Capítulo 30

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Tuve una consulta médica en un horario demasiado temprano, estaba algo dormida cuando llegué a la entrada de la clínica, me encontraría a Peter que había tenido que madrugar para hacer unos trámites.
-Hola-él dejó un besito en mi frente y bostecé, me tapé la boca con la mano- no dormiste nada, ¿no?
-Bueno, dormí, pero me desperté a las cinco y media, me resulta muy raro que ya se mueva, es una sensación rarísima.. Solo a mi se me ocurre tener una consulta a las seis de la mañana
-Eso te pasa por ansiosa-elevó sus cejas mirándome- y porque necesitabas anotarlo en tu agenda cuanto antes para ya sacarte el tramite de encima
-Puede ser.. Pero en este caso es porque también se me mezcla con otro tipo de ansiedad-me reí nerviosa.
-Lo sé- me sonrió con dulzura.
Entramos tomados de la mano y presenté todos mis datos a la persona de la entrada, me indicó para que pasillo tenía que ir.
No me senté, me quedé parada caminando de un lado a otro, Peter se rió de mi.
-Me encanta ver como tu vida perfecta y estructurada se está deformando rápidamente, bueno, transformando, entonces eso te afecta y te sentís algo perdida, ¿no?
Asentí con la cabeza.
-Sos feliz con mi sufrimiento-le di un golpecito en el brazo-¡a vos todo esto no te afecta en nada! Vivís sin saber que hacer mañana..
-Igual.. Te equivocas, últimamente necesito usar una agenda por mis obligaciones de mierda-soltó un suspiro y me sentí mal, se puso serio y lo abracé, apoyé mi cara sobre su pecho- hoy al mediodía tengo un almuerzo con mis papás
-Te acompaño-no le di tiempo de nada, él me miró a los ojos.
-¿Posta?
-Posta-asentí con la cabeza.
-Mariana Espósito-me llamaron y di unos pasos para entrar al consultorio- estuve viendo los nuevos estudios que me envió el laboratorio, ¡y estas bien! Estas comiendo bien-la medica me sonrió- ¡vamos a ver a tu bebito!
Me recosté en la camilla, antes de que me hicieran la ecografía Peter me sonrió, también le sonreí, nuevamente poniéndome nerviosa.
-A ver...-la médica subió el volumen y se puso a pasar la máquina por mi panza llena de gel que me daba frío- acá esta.. Veremos veremos si se deja ver bien, vamos a molestar al bebito-se puso a tocarme la panza mientras seguía seguía pasándome la máquina, yo miraba la pantalla, estaba bastante grande desde la última vez- es.. Una.. Nenita, una bebita que está bien, ¡y por lo visto es inquieta!
Sí, la sentí, se estaba moviendo bastante, la pantalla con su formita y sus movimientos me pareció todo un espectáculo, sumado al ruido de su corazoncito, no pude evitar el que se me formara una sonrisa.
-Es muy.. Chiquita-Peter se rió- y me tomó nuevamente de la mano, volteé a verlo y estaba emocionado- te amo Lali
Con sus ojos chinos de la alegría se agachó y me dejó un beso en los labios.
-Gracias-saludé con la mano a la médica antes de irnos, caminamos hasta el auto y antes de entrar Peter me abrazó, eso me dio mucha ternura.
-¿Qué pasa?-le acaricié el pelo que le había crecido bastante, poco a poco estaba animándose a ser él mismo, dejándose ver como siempre quiso mostrarse.
-No lo sé, siento que estoy viviendo en una montaña rusa emocional que no se queda quieta en ningún momento-nos reímos.
-Te entiendo más de lo que crees, mis hormonas están así, y la bebita tampoco ayuda-elevé mis cejas.
Peter me acarició la panza y mis ojos se vidriaron.
-Odio estar tan vulnerable-me escondí en su cuello mientras le daba otro abrazo.

Volví a mi departamento para pintar, otra vez ropa de entre casa, el pelo atado, música francesa y la compañía de Willbur que se recostaba al lado mío, por momentos tenía que empujarlo con mi pie porque molestaba, a veces se ponía frente al atril de madera donde estaba el bastidor que tenía que seguir pintando.
Terminé y fui a lavar mis pinceles, me apuré para darme una ducha, Peter se había bañado hace un rato.
-¡Llena de pintura estas!-se burló de mi y me reí acercándome, agarré su cara entre mis manos ensuciándolo-¡sos una hija de puta! Hace media hora me bañé.. Voy a tener que hacer algo al respecto-elevó sus cejas y adiviné sus pensamientos, desaté mi pelo y di media vuelta para entrar al baño.
Peter no se hizo desear tanto, se metió en la ducha conmigo y me besó el cuello, me aferré a su cuerpo disfrutando.
Mi piel se erizó y también me permití acariciarlo, le pasé el jabón por la espalda y se me resbalo.
Iba a agarrarlo cuando me tomó por el brazo dejándome nuevamente junto a él mientras me besaba.
Y eso fue suficiente para que perdiera la noción del tiempo.

-Juan Pedro-su papá Juan Lanzani lo citó en un restaurante de esos caros y arreglados, nosotros nos habíamos vestido sencillos, su mamá estaba horrorizada con la situación- no te está yendo bien en tu nuevo puesto, ¡meses pasaron! Y no sos capaz de llevar adelante los negocios.. ¿No podes hacer algo bien? Entre la gente de la iglesia están hablando mucho acerca de vos, de como te fuiste de tu propia fiesta de compromiso-elevó sus cejas- ¡tenes que casarte! ¡No podes permitir más que piensen cualquier cosa! Dos conocidos míos me contaron a vieron a Mariana embarazada... Y sí, está embarazada, ¡y no se casó!-volvió a hacerle ese reclamo, Peter estaba estático sentado a mi lado, lo tomé por la mano, él la tenía arriba de la mesa, seguro sus papás entenderían aún menos.
-No pienso casarme-él intentó mostrase firme, pero en la guerra de miradas con sus papás perdió.
-Ahora estamos atravesando por muchas cosas, muchos cambios, no es tiempo de..
Claudia me interrumpió.
-Creí que eras una chica bien.. ¿Mi hijo te pagó para que seas su novia ficticia? ¿Cuanto te pagó para tener un bebé juntos y fastidiarnos a nosotros?
Odié sus pensamientos, su manera de creer que pueden controlar la vida de todos.
-Soy una buena chica, que tenga papás hippies como el hippie de su hijo no es malo, el aspecto, la fachada y el tema de la ropa no cambia como son las personas, eso es algo superficial e irrelevante, tampoco el sentirse atraído a una persona del mismo sexo hace que seamos mejores o peores seres humanos.. ¡Simplemente somos! Y todos queremos ser felices, todos queremos ser amados.. Y tenemos distintas formas de ver la vida- no desvié mis ojos de los de ellos.
Peter apretó su mano suavemente con la mía.
-Coincido en todo lo que dijo Lali-asintió con la cabeza- y si los hace quedarse más "tranquilos" me gustar los hombre y ella
Me hizo ruido que haya decidido contárselo, ¿estaba tratando de suavizar su realidad usando nuestra relación?
Volteé a mirarlo, pero no bien, seria.
-Así que.. Estas recapacitando-su papá soltó un suspiro sintiéndose más "aliviado".
-No.. No tiene porque recapacitar-me puse mal, ¿porqué Peter no hacía nada?- es verdad, con Peter estamos juntos, pero no es que "recapacitó" lo nuestro simplemente surgió, pero eso no cambia lo que le gusta y lo que..
-Yo..-Peter me interrumpió y se puso nervioso- no quiero seguir con el negocio familiar, no quiero casarme y simplemente disfruto de tener a Lali en mi vida, la amo.. Y ella es mi presente, ella y nuestra.. Bebita-me sonrió emocionándose, posó su mano en mi pancita y la acarició.
Lo abracé fuertemente y como una estúpida me puse a llorar con él, cuando nos apartamos sus papás estaban estáticos mirándonos, no podía descifrar sus caras.
-Hijo...-su mamá lo llamó y estiró su brazo ofreciéndole su mano- vos..
-Volvé al trabajo, tendrías que estar ahora mismo en la oficina-su papá fue tajante, no le dio la oportunidad a Claudia de hablar.
-No..-a Peter se me había acelerado la respiración- no pienso hacerlo más
-¿Como vas a mantener a un hijo llevando la vida que llevas?-Juan elevó sus cejas.
-Trabajando de lo que me gusta, dándole ese ejemplo, el de que hay que elegir siempre el camino de la felicidad, no quiero más ser infeliz.. No quiero que mi hija sea infeliz.. Quiero que crezca en libertad, que pueda descubrir todo por ella misma.. Quiero que sienta mi amor, el de su mamá y pueda contarnos todo lo que quiera, que no tenga que ocultarnos nada, que no tenga que demostrarnos nada
Las palabras que salieron de su boca con decisión me sorprendieron, le dejé un besito en su mejilla y esbozó una pequeña sonrisa, yo también se la correspondí, me apoyé sobre su hombro mientras no nos soltábamos de la mano.
-¿Estas enamorado hijo?-Claudia se quedó mirándolo, él asintió con la cabeza.

Lazo imprevistoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora