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Todos conocían a Eros Parkinson, era catalogado como el mejor estudiante y ejemplar, ya fuera por ser sangre pura, honrado, astuto o el mejor alumno con mejores calificaciones. Pero el no era un chico normal.
Todos sabían quienes eran los Parkinson, la familia sangre pura más adinerada, claro que no más que los Malfoy o los Black y eso era algo que desagradaba totalmente a Perseus, no soportaba estar debajo de alguien más solo por sus intutiles padres según su opinión. Los señores Parkinson habían muerto hace dos años por un Avada Kedavra, o al menos eso había comunicado el ministro a el profeta. Solo Eros sabía la verdad de lo que había ocurrido esa noche, nadie lo sabía y esperaba que siguiera así.
Los hermanos Parkinson escondían un gran secreto. Durante generaciones la familia Parkinson había sido beneficiada o perjudicada hace un tiempo atrás, se decía que uno de los hermanos ya fuera el mayor o menor sería bendecido con la muerte y el otro sería bendecido con la vida eterna.
Pero en el caso de que sea solo un heredero se le otorgarian los dones como la facultad de curar, comunicarse con los espíritus o en muchos casos presentar la habilidad de visión y adivinatoria. Pero solo si era alguien puro y de buen corazón.
Eros Parkinson era el sinónimo de: Seducción, elegancia, inteligencia, poder y sobretodo de la astucia y ambición de un Slytherin.
—¡Lupin!—hablo sobre su hombro haciendo sobresaltar al chico, quien tiró su barra de chocolate al suelo—Ou, lo siento. Te compraré una más tarde.—se disculpo.
Eros notó la falta de ánimo de Remus en ese momento, sabía que el merodeador era el más tranquilo de los cuatro pero en ese momento parecía un alma en pena.
—¿Estás bien, Lupin?.
—Mjm...—asintio.
—Es Sirius... ¿No?—pregunto encargando una ceja.
—¿Cómo lo... Claro son mejores amigos.
—De hecho no. Somos mejores amigos pero no lo sé por el. Es Hogwarts amigo, los chismes vuelan rápido. Todo el colegio está diciendo que Sirius está besando chica por chica para probar que no es gay.
—¿E-esta haciendo eso...?
—Si. Todas las chicas lo ven como un rey. Pero tú y yo sabemos que es un imbécil. Podrá ser muy mi mejor amigo pero es un completo idiota. Además todas las chicas están hablando sobre el nuevo Sirius.
—¿El nuevo Sirius?—pregunto el Lupin confundido. Eros le hizo una seña con la cabeza para que mirara directo a las puertas del GC.
Sirius Black entraba acompañado de la famosa Marlene McKinnon, sostenía una mano en su cintura mientras ella se aferraba a su brazo enviándole miradas de superioridad a las "fans" de Sirius, quienes la mataban con la mirada.
—Sirius le pidió está mañana ha McKinnon que fuera su novia y es demasiado obvio que ella no desaprovecharía la oportunidad de estar con el. Dicen que a estado enamorada de Sirius desde segundo año—explico el Slytherin.
—Bien, por el...¿No?, Digo está feliz. Se le ve feliz.—se corrigió. Parkinson noto como la mirada del Gryffindor bajaba y sus ojos se cristalizaban.
—Es un idiota. Y no me lo puedes negar Lupin.
Remus suspiro—No pensaba hacerlo, tampoco.
—En serio lo quieres, ¿No es así?.
Remus asíntio—Sabes durante nuestra relación o lo que sea que hubiéramos tenido, siempre note que Sirius desaparecía y cuando volvía, regresaba tarde. Incluso una vez regreso con lápiz labial por el cuello y olía a perfume de mujer. Cuando le pregunté me dijo que había perdido una apuesta contigo y que lo habías retado a qué se disfrazara de mujer.
—Si... Yo nunca le pedí nada de eso Lupin.—confeso.
—Lo se, hace apenas unos días descubrí que Sirius salía con varias chicas mientras estaba conmigo. James lo sabía y nunca dijo nada.
_Vaya. Lupin...
—Remus. —corto—Dime Remus, Lupin se escucha muy...raro y formal.
—Bien. Remus, ¿Por qué me cuentas esto?.
—Bueno. Sinceramente, no lo sé. Solo sabía que necesitaba desahogarme con alguien.
—Pues aunque no lo creas, agradezco ser ese alguien. Pero si te soy sincero no soy muy bueno en estos temas del amor, por eso siempre le pido consejos a Dora y a la pelirroja. Que es a donde vamos a ir ahora mismo.—tomandolo de la muñeca y llevándolo con el.—Quiero aclarar que ellas son de confianza. Son mis mejores amigas y mis niñas. No te sientas especial si Dora te da un collar de conchas. Soy su favorito por lo tanto son míos.—Remus solo se quedó observandolo pero al final soltó una risita silenciosa y dejo que el Parkinson lo llevará con el.
Si Eros no ubiera centrado todo su atención en prestar atención al Lupin se habría dado cuenta de la mirada furiosa y confundida que le dirigía Sirius desde la mesa de Ravenclaw.
