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—¡¿Cómo diablos es que no estás emocionado por esto como nosotras?!—exclamo Pandora estresada mientras observaba a Eros recostado sobre su cama.
—No lo sé. Quizás porque yo aliste mi ropa desde ayer y ustedes han estado buscando en mi closet durante media hora intentado buscar que me pondré—se encogió de hombros mientras las observaba divertido.
—¡¿Y por qué diablos no nos lo dijiste?!—pregunto Lily arrojándole un cojín justo en la cara.
ー¡Oye!... Si intente varias veces decírselos pero me ignoraron, así que me rendí—respondio simplemente.
—Y dinos gran genio ¿Dónde está lo que te pondrás?—pregunto Pandora con las manos en la cintura.
—Si... Creo que eso será un problema, ya que revolvieron todo mi ropa y ahí se encontraba lo que supuestamente me pondría—Eros observó su guardarropa, la ropa salía por doquier.
—¡Lily, manos a la obra!
—¡Si mi capitana!—la pelirroja hizo un saludo militar y rápidamente se dirigieron al guardarropa.
Eros sintió como una camisa impactó contra su rostro, lanzó una queja al sentir un par de zapatos caer cerca de sus manos. La tela sobre su cabeza se deslizó, acabando en el piso como todo lo demás; miró como sus mejores amigas iban de un lado al otro, murmurando que podría o no ponerse.
—¡Lo tengo!—exclamo la pelirroja.
—¡Es perfecto!
—Crecen tan rápido—dijo Pandora al lado del Slytherin finjiendo limpiarse una lágrima.
—Totalmente de acuerdo—respondio la pelirroja repitiendo su acción y pasando un brazo por los hombros de la rubia—El león logro conquistar a la serpiente...
—¡Cállense!—Eros murmuró entre dientes al notar a Remus acercarse.
—Bien, bien tranquilo, pero no creas que te libraras de contarnos que sucedió—dijo Pandora alejándose junto a Lily.
Eros estaba con las manos dentro de los bolsillos del pantalón. Iba vestido con un pantalón negro y una camisa del mismo color, llevaba los dos primeros botones de la camina sin abrochar y una sonrisa que parecía derretir a cualquiera.
Remus se acercó a el Slytherin mientras jugaba con sus manos detrás de su espalda. Eros pareció notarlo así que trato de hacer el menor contacto posible.
—Debo decir qué te ves bien.
—Mhm, un halago viniendo de Eros Parkinson, este si que es el mejor día de mi vida—dijo con Remus con una media sonrisa.
—Sientete afortunado, no cualquiera los recibe. ¿Estás listo?
—¿Para que debería estar listo?—pregunto el Gryffindor con confusión.
—Tu solo di que si, andando.
—¿Podrías decirme que estamos haciendo exactamente?—susurro James a solo unos cuantos metros separados.
—Confirmar mi sospecha de si Eros gusta de Remus—contesto Sirius observandolos detrás de una columna.
—¿Para qué? Escucha Sirius, tu le rompiste el corazón con mil veces ¡Y yo nunca dije nada! Pero ahora no esperes que me quede aquí a observar como espías a tu mejor amigo y a Remus, cuando solo quiere olvidarte ¡Maldito idiota!
—Vendras conmigo ¿Si o no, James?—Sirius lo miro directamente.
—Olvidalo Sirius, yo ya no quiero ser parte de esto. Peter tiene razón. ¡Olvídalo ya y dile de una vez la maldita verdad a McKinnon!—salio de ahí dirigiendose a la torre de Gryffindor.
