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Eran las 6 de la mañana y todo el mundo mágico del páramo se encontraba ya trabajando, había un total desastre.

Después de que Jungkook se presentara ante el concejo, después de decirle a Jimin que hoy lo estaría visitando, no, estaba ante una situación conflictiva, pero nada que no se pueda resolver.

A las tres de la madrugada, habían arrivado seres mágicos que venían del sur, no eran exiliados o prófugos. Cada temporada, pasavan a visitar el páramo, algunos se quedaban y otros seguían en su busqueda de hogar.

Jungkook se encontraba solucionando problemas internos, ahora mismo yacía en el acantilado, habían hallado dos cuerpos sin vida y totalmente destrozados de cuerpo entero.

—¡Mi señor! —llegó corriendo Parriel, y con su poco aliento dijo —Lo busca Alfred, es urgente

—¿Ya tienen las listas con nombres y su orígen de cada uno? —Preguntó el hado, seguía averiguando alguna pista de la trágica muerte.

—No señor, de eso se trata, hay un problema con dos de ellos y se necesita de su presencia.

—Parriel, todo el concejo está allá, no pueden ellos hacerce cargo —Dijo molesto.

—Señor —insistió, Parriel —El concejo me matará si no llego con usted

—Entonces te convertiré en un Dragón y los pulverizas —la broma no causó gracia alguna en el hombre-cuervo

—Está bien —accedió de mala gana.
—Lila —se refirió a una de las tres Valkirias que se encontraban con él.
—Den sepultura a los cuerpos, traten de investigar quienes eran, aunque ya sabemos algo de su muerte.  No me gusta nada esto.

—Vamonos Parriel —avisó el hado, despegando del suelo para extender sus alas en lo alto.

—Señor, no se olvi- ua, uaw —lo transformó en cuervo y salió volando detrás del hado.

Maléfico había amanecido de un pésimo humor.
Estaba bastante estresado, y todo el tiempo parecía querer terminar con sus obligaciones, pero no se daba cuenta que éstas eran parte de su vida diaria.

Mientras volaba lo más rápido, dejando atrás a Parriel, visualizo el páramo y todos los seres mágicos que esperaban en fila entrar ya al lugar.

Jungkook miró hacía la salida del sol, ya estaba empezando a amanecer, y tenía bastante trabajo.
Se mentalizo para apurarse y poder encontrar a Jimin afuera de su casa esperando por su llegada.

No supo en qué momento Jimin empezaba a ocupar gran parte de su tiempo en su mente, pero ante tales pensamientos se excusaba en, que era un niño inocente y que a pesar de ser hijo del rey, tenía una personalidad agradable.

Y no importaba si la mayor parte del tiempo tenían cierta inconformidad el uno por el otro, le daba un plus, porque era el único humano con quién había hablado sin ya querer matarlo.



Pronto, Jungkook descendió dentro del páramo, y a la primera persona a quien se refirió fue a Servo, el que sabía de todo esto y era el encargado de llevar muy bien los registros de entrada y salida de cada cabeza presente.

No por nada había servido a dos generaciones pasadas; a sus padres, a sus abuelos y finalmente él.

—Dime qué ocurre —preguntó de inmediato.

—Mi señor —hizo una reverencia, Jungkook rodó los ojos. Servo era tan viejo que su reverencia era eterna.
—Hay dos hados sflich que tienen algunos problemas con sus papeles

—Encargate de eso Servo, tú eres el más indicado... —interrumpió Servo al hado.

—Lo sé, señor. Verá —En ese momento supo que sería eterno
—, sus papeles están con errores, no tienen identificación o marca de apellido, y debido a nuestra política impuesta por usted, no puedo dejarlos entrar, sin embargo ellos insisten en hablar con usted.

MALÉFICO: DUEÑO DEL MAL |KOOKMIN| 1960Donde viven las historias. Descúbrelo ahora