez bajo su pecho mientras respiraba lentamente.. respiración que luego sintió como dos a la par de algo rodeando su cintura con suavidad. Eso le causó preocupación por lo que abrió los ojos viendo borroso unos instantes antes de que su vista se acostumbrara y pudiera distinguir que estaba sobre alguien con camisa, el Ruso, con su ligero aroma a orégano de mezcla con romero y un sutil perfume masculino impregnado en la ropa. Casi le da un infarto cuando al sentir movimiento y una respiración agitada el azabache abrió ligeramente un ojo para observarlo en silencio.

-..Per..Perdón, yo no.. -Alemania se asustó paralizado por su nerviosismo y pequeños temblores sin poder dejar de mirarlo con sus ojos abiertos en su totalidad mientras tartamudeaba-.

-No pesas.. -Se limitó a responder el eslavo soñoliento minimizando la situación que en realidad le daba completamente igual, aún así se levantó cuando el de suéter oscuro se alejó casi de un brinco, al parecer estando ya algo mejor por lo que dio los pasos necesarios para llegar hasta la entrada y abrir la puerta-.

-¿Te vas ya?.. -El de ojos celeste murmuró mirándolo aún desde el suelo, con una extraña mezcla de sentimientos y expresiones mezclándose en su rostro, se veía como un niño que no quiere quedarse solo cuando lo dejan en casa-.

-Me dejaron un paquete, por lo que voy a invadirte un tiempo más -Él la reconoció, esa expresión de pena que hacía de pequeño cada vez que su padre le decía que fue llamado al frente y debía comportarse para cuidar los terrenos con sus hermanos-.

Dejó la bolsa de tela con diseños invernales sobre la mesa en la que aún estaba el plato de sopa ya frío y caminó hasta quedar frente del alemán, ladeó un poco su cabeza a la izquierda y extendió su diestra para que el otro la tomara ayudándolo a levantarse, una vez estuvieron cara a cara el mayor soltó la mano del contrario de manera lenta sin apartar su vista de él hasta que en silencio se giró para tomar sus cosas y entrar al baño principal para cambiarse el traje con el que había salido de la oficina hace casi ya dos días.

Al salir algunos minutos después, notó que el de piel amarilla estaba sentado otra vez a la mesa, comiéndose la sopa fría... eso inevitablemente lo llevó una vieja memoria suya..

-Нет.. Я не хочу, пожалуйста, брат! -El pequeño ruso chilló forcejeando para liberarse, sus lagrimas ya habían empapado su rostro enrojecido por el esfuerzo.. estaba solo a merced de su hermano mayor que lo miraba enrabiado, fue el único que no tocó su comida durante la cena y ya los otros se habían ido a dormir en el otro extremo de la mansión-.

(No.. no quiero, ¡Por favor hermano!)

-Проковтни цю прокляту річ, або я клянусь, що засуну тобі її в ніс, зроби це! -Dio un golpe directo a su espalda con su otro puño sin soltarlo, la diferencia de alturas era la suficiente para mantenerlo quieto en su lugar aplicando fuerza-.

(Trágate esa maldita cosa o juro que te la haré tragar por la nariz, ¡Hazlo!)

-пожа.. пожалуйста пожалуйста... -La voz del de ojos lavanda casi se ahogó cuando el bicolor más alto comenzó a tomar la espesa sopa de sémola con su diestra para meter la comida con fuerza a la boca ajena y si intentaba morderlo su otra mano jalaba con más fuerza los cabellos del niño que sufría intentando mantener la respiración sin atragantarse sintiendo como su estómago comenzaba a dolerle, esa comida no le caía bien-.

(Por.. por favor...)

-..Te la calentaré y pondré más carne... -Murmuró el ruso retirando el plato de frente al tricolor que lo miró confundido hasta que habló y entonces recibió un asentimiento tranquilo al comprender, revivir el recuerdo de uno de sus muchos traumas con la comida le hizo mantener un repelús en la espalda pero aún así atendió al dueño de casa que se mantuvo en silencio hasta que lo vio regresar con la sopa tibia y le regaló una ligera sonrisa agradecida-.

¿Cuál esa la historia tras esos ojos cansado?, tú.. ¿Qué viviste?

Ṙ̷͇̪̆̊ȩ̶̞͉͚͇͂̉̋͒͋͋͗̉͘͘ṇ̸͈̽ͅn̸̨̢͙͔̑́̓̎e̵̝̫͉̪̦̫̔̉̿́̐̽͋̾͝ͅ ̸̲͙͗͛̓͆̉s̶̯̹͚̘̜͇͕͌̀̔̂͛̕͜o̵̞̿͌̾̕͜ ̴̘͎́͑͐̀̊̀̈̏̄͠w̷̰̟̟͇̜͖̒̀̀ȅ̷̟͍i̴̥̘̤͈̳̓̍t̷̡̡̨̥̹̥̯͍͙͌̄̂̇̃̄̄̂͋͝ͅ ̵̨̻͚̰͕̝̿̀͐͗̒̊͠ͅď̸̛̛̩͕̥̫̉̾ữ̷͎̅̆͝ͅ ̵̣͖̼̜͉̬͎̙̏̋̋̂̈́͗͝͝͠k̵̬̜̯͖̜̤̺̺̟̄́͜ǎ̸̭̤͔ņ̵̪̪͙̺͚͌̐̐̃n̵̠̜̹̘̭̯̞͒̽͒̅̉͊̈́̕͘͜ͅs̸̹͚͕͎̙͚̰̹̓̓͋͗̚͝t̸͉̳́̇͜,̴̥͋̍̋̔̋̾̈͊͂͝ ̶̧̛͍͔̥̽̃̐͘͝ḍ̸̡̥̊̃̈́͜͜i̶͈̘̤͛ȩ̴̥̟̥̠̻͈̬̱́̌̚͝ ̷͖̭̐̔M̸̡̡̼̞̦̞̺̯̒̀̆̇́̌̔̿͐̅͜a̶̱̝̗̪͈̬͇̜̖̓̒̀͊́̇̿̅ù̴̧̧̩̪̟̩̗̗̲̘͆̾͒̑̂͛͝ė̸̛̪͉̖̗̘̭̟̯̤́̂͊̀r̴͚̳̪͈̝͎̼͕̮͚̅̋̆̑́͘n̷̡̦͇̰̭̬͎͓̈̈̈́̍͑̾̊ ̴̧̛̺̖̝̦͙̫͚̖̬́͐͒͐̄̌̏͝͝w̴̺͔̎̄̅̇̆̐̋̄̋̕ḙ̷̦̈́̊̈́̈̊̈́̾̑͠ͅr̸̨̦͕̟͒̏͑̐͐̽͂͝d̵̡̛͕̖̞̰̗̻̻̝̂͌̓͆̈́͌̂̈́̎ͅe̴̟̥̿n̴͎̹̈̚͜ ̷̨̼̪̜̦̠͙̤̃̇͂̀ĕ̵̖̍ȋ̷̜̳̮̫͒̉̾͆̈́͠n̵͈̤͂̇̀͆͛̄́͛͝͝ṡ̴̛̳̤̬̬͕̠͔̒͌͋̃̃͜t̴̳̗̫̰̪̪̎ü̵̢̯̪̤͚̤͑ͅŗ̴̛̘̻̍̀͒̋́͂̊͝z̸̡̧̤̻̳̻͕̐͋́̿̈́ȩ̴͉͓̺͙͈̪̔̀̈̄̋̓͗̚n̵̡̬̲̈̏̆͛́͝͠ͅ ̸̮̱͎͕̘̥̩͈͈̤̂ų̸̺̾͆̃͂̔̿̾̈́͋ṅ̷̨̧̦̘̹̜̣̠̪̠͆̒͐̽͝d̴̡̠̫͙̺̱̦̥͓̈͝ ̸̩̪̜͚͑d̴̡̼͋̓̄̈̀̕u̸͉̱̣͖̱̫̗̙̍̐͑͗ ̴̢̛̭̖̣̤̖͕̬̔̉̋̒̑͒̐̑̚w̴̧̨̘̜̏̄̽͊i̴̞͎̤̮̿͜ͅr̴̝̮̅͂̂̉̽̀ṧ̵̢̛̖̘̗̯̱͓̲̜̻̾͑̏̈͘͝t̴̻͍̻̀́̔̈́͐͌̀̈ ̷̦̪͘z̶̻̯̣̜̩͈̮͂̀̆̌̄̽͋̂͘͜͝ẹ̸̰͚̻͈̣͖̥̔ṟ̶́͊͒̋q̸̜̾̿̄̍̿͐̒̂u̵̻̤̫͇͕͚͓͔̤̎̋̌̾̓͛e̸͔̯̗̥̜͋t̸̙̟̃̇s̵̨̻͍̗͉̟̦̥̯̭͒͂́́̉͑͑̈́͠͝c̴̡̱̖͉̰̭͍̝̣̭̈́̄͝h̷̩͍̃͒̍̎̃ṯ̷̛̠̫͍̞̾̿̊̈́̕͘͠͝͠.̶͔͐̑.̴̧̬͈̟̩̗̹̰͆̿̀͜

P̸̭̜̪̱͌͊̊̈́̔ą̶̲̾͐͛̐ȓ̸̼̀̅͂à̶́̐̏͜͠n̴̛͚̭̓̎͊̍ȯ̷̹͐i̴͖̓̌̃̀̈́̾̒ȃ̶̈́̂͐͗̀́͠  /RusGer/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora