Capítulo XXXII: El amor supera a la razón

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Entré al castillo nuevamente con Steve, me fijé que no hubiera nadie en la biblioteca y cerré la puerta para que nadie nos interrumpiera, Steve solo me observaba sonriéndome mientras me acercaba a él.

- Ya dime, en serio ¿a qué estás jugando? – le pregunté – estamos solos, nadie nos oirá ¿es un plan de Vincent? ¿de Loki? ¿Odín? ¿o te contrató algún Elfo Oscuro? – él solo me escuchaba – solo dilo, te prometo que te ayudaré a salir del problema en que te estás metiendo junto a tus compañeros, pero por favor, solo dime la verdad – él colocó su mano en mi mejilla para tomar mi mano con su otra mano y ponerla sobre su pecho.

- Dime qué siente mi corazón por ti.

- Quieres hacerme creer que es amor.

- No te estoy haciendo creer, es amor, es lo único que mi corazón siente cada vez que te veo, incluso cuando no, ______, no podría fingirlo, además ¿cómo podría sentir esto con tan solo dos noches de conocerte? Aunque sí es posible porque desde la primera vez que te vi cuando llegué a Asgard quedaste grabada en mi retina y te adueñaste de mis pensamientos, eres lo primero más bello que vi en Asgard ¿lo recuerdas? – me quedé viéndolo a los ojos tratando de buscar alguna mentira en ellos, pero no, me atreví a entrar en su mente, todo parecía tan real.

- Perdón, pero esto es confuso hasta para mí, necesito hablar con Malkett – dije con la intensión de irme, pero Steve me sujetó de la cintura y me pegó contra la escalera que se usa para tomar los libros más altos del estante.

- Él no te dirá la verdad, él es quien te hizo esto – dijo con su rostro cerca del mío, iba a formular una palabra, pero él me silenció – te estoy diciendo la verdad, ______, créeme solo una vez más – el sonido de su voz era hipnotizante, así como su mirada que se había tornado en un azul más oscuro, lleve mi mano a su pecho, pasión era lo que ahora sentía – quiero hacerte mía ahora mismo, _____ – dijo con un tono de voz imperativo que me hizo temblar hasta las piernas para que luego me diera un pequeño beso, se separó de mí para ver mi reacción, yo solo quería más de él, así que coloque mis brazos sus hombros para pegarlo a mí y besarlo con mayor euforia mientras él envolvía mi cintura con sus brazos y sus besos iban descendiendo por mi cuello, sus besos se sentían como el fuego sobre mi piel, se separó de mí para ir descendiendo sin cortar el contacto visual, alzó mi vestido para meter su cabeza debajo, un jadeo se escapó de mis labios al sentir su lengua recorrer mi feminidad, me apoyaba sobre la escalera para no perder el equilibrio, ya que Steve había colocado una de mis piernas sobre su hombro para tener mayor acceso a mí, trataba de controlar el volumen de mis gemidos, pero no, espero que a nadie se le ocurra venir por un libro a estas horas, tomé a Steve de la barbilla para indicarle que se parara, él lo hizo y con los puños de su camisa limpió su boca – ¿eso te trajo recuerdos? – preguntó haciendo que riera ligeramente.

- Quizás – respondí, él solo sonrió y dirigió sus besos nuevamente a mi cuello, lo ayudé a desajustar el cinturón de su pantalón y alcé mi vestido para que él pudiera entrar en mí, jadeé al sentirlo, tomó una de mis piernas para subirla a la altura de su cadera, volví a apoyarme en la escalera mientras él seguía embistiéndome con su otra mano bajó como pudo el escote de mi vestido logrando liberar mis senos y empezar a besarlos, yo seguía jadeando fuerte, es que las embestidas de Steve fueron aumentando, prueba de ello eran que algunos libros del estante continuo a nosotros empezaron a caerse, dimos un pequeño salto al oír caer al piso un sostenedor de libros y romperse, reímos – hay que movernos de aquí antes que nos caiga algo sobre la cabeza – él asintió y lo tomé de las mejillas para besarlo mientras él volvió a envolver mi cintura para alzarme ligeramente y dejarme sobre la mesa cercana, lo ayudé a alzar mi vestido, agradecía no estar usando uno no tan pomposo, él volvió a entrar en mí, apoyó sus manos sobre la mesa para tener mayor estabilidad y poder seguir manteniendo el ritmo de sus embestidas, empecé a desabotonar su camisa para abrirla y poder depositar mis besos sobre su pecho, y es que su cuerpo me era tan familiar, me sentía tan cómoda estando con él a pesar de que para mí pueda tratarse de la primera vez que estamos juntos, mis piernas estaban envolviendo sus caderas hasta que sentí como ambos alcanzábamos el orgasmo juntos.

GIVE ME LOVE (Steve Rogers & tú) (Steve Rogers y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora