- Buenos días – dijo Stella levantándome con una gran sonrisa – feliz cumpleaños – me abrazó y me entregó una pequeña caja, eran un par de aretes – es para hoy.
- Gracias – le sonreí para volver a abrazarla.
- Iré a preparar tu baño – asentí, me levanté de la cama y abrí las puertas de la terraza, era un día hermoso, me asomé al balcón y vi a Steve sentado como siempre, pero esta vez sí se percató de mi presencia, sonrió al verme y caminó hacia mí con algo escondido detrás de él.
- Buenos días, su Alteza – me dijo sonriente – es una hermosa mañana y creo que es porque estás de cumpleaños.
- Opino lo mismo – le respondí – perdone mi curiosidad, pero me parece o está ocultándole algo a su majestad – él rio.
- ¿Me permite subir? – asentí y de un salto subió, me sorprendí por su agilidad – yo no sabía qué se le puede regalar a alguien quien prácticamente tiene todo.
- Steve, no es necesario que me regales nada, tu simple compañía es el mejor regalo que puedo tener – le dije, él me miró sorprendido – ósea me refiero a que no hay nadie en Asgard con quien pueda hablar como lo hago contigo – él volvió a sonreírme.
- De donde vengo siempre le regalamos algo significativo a la persona que cumple años para demostrarle que la apreciamos, y yo la aprecio mucho, su Majestad – sacó lo que tenía detrás de él – me levanté muy temprano y estuve recorriendo los jardines de Asgard, me pareció la flor más hermosa de todas como usted, así que la traje para usted sin pensarlo – la tomé.
- Es la orquídea real dorada asgardiana – dije admirándola – ¿sabes lo difícil que es hallarla? La leyenda dice que solo se revela ante un hombre con gran corazón, esto dice mucho de ti, Steve Rogers – le sonreí – es la primera vez que veo una una, es bellísima, muchas gracias – nos quedamos viéndonos por unos segundos para luego acercarnos y abrazarnos, mi cuerpo se estremeció al sentirlo, ya que la tela de mi ropa para dormir era algo delgada.
- ____, ya está listo tu baño – dijo Stella, Steve y yo nos separamos – por _____ – ella tomó una capa y me la extendió para que me cubriera, Steve al notar lo traslúcido que era mi atuendo se sonrojó y miró a otro lado, durante todo ese tiempo, él solo me había estado viendo a los ojos, no otra parte de mí, eso también decía mucho de la calidad de persona que era – Steve, debes irte antes de que – no pudo terminar porque tocaron mi puerta.
- ¿____? – era Thor, me asomé por el balcón y el lado del jardín ya no estaba desolado.
- Rápido, a la bañera – le dijo Stella, Steve obedeció y se metió, Stella se puso delante de él – más te vale que sepas respirar bajo el agua – le dije, él se sumergió, escondí la flor.
- Adelante – dije, Thor entró feliz para darme un gran abrazo con una de sus manos mientras en la otra sostenía un cobre.
- Feliz cumpleaños – me dijo, me dio un pequeño beso – ayer mandé a hacer algo para ti, para que lo puedas usar hoy – abrí el cofre y me encontré con una hermosa corona dorada con cristales.
- Es hermosa – dije – gracias, por supuesto que la usaré – le sonreí, estaba preocupada por Steve aguantando la respiración – perdón, pero debo tomar un baño, hoy será un largo día, te prometo que estaremos toda la noche bailando.
- ¿No quieres compañía en tu baño? – dijo quitándome la capa y lanzándola a un lado para luego pegarme a él, reí nerviosamente, Stella solo miró hacia otro lado.
- Thor, querido, sabes que si entramos juntos tardaremos más de lo planeado y no quiero que Frigga reniegue por no llegar a tiempo a mis actividades programadas para hoy.
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GIVE ME LOVE (Steve Rogers & tú) (Steve Rogers y tú)
FanfictionCuando me enamoré de Loki, pensé que tendríamos la historia de amor más épica de todos los nueve mundos, pero de un momento a otro, algo pasó, rompió mi corazón, así que decidí concentrarme en ser solo una buena reina para mi pueblo, Alfheim, estaba...