Cap. 11 " El Bosque Prohibido. "

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« ¿Alguna vez tuviste miedo de escoger el camino incorrecto? ¡Porque eso es justo lo que siento ahora! No importa cuál tome, ¿cierto? Alguno te guiará a tu destino, y si no es el indicado, todo se derrumbara para que el camino se acomode y puedas llegar a la cima. »

( .... )

¡Bien ___! No puedes fallar ahora. ¿Atacamos al erizo que yace parado frente a nosotras, o corremos hacía las gemas y las sacamos de ahí?

No podía equivocarme ahora, cualquier pequeño detalle erróneo podía costarme muy caro, y por muy caro me refería a todo el plan que ya habíamos elaborado.

El silencio se apoderaba de la habitación, nadie atacaba, nadie hablaba.

¡Piensa, piensa, piensa, PIENSA! ¿Lo mejor que se me ocurrió? ¡Tomar el florero de mi lado y lanzarlo!

Él lo esquivó y yo comencé a correr en dirección a los interruptores donde mantenían seguro a las gemas.

Comencé a teclear en los botones el número de seguridad que era para desactivar la máquina de congelamiento que protegía a las esmeraldas, y apunto de termina, él lanzó una bola de energía en contra de la máquina. Logró destruirla, así como también todo código de seguridad que mantenía protegida a las gemas.

Seguimos luchando. Él me atacaba, yo esquivaba. De vez en cuando lograba meterme un golpe, pero yo no me quedaba atrás con los míos.

Si en algo era buena era en el combate, y hoy iba a demostrarlo.

Cerca de las gemas el erizo me depositó un golpe en las costillas provocando que cayera de espaldas, abracé mi abdomen por el dolor, tratando de recuperar el aire perdido por su patada.

Él me miraba esperando a que yo me reincorporara y volviera a la batalla, pero con lo que no contaba, era que a su lado pude visualizar un extintor. Volví a mirarlo y hablé como pude.

- Eso fue un golpe muy bajo. - Mis palabras eran entre-cortadas. - ¿Acaso nunca hablas?

Nada, no emitía palabra alguna así que decidí actuar.

Como pude, me levanté de mi lugar tomando el extintor depositando un golpe en su cabeza con el, lo tiré al suelo, tomé las gemas y me eché a correr.

Paré en la entrada de la batalla de campo donde todos estaban estaban intentado sobrevivir. Miré por detrás de mí y pude visualizar al erizo intentado alcanzarme, volví a enfocar mi vista hacía la batalla y sabía que debía pasar corriendo por ella para llegar a la salida y cruzar el bosque.

No debían de verme, o sino ahora el erizo no sería el único en corretearme.

¡Bien ___! Si estás pensando en correr es momento de que lo hagas ahora porque él se está acercando cada vez más y no nos va a dar tiempo ¿entendido?

¡Entendido!

Pero mis piernas no avanzaban, estaba nerviosa y esta era la única oportunidad que tenía.

¡No lo arruines! ¡No lo arruines! ¡No lo arruines! ¡NO LO ARRUINES! Y sin más que decir, comencé a correr como si una gallina intentara picotearme el trasero.

Más Que Amigos. ( Shadow y tú )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora