3. 𝐎𝐛𝐞𝐝𝐞𝐜𝐞𝐫

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Con las mejillas enrojecidas, KiHyun asintió y regresó la mirada a sus padres, quienes del asombro mantenían sus ojos y boca abiertos sin decir una palabra.

HyunWoo, por su parte, tragó en seco en espera de una respuesta. Lo único que necesitaba oír era que le habían creído, y eso bastaría para que pudiesen regresar a casa.

— Papá, di algo. — pidió KiHyun pese al tenso ambiente de la habitación.

— ¿Tú lo amas? — preguntó a su hijo.

KiHyun bajó la vista a sus manos, y tras pensarlo un momento, asintió con una sonrisa notablemente fingida.

— Si.

HyunWoo al oírlo pudo respirar en paz, durante lo que tardó el bajito – una eternidad a su parecer – pensó que se negaría y revelaría más de la cuenta poniendo a todos en riesgo.

— Está dicho, cariño. Nuestro hijo va a casarse, es un adulto responsable y sabe lo que hace, jamás se casaría si no lo sintiese pues no es así como lo criamos. De mi parte tienen la aprobación, muchachos. — dijo la mujer pasando por algo los ojos cristalinos de su hijo y la mirada que el moreno le dió a este momentos después. — ¿Verdad cariño?

El hombre asintió arrugando la nariz y observando con disgusto a la joven pareja ubicada frente a él. Aún así no dijo una palabra y luego se alejó, dejando a KiHyun intranquilo y a su esposa conforme ya que al menos había accedido.

— Y bueno ¿Qué ocurrirá después de la boda? ¿Ya tienen fecha?

KiHyun miró ahora a HyunWoo, pues esa información él la desconocía. El moreno, en cambio, acomodó su postura para comenzar a hablar de manera cómoda, explicando cada detalle que fuese necesario.

— Será este fin de semana. Le enviaremos la invitación en unos días y en lo que acordemos los preparativos, KiHyun se quedará conmigo, con mi familia. Respecto a dónde viviremos, a pesar de ser algo relativamente imprevisto, mi familia cuenta con muy buenos ingresos y como presente de boda, mi padre, ha decidido regalarnos uno de sus prefabricados hasta que podamos encontrar un lugar mejor.

Decir que la madre de KiHyun estaba sorprendida era poco, incluso el blanquecino se veía asombrado con lo que acababa de oír. Pensó que pasaría el resto de su vida en la mansión de los Son, aunque comenzaba a comprender por qué HyunWoo dijo que regresarían a sus vidas normales.

La mujer les sirvió algo de comer y aconsejó a KiHyun que antes de irse tomase algo de ropa de su armario, lo cuál el blanquecino no negó.

En cuanto las conversaciones acerca de los preparativos y la relación y la familia, KiHyun se dirigió a su habitación mientras HyunWoo esperaba en la sala el regreso de su futuro esposo cuando la madre de KiHyun se acercó a él, trayendo consigo lo que parecía ser el álbum de fotografías familiares. Tomó lugar a su lado y allí comenzó a contarle a su yerno cada recuerdo de KiHyun plasmado en esas imágenes.

— Ahí nuestro KiHyunnie comenzaba a caminar. ¿No es bonito? Con usa sonrisa adorable, lograba convencernos de dejarlo en el piso aún si sabíamos que caería para arrastrarse y con gran velocidad moverse a otra parte del lugar. — contaba emocionada.

— Es bonito en verdad. — agregó el moreno sonriendo enternecido.

Su sonrisa era sincera, dado que el pequeño de la foto le recordaba incluso a sí mismo de niño, pero una parte de él encontraba la situación como la más vil mentira en la que se había envuelto en su vida, pues a pesar de que la mujer intentase contarle historias de su hijo tratándolo como si fuese uno más de la familia, HyunWoo era consciente de que no lo era y jamás lo sería.

𝐏𝐥𝐞𝐧𝐢𝐥𝐮𝐧𝐢𝐨 ❩ ˢʰᵒʷᵏⁱDonde viven las historias. Descúbrelo ahora