31. 𝐌𝐚́𝐬 𝐭𝐢𝐞𝐦𝐩𝐨

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¿Había hecho lo correcto al irse sin decir ni una palabra? La duda lo carcomía desde que subió al auto y se convirtió en su copiloto de camino a lo que todavía llamaba: casa

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¿Había hecho lo correcto al irse sin decir ni una palabra? La duda lo carcomía desde que subió al auto y se convirtió en su copiloto de camino a lo que todavía llamaba: casa.

La voz de la conciencia tampoco le dio tregua, se unió al coro de reproches y con cada metro que restaba en el camino se sentía peor. Resulta que HoSeok no conocía el remordimiento y no estaba seguro de haberse arrepentido por lo que hizo porque la mirada de HyungWon permanecía en su memoria como una pesadilla. Lo único que logró atravesar su caparazón ególatra fue chico que amaba. Él lo vio como si fuese un monstruo y sólo entonces comprendió que lo era.

Había sido (y seguía siendo) un monstruo.

La forma en que HyungWon se apartó fue la razón por la que no quería que él y ChangKyun hablaran; las cosas terribles que había hecho no eran un tema de conversación que pudiera tener con él ni con cualquiera, así que simplemente lo olvidó. Muy en el fondo siempre supo que iba a ocurrir y después HyungWon iba a dejarlo.

Quizás debió disculparse, esa idea volvía una y otra vez a su cabeza pero ¿Qué iba a cambiar? Conociendo a ChangKyun, probablemente se enojaría y tenía razones más que válidas para pensar de esa forma. Si él se hubiera disculpado, el menor se habría molestado todavía más porque no estaba siendo sincero, lo hubiera hecho por y para HyungWon.

A menos de cinco metros de la puerta HoSeok sintió que las piernas le pesaban más de lo normal, la excusa perfecta para no tener que despedirse del lugar donde fue feliz. El departamento del omega no era la gran cosa pero siempre que entraba allí esperaba no tener que salir jamás; ahí se sentía protegido, el aroma de HyungWon por doquier le recordaba lo que era amar a alguien incluso si era la última vez.

No tenía muchas cosas suyas ahí dentro, solo ropa y su cepillo de dientes. Fue rápido. En la cocina estaban las ollas sucias del desayuno así que las limpió y acomodó las flores que le había regalado el día anterior tras volver del trabajo. Entonces salió corriendo a la habitación y tomó prestada una hoja de un cuaderno viejo para dejar un mensaje:

« Gracias por todo. »

El papel quedó sobre la mesa, debajo de las flores y su jarrón color morado. Tragó en seco. No, no quería irse pero no hallaba qué más hacer; HyungWon no tenía la culpa de nada y ni motivos para dejarlo quedarse.

Cuando el reloj marcó las cinco, HoSeok tomó sus cosas y caminó a la puerta.

—¿Te vas?

Él detuvo su andar, cohibido por la repentina aparición de su omega. No sabía si el evento había acabado o no, pero supuso que estaba en lo cierto porque HyungWon no tenía ningún otro motivo para regresar temprano a su departamento.

—Responde ¿Te irás, cierto?

—¿Qué más puedo hacer?— se rindió. Su voz salía con un dejo de desesperación. —Las cosas que oíste son ciertas y sé que lo sabes ¿Como puedo convencerte de lo contrario? Es ridículo.

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⏰ Última actualización: Feb 10 ⏰

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𝐏𝐥𝐞𝐧𝐢𝐥𝐮𝐧𝐢𝐨 ❩ ˢʰᵒʷᵏⁱDonde viven las historias. Descúbrelo ahora