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En lo alto de la cima, las alas del hado rompían las nubes, Jimin reía mientras estiraba ambas manos simulando un avión.

Aquel miedo por las alturas ya no existía, hacia tiempo lo había perdido, o mejor dicho había perdido la noción del tiempo tanto que ahora no se imaginaba pisar tierra.

—¡Puedo ver la casa de Flai, muy chica claro! —exclamó Jimin

Jungkook sonrió y sujetó con fuerza la cintura de su chico—Abrocha tu cinturón que voy a bajar rápido. —le dijo el hado, pero Jimin negó.

—¿Cinturon? ¡No tengo ningún cinturón! —le avisó

Jungkook rio: —Solo es una expresión —entonces dejó de mover sus alas y se dejó caer como piedra en descenso.

—Aaaaaa! —gritaba Jimin mientras todo el aire le daba en la cara, Jungkook le cubrió la cara con una mano mientras con la otra lo sostenía de la cintura.

Antes de caer a tierra, Jungkook movió sus alas hacia arriba y ambos cayeron en tierra como una pluma de ave.

—¿Estás bien? —le preguntó Jungkook entre risas, el cabello de Jimin estaba desordenado mientras que el del hado estaba intacto.

—¿Por qué te está riendo así, eh? —le dijo Jimin —Casi muero y tú parecías muy feliz con mi sufrimiento —le dió una palmada en un pectoral.

Jungkook se encogió sobando su pecho y entonces lo abrazó.
—Entonces para la próxima caminaremos.

Ambos se tomaron de la mano y se dirigieron a la entrada del páramo, con un movimiento de mano por parte del hado, la enorme barrera de espinas abrió paso para el protector del páramo.

—¡Están con vida!
Los Ents fueron los primeros en recibirlos y también mandaron un mensaje con algunas hadas de flores para que avisarán al pueblo la llegado del protector.

Las Valkirias que estaban en la entrada saludaron a ambos hombres, una de ellas se bajó de su caballo y se lo dió al hado.
—Que alegría tenerlo devuelta, mi señor, le pasaré un reporte de lo sucedido

—Perfecto —contestó Jungkook.
Ayudó a subir a Jimin al caballo y después él se montó.

—¿En dónde está Lía? —
Lia, una Valkiria líder, su mejor guerrera, siempre que el protector del páramo no estuviera, ella era la segunda al mando. Siempre se puede confiar en las Valkirias, son fieles y letales al igual que hermosas.

—Con el concejo, hay disturbios y al parecer problemas de contención —le respondió la guerrera.

Jungkook tiró de las cuerdas y el caballo empezó a galopar, pasaron por el campo de los elfos de cosecha, después por el centro del páramo hasta llegar con las hadas Flu.

—¡Es el protector! —se escuchó el asombro en las voces femeninas

Jungkook detuvo el caballo ya que las damas se estaban acercando hacia ellos meneando sus cuerpos de un lado a otro impidiendo el paso.

—¡Mi señor! —gritaron algunas de las hadas Flu.
—¡Regresó con vida!

Jungkook bajó del caballo y después cargo a Jimin hasta el suelo.
—¡Ah, mi señor! —suspiraron al ver como se marcaban sus biceps en su ropa.
—¡Que alegría tenerlo con nosotras! —dijo una de ella totalmente sonrojada

Por el momento, Jungkook no había prestado tanta importancia a las mujeres y a sus comentarios.

—¡Jimin! —gritó Flai desde el fondo, Jimin estiró el cuello y levantó una mano.

—¡Aquí, Flai! —gritó Jimin.
Jungkook se acercó nuevamente a él y le susurró en el oído.
—Debo dejarte aquí con Flai, si te propone salir fuera del páramo, no le hagas caso. Debo ir a la reunión con el concejo, después vendré por ti.

MALÉFICO: DUEÑO DEL MAL |KOOKMIN| 1960Donde viven las historias. Descúbrelo ahora