4. 𝐓𝐫𝐚𝐣𝐞

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El segundo día en la mansión Son comenzó con el llamado de una empleada a la habitación de KiHyun, quién después de varios intentos había logrado conciliar el sueño y finalmente descansar

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El segundo día en la mansión Son comenzó con el llamado de una empleada a la habitación de KiHyun, quién después de varios intentos había logrado conciliar el sueño y finalmente descansar.

— Señor, es hora de despertar. — dijo la mujer mientras movía las cortinas, dejando entrar la luz del sol que de inmediato iluminó y calentó la habitación.

KiHyun se movió, estiró y poco después abrió los ojos, aunque desde luego pensó que todo se trataba de un sueño y al despertar regresaría a su habitación. Pero no ocurrió, una mujer yacía a su lado preparando lo que parecía ser su ropa del día mientras otra comenzaba con el aseo, sin siquiera darle tiempo a procesar la situación al ingenuo omega que intentaba espabilar.

— ¿Está bien, señor? — murmuró la más joven, acomodando sus zapatos junto a una silla en la esquina del cuarto.

KiHyun asintió, se levantó de la cama y caminó a la silla dónde aguardaba su vestimenta.

— Debe usarlo, señor. — explicó la joven —  La señora Son ha solicitado su presencia en la sala para el desayuno.

El blanquecino acató la orden y la mujer hizo señas a su compañera para salir del lugar en el que el invitado se cambiaba de ropa. A los pocos minutos, KiHyun dejaba sus aposentos hacia la cocina, ya habiéndose duchado y cambiado.

— ¿Qué desea desayunar, señor? — preguntó otra mujer, de cabello claro y a quién no había visto antes, dándose la libertad de imaginar cuántos empleados tenían los Son y que quizás jamás llegaría a terminar de conocerlos a todos.

— ¿N– no debería de esperar a los demás? — preguntó mirando a sus espaldas como parecía ser el único en la sala, pero la mujer negó.

— La señora Son ha desayunado hace unas horas y solicitó que usted haga lo mismo para ir cuanto antes por su ropa.

— Entonces creo no debería comer y ya irnos. — dijo mientras se ponía de pie, sin embargo la presencia de su futura suegra acechaba el lugar, por lo que las empleadas lo interrumpieron rápidamente.

— Señor, por favor debe comer algo antes de salir. — pidió la más jóven.

KiHyun regresó al asiento, mas cuando quiso protestar contra ello los pasos de un ajeno irrumpieron en la habitación y las empleadas simplemente se alejaron, dejando la habitación en silencio dónde los tacones de la madre de HyunWoo poco a poco resonaban en la habitación.

— Come. — señaló. — Iremos con un diseñador cuando acabes y lo que menos queremos es que te suene el estómago mientras te miden ¿No es así?

KiHyun tomó uno de los cubiertos e inició con su desayuno. Frente a él había una taza de café, té y un vaso de zumo, todo previamente servido y aunque optó por la segunda opción, sintió algo de pena al pensar que lo demás era simplemente un desperdicio. Por otra parte, sobre la mesa el simple desayuno simulaba lo que él conocía como un banquete, ya que la mesa tenía desde harinas hasta frutas perfectamente cortadas esperando ser devoradas.

𝐏𝐥𝐞𝐧𝐢𝐥𝐮𝐧𝐢𝐨 ❩ ˢʰᵒʷᵏⁱDonde viven las historias. Descúbrelo ahora