Capítulo 5

481 44 6
                                    

Bajé a la panadería para buscar medias lunas, de vez en cuando me gustaba darme un gusto, subí por el ascensor hasta llegar al pasillo, me sorprendió escuchar provenir del departamento de Peter una canción anti hippies.
"I kissed a girl and I liked it, the taste of her cherry chap stick, I kissed a girl just to try it, I hope my boyfriend don't mind it, it felt so wrong, it felt so right, don't mean I'm in love tonight, I kissed a girl and I liked it, I liked it"
Canción popera ícono de la bisexualidad, o lesbiandas, era pop, una de la reina Katy Perry, completamente anti Juan Pedro.
No pude evitar reírme, abrí la puerta de mi departamento procesando la letra: Besó a una chica y le gustó.... Pero la canción está escrita desde el punto de una chica que es curiosa y besa a otra chica.
En fin, me puse música calma y se mezclo con la que estaba sonando en el departamento de mi vecino, me recogí el pelo después de cambiarme, puse varios colores en una paleta y me dejé llevar por mis instintos, sin darme cuenta me puse a recrear la historia de Adam y Eva, la que contó Claudia, solo que me centré en la parte más polémica, lo prohibido, la pareja que pinté estaba en una especie de juego de seducción.
Mi timbre sonó sacándome de mi propio planeta, abrí la puerta y quise morirme, frente a mi tenía a la mamá de Peter, yo estaba solamente con una remera hasta las rodillas, rota, sucia con pintura, no estaba nada presentable, me reí nerviosa.
-Perdón por venir así, no sabía que ya estabas trabajando... Estaba buscando a Peter, ¿sigue durmiendo? ¿Puedo pasar a la habitación? Tengo que decirle algo muy importante..
Entré en pánico, Juan Pedro claramente no estaba en mi habitación.
-¿Viste el café de la esquina? Lo despierto y nos vemos ahí, ya lo despierto eh
Saqué a Claudia de mi departamento sutilmente, después toqué el timbre de Juan Pedro, quién me recibió primero fue el tonto de su cachorro que me lamió las manos, no tenía tiempo para quejarme del asco.
-¡Te cambias y bajas ahora! Tu mamá está en la esquina-fui bastante mandona, pero sabía que si quería que Peter se moviera rápido iba a tener que mostrarme firme, a los quince minutos estábamos en el ascensor bajando.
-¿No te contó de que va?-me miró extrañado, negué con la cabeza.
-Yo estaba impresentable, lo último que se me cruzó por la cabeza era que podía llegar a decirte..-ambos soltamos un suspiro.
Una vez en la cafetería los dos nos sentamos frente a Claudia.
-Mentí... Si nos vamos a ir a vivir con papá, pero me aparecí por Buenos Aires antes porque no se cuando va a ser la última vez que voy a verte Pit-su mamá estiró sus brazos y lo agarró de las manos, se emocionó-y.. El abuelo...-hizo una pausa.
Peter estaba estático, mientras, yo quería pensar que había pasado lo que entendí que pasó.
Lo agarré del brazo, pero no reaccionaba, de pronto miró a su mamá a los ojos.
-¿Qué?
-Tenía 93 años Peter... No estaba bien, con papá no quisimos decírtelo, sabemos que ustedes eran re compañeros, unidos..
Tan solo al pensar en eso se me formó un nudo en la garganta, no conocía a su abuelo, pero al ver los ojitos brillosos supe que él realmente lo quería.
Se puso de pie y abrazó a su mamá, ella le contó que su papá estaba haciendo los trámites, el abuelo era del lado de Juan, su papá.
Cuando Claudia se fue miré al café frío sobre la mesa, puse plata y le hice señas para que salgamos a tomar aire, nos pusimos a caminar por una plaza, de un momento a otro Peter se puso a llorar, se transformó en un nene chiquito, me abrazó, lo abracé tratando de contenerlo.
Tal vez él necesitaba eso, llorar, yo quería hacer algo para traerle calma, pero no sabía que, además cada uno hace su propio duelo.
-Mi abuelo.. Mi abuelo era un gran hombre, viejito, juguetón, divertido y...-tomó aire y lo soltó- con él siempre puse ser yo mismo... Él sabía de mi sexualidad, mi forma de pensar y jamás me juzgó.. Era mi compañero de tardes de ajedrez y meditación, le había enseñado a meditar, le encantaba..
Su respiración se aceleró, volví a darle un abrazo y besé su mejilla.
-Llorá todo lo que lo necesites...-lo agarré del brazo.
Juntos seguimos caminando así, sin soltarnos.
Lo hice recorrer distintos lados para intentar que se despeje, cuando se hizo de noche volvimos.
Peter abrió la puerta de su departamento me salió mi lado más humano e hice lo que en otro momento hubiese evitado hacer.
-Ey-lo llamé antes de que cerrara su puerta- podes quedarte acá por hoy... O hasta que lo necesites... No es lindo estar solo en estas situaciones..-mi respiración también se aceleró, me acordé de mi abuela, había fallecido hace varios años, pero también era mi confidente, mi gran compañera en todo, Peter Lanzani y yo teníamos varias cosas en común, jamás lo hubiese imaginado.
Para sorpresa mía él me sonrió.
-Hay un pequeño detalle.. No puedo dejar solo a Will...
-Tu cachorro-recordé que no sabe mear en un solo lugar y ama mi alfombra- no, él se queda ahí
-Te prometo que no va a pillarte nada-elevó sus cejas mirándome, terminé suspirando.
-Ok, pero duerme en el balcón
-Trato hecho-juntó su mano con la mía y me hizo reír.

2 AM, había quedado con Juan Pedro que él iba a dormir en el sillón y Willbur en el balcón, ¿quién no está durmiendo en el sillón y quién no está durmiendo en el balcón?
Quería matarme, su cachorro estaba roncando, ¿los animales roncan?
Peter estaba abrazado al animal, igual esa imagen me pareció tierna, leí en internet que los animales perciben la energía de las personas, se dan cuenta del ánimo y tratan de alegrarlos.
Es cuestión de verlo a Willbur pegado a su dueño para que empiece a preguntarme si eso es cierto.

Desperté, cuando abrí mis ojos lo hice porque Willbur estaba lamiéndome la cara, lo aparté de mi y me puse de pie, directamente me bañé, quise salir de la ducha pero hubo un pequeño detalle, no tenía toalla.
-Juan Pedro, ¡Peter!-lo llamé desesperada- sea donde sea que estes, ¿podes buscar una toalla? En el cajón que está en el lavadero, en el mueble de madera..
Él se apareció en boxers y entró al baño, rápidamente corrí la cortina para que no me vea.
-Tranquila que nada de eso me puede entusiasmar-se rió, me alivió que tuviera por lo menos un poco de sentido del humor-ya voy..
Se desapareció para después entrar nuevamente al baño y darme la toalla.
-Ahora que pienso, siento curiosidad..
Cuando abrió la cortina yo ya me había cubierto con la toalla, me reí en su cara.
-No juegues con fuego, no te subestimes, crees que no podes quemarte, pero.. ¿Quién sabe? Lo mejor es que dejes de lado esto de ser un homosexual curioso por entender la heterosexualidad..
-Bisexualidad, vos sos bisexual, ¿no?-me miró a los ojos divertido.
-Sí... Y creé que no te intereso-salí de la ducha para perderme de su vista, ¿porque su "curiosidad" me había puesto tan nerviosa? No hay chances, no hay ninguna chance.
Una vez ya lista caminé hasta la cocina, había aroma rico.
-Hice tostadas.. Y exprimido de naranja, no habían muchas cosas veganas, por suerte tenes dulces caseros y bastantes frutas, yo con eso me arreglo
Cierto... Es vegano.
-Gracias por preparar todo esto.. Y bueno, después tengo que ir a hacer las compras, podes comprar algo de lo tuyo así pruebo algo nuevo...
-Algo nuevo-elevó sus cejas, encontró la manera de molestarme e intimidarme.
-Para tu información yo soy de probar de todo, ya probé todo..
Iba a seguir hablándole cuando me levantó con sus brazos y me sentó sobre la mesada de la cocina, me quedé estática.
-¿A qué estas jugando?-lo miré con seriedad.
-A ser una pareja de heterosexuales, a ser novios que hacen cosas de novios, ¡necesito despejarme Lali!
Entonces lo entendí, quería olvidarse por un ratito de todos los dramas de su vida.
Él rozó su boca sobre mi cuello y me puse en estado de alerta, comenzó a besármelo, se rió al notar que la respiración se me estaba acelerando.
-Esto es sencillo... Es algo que a todos nos gusta..-me habló cerquita.
Lo tomé desprevenido y lo besé, lo abracé por el cuello, él buscó mi cuello nuevamente con su boca, mientras su mano se deslizó sobre mi pierna, terminó dejándola en mi rodilla, todo se estaba yendo al diablo.
Cuando metió su mano debajo de mi remera y me acarició el abdomen me miró a los ojos, después buscó mi escote, rozó sus dedos, sin hacer nada más, le facilité las cosas y desabroché mi sostén, aún tenía la remera puesta.
Se acercó nuevamente y paró, dejó su frente chocándose con la mía.
-Estoy haciendo cualquier cosa.. ¿No?-se puso a reflexionar, ahora, justamente ahora, en el momento exacto en el que quería ver que era capaz de hacer conmigo- no quiero jugar con vos... Yo.. Jamás podría darte...-se puso vergonzoso- soy un estúpido..
-No.. No lo sos-suspiré- solamente tuviste un lapsus de confusión-esbocé una pequeña sonrisa para animarlo.
Me sentí decepcionada de mi misma, no sé porque lo creí capaz de probar otra cosa, algo nuevo, tal vez porque yo soy una persona que es así, no todo el mundo piensa igual.
Agarré mi sostén y me saqué mi remera quedando mis pechos exhibidos, me lo puse para después volver a cubrirme.
Ni me atreví a espiar si Juan Pedro me había espiado.

Lazo imprevistoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora