28. 𝐄𝐧𝐨𝐣𝐨 𝐲 𝐬𝐨𝐥𝐞𝐝𝐚𝐝

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Su instinto actuó más rápido que él y se detuvieron en el momento justo.

Sólo entonces HyunWoo cayó en la cuenta de lo que pasaba: había una docena de autos frenados tras ellos, personas que los veían preocupados y KiHyun que sollozaba a su lado temblando como loco.

El auto paró en medio de la carretera.

Quizás fue el susto o tal vez el movimiento que hicieron sus cuerpos debido a la inercia, HyunWoo no estaba seguro de si su cabeza había o no golpeado el parabrisas, pero no recordaba cómo llegó hasta ahí. Fue como si, en ese momento, despertara de un extraño sueño.

Con el pulso acelerado, avanzó hasta la siguiente calle y aparcó lejos de la gente que todavía los veía:

—¿Estás bien? —le preguntó a KiHyun, que no quería mirarlo.

El omega tenía la cabeza gacha, se tocaba el rostro y no parecía haber oído la pregunta. HyunWoo dedujo que estaba asustado, pero antes de poder siquiera moverse, KiHyun murmuró:

—¿Qué hacías?

—KiHyun, lo siento…— HyunWoo intentó acercarse, quería ver si estaba bien y no pensó demasiado en qué responder. — ¿Ey estás bien?

—¡¿Qué estabas pensando?!

Cuando KiHyun finalmente volteó, un hilo de sangre caía de su frente.

HyunWoo estaba espantado, pues el omega trató de limpiarse y sólo esparció la sangre creando manchas más claras en su rostro.

—KiHyun, tu cabeza… Por Dios, déjame…

—¡Estoy bien! — gritó alejando la mano del alfa de su rostro. HyunWoo se quedó estático viendo como derramaba lágrimas que pronto limpió.— Quiero ir a casa. ¿Podrías avanzar?

Asintió.

El vidrio no tenía ningún golpe así que HyunWoo supuso que se había lastimado con otra cosa. No estaba tranquilo viéndolo limpiarse una y otra vez pero KiHyun lucía demasiado molesto como para ofrecerle un viaje al hospital. En la casa había medicinas y curitas, lo necesario para sanar una herida leve.

KiHyun y HyunWoo no cruzaron palabra (ni miradas) en todo el camino, y al llegar a la casa, al alfa  no le tomó demasiado quitarse el cinturón de seguridad, sin embargo KiHyun aprovechó esos veinte segundos para bajar del auto y caminar a la puerta. Acto seguido, fue directamente al baño, donde se sorprendió de su propia palidez y el líquido rojo que brotaba de su frente.

No era una herida grande pero sí profunda, se lastimó lo suficiente como para cortar varias capas de piel. Resulta que cuando HyunWoo frenó, su cuerpo se impulsó hacia adelante con tanta fuerza que venció el soporte del cinturón de seguridad, el metal voló de regreso a su lugar y en el trayecto le hizo el tajo en el rostro.

KiHyun usó el agua del grifo para enjuagarse la cara pero la hemorragia volvió a surgir incluso después de cinco lavados.

— ¿Por qué demonios no para de sangrar? — preguntó a su propio reflejo de muy mal humor.

Jamás una hemorragia le había tardado tanto en cicatrizar, supuso que se debía a que quería limpiarla y el agua no hacía otra cosa que empeorarlo, pero HyunWoo apareció, cerró la canilla, y sin decir nada, lo tomó de la barbilla para limpiarle la herida con un poco un algodón embebido algo que no tenía olor.

— Puedo hacerlo solo.

— Si lo sigues humedeciendo va a seguir sangrando. — dijo HyunWoo dando toques suaves, después puso una bandita adhesiva sobre la herida. —¿Por qué no me miras? ¿sigues molesto?

𝐏𝐥𝐞𝐧𝐢𝐥𝐮𝐧𝐢𝐨 ❩ ˢʰᵒʷᵏⁱDonde viven las historias. Descúbrelo ahora