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Era otra noche más como las anteriores desde hace ya algunos meses, el germano silencioso iba entre las sombras cuidando no hacer ruido alguno que pudiera atraer la atención de los guaridas vigilantes de la zona Este de su gran castillo. Tras algunos minutos girando entre pasillos consiguió colarse en una de las habitaciones finales con una sonrisa pequeña pero pícara, provocando que su ocupante diese un ligero salto del susto dejando de bordar para mirarlo sorprendido.

-Trochę późno, myślałem, że już nie przyjdziesz.. -Inició el bicolor en voz baja, el silencio nocturno causaba mucho eco y.. nadie debía enterarse-.

(Es algo tarde, creí que ya no vendrías..)

-Regen oder Sonnenschein.. Ich werde immer für dich kommen, mein lieber Polen.. -En el mismo tono respondió el dueño del territorio, ya lo suficientemente cerca para poder acariciar su mejilla con suavidad mirando encantado sus hermosos ojos azul oscuro-.

(Llueva o truene.. yo siempre vendré por ti, mi querido Polonia..)

-...tęskniłem za tobą, Kaiser.. -El rubio lo abrazó apoyando la cabeza en su pecho, la diferencia de alturas era algo clara pero le gustaba así-.

(...Te extrañé, Kaiser..)

-Du bist das Einzige, woran ich tagsüber denke, ich habe mich danach gesehnt, dich zu sehen -Deutsches Kaiserreich apagó las velas antes de tomarlo en brazos y acostarlo en la cama cercana, se quitó las botas junto a parte del uniforme para así posicionarse tras su espalda envolviéndolo con sus brazos, dejando pequeños besos lentos en su cuello-.

(Eres lo único que pienso en el día, estuve añorando poder verte)

No era necesario que pasara algo, simplemente le gustaba colarse cada noche en su habitación para dale cariño hasta que durmiera y se retiraba antes del amanecer como si fuese solo un sueño bonito, aunque estar juntos en libertad en realidad lo era.. uno muy lejano. Su madre Prusia mantenía a todas sus comunidades ocupadas bajo vigilancia en el castillo para evitar que estas pudiesen revelarse. Aperas era un joven de cargo recientemente asumido la primera vez que vio al polaco, este vestía como sirviente al igual que los demás pero su profunda mirada y expresión tranquila robaron su corazón desde el primer segundo, durante semanas no pudo dejar de pensar en él hasta que tuvo el valor de acercársele cuando este hacía sus labores cuidando el jardín... fue como ver a un ángel entre los rojos rosales.

Su relación era un secreto que debía guardarse bajo siete llaves, lastimosamente eso fue la causa de su doloroso final.

-Mutter, genug, ich will niemanden heiraten. -El de esmeraldas repitió intentando apelar a la razón de su caprichosa progenitora, estaba comenzando a desesperarse pues ya todo el castillo estaba hablando de eso y su amado no quería ni mirarlo de la pena-.

(Madre, basta, yo no quiero casarme con nadie.)

-Ich frage Sie nicht, ich sage Ihnen, dass ich mich gerade mit der Tochter des österreichischen Idioten verlobt habe, jetzt gehen Sie bestellen.. sie kommt morgen Mittag und ich will alles makellos. -Preußen no dejó de firmar documentos e invitaciones, a pesar de haber hecho líder a su hijo ella aún conservaba mucha influencia en el territorio como en el resto de Europa con sus colonias africanas-.

(No te estoy preguntando, te estoy diciendo que acabo de comprometer con la hija del idiota austriaco, ahora ve a ordenar.. ella llega mañana a medio día y quiero todo impecable.)

-Mutter, du kannst mir das nicht antun, ich liebe Österreich Ungarn nicht! -Su voz comenzaba a agitarse impaciente, la heredera de Imperio Austriaco ni siquiera le agradaba y sabía que era recíproco porque su madre le cortó un brazo al suyo durante las guerras-.

(¡Madre no puedes hacerme esto, yo no amo a Austria Hungría!)

-..Glaubst du, ich habe deinen Vater Sachsen geliebt, rede keinen Unsinn, Kaiserreich, und tue, was ich befohlen habe. -La de piel oscura le dio una mirada fría y seria, dejando en claro que no iba a cambiar su plan para joder a su rival y adueñarse de sus territorios sin importar usar a su único hijo para ello-.

(..¿Acaso crees que yo amaba a tu padre Sajonia?, no digas tonterías Kaiserreich y haz lo que te ordené.)

El joven imperio derrotado se encerró en su habitación el resto del día hasta que la noche se hizo presente, cruzó todo el castillo sin impórtale nada más hasta que llegó hasta el heredero de la Mancomunidad, estuvieron juntos uniéndose carnalmente hasta que los primeros rayos del sol los bañó con su luz... se despidieron entre dolorosas lágrimas deseando huir lejos a donde pudieran ser felices como tanto soñaron.

Una semana después la gran boda se llevó a cabo siendo noticia en toda la esfera de influencia intercontinental, el de ojos oceánicos se libró de servir en ese evento pero su alma se destrozaría tras algún tiempo en donde la pareja real anunció que estaban esperando a un heredero para la sucesión. Estuvo deprimido durante meses hasta que finalmente aceptó su destino, los días no se detuvieron para su lastimado corazón hasta que el momento del parto llegó.

Aquella mujer dio luz gemelos, de cabellos dorados y ojos del más puro esmeralda como su padre que los observó desde lejos durante un tiempo antes de decidir acercarse.

Para él había sido una tortura consumar su matrimonio arreglado con la de piel bicolor, evitaron mirarse sintiendo asco durante ese momento y por ello no quiso acercarse a sus hijos hasta que reflexionó que estos no eran culpables de nada. Comenzó a amarlos tal como a Polonia, imaginando que pudieron esos ser sus preciosos hijos si tan solo la vida los hubiera tratado mejor. Tener que mirarse como desconocidos para ocultar su gran amor los estaba matando por dentro con cada temporada que pasaba, Weimarer Republik y Drittes Reich crecieron como iluminados con gracia divina hasta que la tragedia comenzó.

Un hombre de Serbia asesinó al Archiduque del gobierno humano austrohúngaro, la de largos rizos castaños no tardó en hacer un escándalo empeorando la de por si delicada situación en conjunto a las viejas rivalidades que poseían los enemistados primos que por desgracia dirigían el continente, siendo su emperador uno de estos.

Durante los años de la Gran Guerra sucedieron muchas cosas.. entre estas que raptaran a Polonia para obligarlo a unirse a "La Triple Entente", él no tuvo elección y se vieron enfrentados por la injusta vida.... no podía matarlo, así que se rindió arrodillándose frente a él. Prefería estar muerto antes que vivir con el pecado de haber acabado con la vida del eterno amor de la suya. Así que los Anglo-Franceses aprovecharon para hacerlo firmar un maldito tratado que lo hacía echarse toda la culpa por los daños de la guerra y a pagar los estragos de la misma.

"Perdóname, mi amado Polonia.. nos encontraremos cuando el sol brille otra vez para nosotros..."

No pudo decírselo, pero su mirada débil se encargó de trasmitirlo al consternado bicolor hasta que se desvaneció en cenizas, tal como su madre y su esposa junto a sus aliados.

El de ojos oceánicos tomó las manos de ambos huérfanos sollozantes, absteniéndose de hacerlo porque si se permitía derrumbarse no podría superarlo jamás, los llevó devuelta a su castillo parcialmente en ruinas y sólo pudo cuidar de ellos apenas dos días antes que su gobierno humanos lo expulsara del territorio, No imaginaría que la Great Drepression norteamericana acabaría por cobrarse la vida de Weimar dejando totalmente solo a su gemelo menor... mucho menos que este tomaría el camino de la venganza. Durante los oscuros años 40's estuvo confinado nuevamente en ese viejo castillo ya restaurado, el de esvástica nunca lo tocó como a los otros pero apresarlo con una pesada cadena en el cuello fue igual de malo.

Tal vez había una maldición en la familia germana.. todos los que amaban estaban condenados a sufrir eternamente; Kaiser, Weimar y Dritte, se fueron de este injusto mundo de las peores maneras posibles a pesar de ya haber sufrido mucho en vida.

P̸̭̜̪̱͌͊̊̈́̔ą̶̲̾͐͛̐ȓ̸̼̀̅͂à̶́̐̏͜͠n̴̛͚̭̓̎͊̍ȯ̷̹͐i̴͖̓̌̃̀̈́̾̒ȃ̶̈́̂͐͗̀́͠  /RusGer/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora