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—¡Estrellita!—llamaron a sus espaldas. Eros fruncio el entrecejo.
—Hola, Reggie, Buenos días—sonrió Pandora.
—Black. Buen día.—saludo Eros.
—Buen día a ambos—asintió en forma de saludo y miró a Pandora—¿Quería saber si podria acompañarte al gran comedor, para el desayuno?—pregunto con una sonrisa.
—Querias. Tiempo pasado—interrumpió Eros—Justo ahora nos dirigiamos ahí, y aunque me agrade que preguntes. La respuesta es no. Adiós Black.—sonrió de lado y se llevó a Pandora rapidamente.
—¿Por qué hiciste eso?—pregunto confundida, deteniendose cuando ya estaban cerca del gran salón.
—Bueno. Número uno: es claro que le gustas a Black y el no me ha pedido permiso para estar contigo. Número dos: aunque mini Black me agrade un poco no me gustaría que estuvieras cerca de la mesa de Slytherin con la presencia de Malfoy y de Perseus ahí. Número tres: Lily me abandono por Potter. Y tu harás lo mismo con Black.—se cruzó de brazos, alzando la barbilla.
Pandora río. De su túnica saco un collar de conchas con pequeños detalles rosados, se lo coloco por el cuello y cruzo sus manos detrás de la nuca del Slytherin sonriendo, a lo que este la tomo de la cintura.
—Cariño, nunca podría remplazarte. Además este collar que cuelga de tu cuello es una muestra de mi amor por ti—sonrio ella.
—Eres mi niña bonita. Y respecto a los collares, esos son solo míos. Pero aunque me hagas puchero no te dejare salir con mini Black... Hasta que no me pida permiso.
—Bien. Tengo una pregunta—Eros alzó la mirada curioso—¿A quien o a quienes planeaban secuestrar tu y la pelirroja?.
—Oh, no debes preocuparte por ello. Ya desistimos de la idea, tu tranquila niña bonita.—Pandora asintio muy poco convencida, aún así engancho su brazo con el de Eros y siguieron su camino al gran salón.
(...)
—¿Ocurre algo?—pregunto Eros, dejando su libro de lado, quien se encontraba en la sala común.
—Debo hablar contigo—dijo Regulus a Eros quien lo miro con una ceja alzada.—Ya lo hice con Evans, solo quedas tú y es muy importante hablarlo.
—Bien. Te escucho. ¿Qué quieres?—pregunto.
—Como supongo que ya te habras dado cuenta, me gusta Pandora y quiero tu permiso para salir con ella. Principalmente el tuyo.
—¿Me estás pidiendo permiso?—se burló Eros.
—Si no lo hago me seguirás jodiendo mis intentos de salir con mi estrellita.
—No quiero que estes con ella.—dijo Parkinson.
—Tranquilo te comprendo, quieres asegurarte de que no sea un idiota como Perseus o como Malfoy.—dijo Regulus.
—Como tu me puedes asegurar que esto no es un plan tuyo para salvarte de tu familia y que no te casen con alguien más. Por qué deja te digo no dejaré que Pandora sea infeliz.
—Tranquilo—mostró un liquido azul—Esto es veritaserum, aún sigue sellado para que sepas que es real.
Eros asintio. Regulus lo bebió completo y despues de una espera de tres minutos, empezaron las preguntas.
—¿Cual es tu nombre completo?—pregunto Parkinson.
—Regulus Acturus Black.
—Ahora, ¿Fuiste tú quien golpeó a Sirius en la nariz a petición de Pandora el año pasado?
—Si. Ella me obligo...además de que no me agradan las infidelidades.
—Bien. ¿Que intenciones tienes con mi niña?—pregunto Eros con rostro serio.
—La amo—contesto con sinceridad.
—¿En serio?—pregunto con incredulidad.
—Si. Estoy completamente enamorado de Pandora Malfoy.
—Si ahora mismo te apuntará con mi varita, y te diera entre escojer su vida y la tuya, ¿Cuál...
—Ella. Siempre será ella.
—¿Le serías infiel?
—Para mi no existirá ninguna otra mujer. Solamente ella.
—¿Quieres o querrías casarte con ella?
—Definitivamente.
—¿Obligarias a Pandora a tener sexo contigo?
—En absoluto.
—¿Cuantos hijos quisieras tener?
—Los que ella deseé.
—¿Y si ella se negara a tenerlos, o simplemente no puede tener hijos?
—Lo dije y lo vuelvo a repetir. Nunca haría nada que ella no quisiera. Es la luz de mi vida Eros.
—Regulus, escúchame bien por qué no lo volveré a repetir. Si llegas a hacerle daño, con el más mínimo daño que le ocasiones, creeme, desearas no haberme conocido.
—Nunca le haría daño.
Eros suspiro—: ¿Prometes cuidar a mi niña de quién sea?
—Con mi vida si es necesario.
Eros asintió—Bien. Que tengas buena noche Black.—subio a su dormitorio.
Una sonrisa se plasmó en el rostro de Regulus, sabía que con ese simple ~Bien~ había ganado la aprobación de Eros Parkinson.
