24. 𝐄𝐧 𝐫𝐞𝐩𝐫𝐞𝐬𝐞𝐧𝐭𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧

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Junto a la carta había una nota con el lugar, fecha y horario del encuentro. KiHyun trató de comunicarse con HyunWoo porque faltaban dos horas para la reunión y si el sobre estaba sellado, el alfa no lo sabía.

—Responde...—suplicó mordiéndose las uñas a mitad de una disyuntiva.

Si HyunWoo no iba, él tendría que hacerlo ¿cierto? Después de todo estaban casados y hasta cuando se haya borrado la marca, KiHyun también pertenece al clan.

—HyunWoo... responde por favor... —murmuró.

Pero ni siquiera recibió una palabra a cambio y el teléfono dio con la contestadora por tercera vez.

Los recuerdos que tenía de haberse reunido con desconocidos eran terribles; HyunWoo siempre le advirtió que los clanes no son lugares seguros para omegas ajenos pero confiaba en que nada malo ocurriría: lo habían citado en un café, un lugar público, lejos del peligro.

Cientos de escenarios con diferentes finales tétricos empezaron a asustarlo en lo que se alistaba. Buscó ropa formal que no diera lugar a pensamientos erróneos y se maquilló lo suficiente como para tapar sus ojeras, con eso bastaba.

Una hora después seguía mordiéndose las uñas con temor, sobre todo porque no podía hablar con HyunWoo siquiera para avisar a dónde iba pero en ese mismo momento apareció una idea.

Si llevaba compañía iba a estar más seguro.

Tomó su celular y llamó a HyunWoo por quinta vez pero cómo respondió recurrió a su nueva idea protagonizada por HyungWon, su pobre amigo que de alguna manera siempre terminaba envuelto en sus problemas.

—¿Hola? ¿quién... quién llama a esta hora? —dijo una voz somnolienta y después se oyó un bostezo.

—HyungWon, son las seis de la tarde ¿estabas durmiendo?

—Fue una siesta.— bosteza otra vez.—¿Pasa algo?

—Necesito que me acompañes a encontrarme con un tipo.

—No voy a decirte que hacer pero ¿no estás casado?

—Es el líder de un Clan, no voy por gusto.— se quejó tomando sus llaves.—Iré por ti en quince minutos, alístate.

—¡¿Qué?! ¿ y yo porqué?

—Te explico cuando llegue, nos vemos. —dijo y colgó.

La esperanza de hablar con HyunWoo seguía latente e intentó llamarlo dos veces más pero no sirvió de nada; KiHyun le dejó un mensaje y después tomó las llaves de la casa. Afuera pidió un taxi que llegó por él en menos de diez minutos.

La familia de HyungWon tenía mucho dinero pero el omega vivía en un dormitorio que eligió por dos motivos: el precio de la renta y qué tan lejos estaba de la universidad. Pese a ser hijo de un hombre adinerado, HyungWon llama hogar a un sucucho plagado de humedad y paredes oscuras por las que no se distingue entre grietas y rastros de pintura.

—No mires demasiado, me mudaré en unos días. —murmuró el alto de camino a la cocina.

Era la primera vez que KiHyun visitaba el lugar, dos semanas atrás HyungWon todavía disfrutaba de ventanales y alfombras carísimas en la sala.

—¿Por qué tomaste una decisión tan apresurada?

—No quería ver a mis padres. —sentenció.—Mi madre insiste en que vuelva a hablar con mi padre pero no lo haré, no hasta que se disculpe.

—Ya lo hizo.

—Si pero no realmente, aún cree que necesito casarme. —HyungWon tomó las llaves de su auto y se cruzó de brazos.—En fin ¿vas a contarme que ocurre?

𝐏𝐥𝐞𝐧𝐢𝐥𝐮𝐧𝐢𝐨 ❩ ˢʰᵒʷᵏⁱDonde viven las historias. Descúbrelo ahora