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Los alumnos estaban camino a Hogsmeade.
Las calles del único pueblo en esa zona estaban llenas de estudiantes (tercer grado para arriba) otros tantos entraban y salían de las tiendas que se encontraban.
Llegaron a las Tres Escobas, encontrando el lugar no tan lleno a pesar de que la mayoría del alumnado se encontraba en Hosmeade.
—¿Color favorito?—pregunto Eros cuando ambos se sentaron en una de las mesas del fondo.
—Bueno, te dije que necesitabas una distracción y dije "porque no empuzar por algo simple"—respondio.
El Gryffindor río, mientras asentía—El azul. Te preguntaría el tuyo pero se que es el verde.
—Mhm, cierto ¿Cómo lo sabes?—pregunto de vuelta mientras le agradecía a la mesera, quien había traído las cervezas de mantequilla.
—Eres muy predecible—respondio con una sonrisa de lado.
—¿Comida favorita?
—El chocolate.
—Eso no es comida—dijo divertido el Slytherin.
Remus se encogió de hombros mientras tomaba de su tarro de cerveza de mantequilla. Eros sonrió a medias en dirección al Lupin copiando su acción.
Pasaron el tiempo entre platicas y risas. Si bien Eros jamás se había mostrado sonriente o amable frente a alguien que no fuera Lily o Pandora, pero con Remus se había sentido de una manera que jamás había experimentado, ni siquiera con Katie, con ella, varias veces había resultado ser incómodo pero las pocas veces que había está con el Gryffindor, había resultado todo lo contrario.
—¡Remus, ven acá!—exclamo Eros corriendo detrás de Lupin.
—¡No seas aburrido!—grito de vuelta esquivando a un par de alumnos que caminaban por ahí.
—Merlin, no debí haberle dado chocolates con vodka—murmuro entre dientes mientras seguía corriendo y esquivando (empujando) a los alumnos que se le atravesaban—¡Maldición!—murmuro al observar lo sucedido.
Remus cayó al lago negro como si de su cama se tratase. Eros se detuvo a unos centímetros de tocar el agua, río divertido al mirar a Lupin, quien flotaba sobre el agua lanzando agua por la boca como si fuera una fuente.
—¡Vive un poco, ojos bonitos!
Una sonrisa involuntaria se formó en el rostro del Slytherin.
—¡Viviré todo lo que quieras, pero ven acá!
Remus rodó los ojos y bufó, pero nadando se acercó hasta la orilla.
—Aburrido—canturreo, haciendo un ademán con la mano.
—Sere aburrido, pero no quiero que te enfermes.
Cuando Remus salió del lago, se tambaleó un poco. Evitando que cayera, Eros lo sostuvo de los hombros dejando unos milímetros sus rostros separados.
—Eres guapo—dijo Remus, acariciando su mentón.
—Estas ebrio, no...
Antes de que Eros pudiera acabar su oración, las manos del Gryffindor se posaron en sus mejillas; atrayendo sus labios hacia los de el.
