Capítulo 24

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Cuando desperté lo hice porque sentí que alguien estaba zarandeándome, Peter tenía una torta improvisada con alfajores de chocolate, le había puesto una vela, se puso a cantarme el feliz cumpleaños con alegría, eso me hizo sonreír, apagué la vela después de pedir tres deseos.
-Gracias-no dejé de mirarlo a los ojos, él se acercó a mi cara y besó mis labios-¿vas a darme una sorpresa mañanera?-elevé mis cejas.
-¿Ya te olvidaste? Mi sorpresa principal te la di dos semanas y algo antes..-me miró divertido, me hizo reír, lo abracé por el cuello y lo besé nuevamente.
-El bebé es la verdadera sorpresa que no esperaba, pero ahora quiero.. Quiero otra cosa..-mordí mis labios.
Juan Pedro entendió mi directa indirecta, lentamente me fue desnudando para dejarme debajo suyo, una nueva ola de calor se apoderó de mi, lo aferré bien entre mis brazos, sentir pasión y emoción al mismo tiempo era algo mágico.
-Mmm... Tenemos que bañarnos, vestirnos e ir a nuestra fiesta de compromiso.. Sí, el día de tu cumpleaños, perdón-Peter me miró culposo, podía notarlo en su cara, en su cuerpo, estaba avergonzado.
Solo haríamos una aparición en ese almuerzo familiar y nos iríamos, hoy no pensaba enfrentar a su familia y oponerme a nuestro sagrado matrimonio, hoy había planeado disfrutar del día a pesar de este plan de mierda.
Desayuné junto a Peter, tomamos café, me bañé y tonteamos debajo de la ducha, había despertado demasiado hormonal.
-Bueno, ¡basta!-me reí cuando Peter me besó una vez más, ahora estábamos en la puerta del salón que habían alquilado sus papás.
-¡Hola!-Juan se acercó y me abrazó cálido-¡que hermoso que hayan decidido casarse!
-Ustedes le propusieron casamiento a Lali, no yo...-Peter se puso nervioso, su papá se lo quedó mirando.
-¿No le propusiste matrimonio? ¿No hay anillo?-Juan se alteró de un segundo a otro- no puede ser, es la fiesta de compromiso, todos van a querer ver los anillos.. ¡Úrsula!-la llamó, ella abrió bien mis ojos al ver la cara de pánico que teníamos con Peter-¿podes ir a comprar dos anillos de compromiso ahora?
¡¿Qué?! Mi "suegro" estaba completamente loco.
Úrsula no tuvo otra que asentir con la cabeza, se fue, pero antes nos susurró un "perdón" que solo nosotros escuchamos.

Quería tomar vino, pero no podía por razones obvias, todo sería mucho más llevadero si tuviese alcohol en mi sangre, cuando Úrsula llegó se acercó Claudia.
-¡Ponganse los anillos!
Fue una orden, quería desobedecerla, pero hoy NO, que reine la paz en mi día me puse a cantar para mi misma en mi propia mente.
Así que terminé haciéndole caso.
Juan pidió un silencio para hacer un brindis y anunciar nuestro compromiso, cuando se abrió la puerta del salón, no...
Mis papás, bronceados, con ropa nada elegante caminaron hasta donde estábamos nosotros.
-¡No íbamos a perdernos este evento!-papá me miró divertido, estaba disfrutando de verme sufrir-no nos contaste que te casabas hija
-¿Hija?-Juan me miró, después miró a mi papá-¿sos el papá de Mariana?
-El mismo-mi papá orgulloso lo saludó con un abrazo, noté la incomodidad de Peter al ver a su papá estático- un gusto, soy Leonardo
-Y yo Inés-mi mamá también lo abrazó, al ver a la que supuso que era la de Peter también la saludó cariñosamente-¿vos sos?
-Claudia.. Y ustedes... ¿Son los papás de Mariana?
Estaban con cara de pánico, mis papás no parecían mis papás, nadie creería que yo soy su hija, solo por como me visto y como veo la vida en muchos aspectos, aunque en otros soy como ellos.
-¡Que feliz de conocerlos estoy!-mamá aplaudió entusiasmada, no reparó en que todos los invitados (a los cuales algunos yo ni conocía) estaban mirándola- siempre quise ir a un casamiento, ¡pero no al mío! La verdad me sorprendí de la decisión de mi hija, no nos contó nada, solamente que voy a ser abuela
Y fue la gota que rebalsó el vaso para que todo se vuelva un caos, murmullos, los papás de Peter palidecieron.
-¿Qué pasa?-mi papá me miró sin entender nada-¿no les contaron lo del bebé?
Quería matarlo, quería matarlos, ahora los papás de Peter tenían más motivos para que nos casemos en una iglesia.
Drama, todo se volvió un drama, terminamos el círculo más intimo tomando aire en el jardín del lugar.
-Entonces...-Claudia hizo una pausa tratando de procesar todo- ustedes son Leonardo e Inés, no están casados, Mariana es hija de ustedes y ella va a tener un hijo con mi hijo..
-Yo..-tenía que interrumpir la conversación, pero.. ¿Cómo?
-Yo...-Peter me miró antes de hablar- todo es mentira, yo no puedo casarme con Lali porque..
No entendí que estaba elaborando en su cabeza, sin tan solo pudiera leerle la mente ponernos de acuerdo para decir una mentira sería más fácil.
-¿Porqué no te podes casar con la madre de tu hijo? Tenes que casarte lo más rápido posible, ya nuestra familia quedó "manchada" por todo lo que pasó hace minutos, todos los de la iglesia van a hablar.. Es un error que vayan a traer un bebé a este mundo antes de casarse... Lo menos que podes hacer es remediar esto-Juan miró firmemente a su hijo, ninguno de los dos pestañeo.
-No puedo casarme, porque soy gay...-Peter cerró sus ojos al decirlo, la cara de sus papás se transformaron, mientras que en la de los míos nada, es más, se rieron, los fulminé con la mirada mal para que guarden algo de seriedad.
-Vos...-Claudia lo agarró del brazo y su hijo abrió sus ojos-¿estás mintiéndonos para no casarte? Bueno, no hace falta que te cases, podemos pensarlo bien, que pueden hacer, pero.. ¡No nos hagas bromas así! Ya de por si este fue un día difícil para nosotros
-No les estoy mintiendo-Peter estaba nervioso, lo tomé de la mano en señal de apoyo- yo no soy la persona que creen que soy..
-Bueno Pit, creo que ya es demasiado por hoy, demasiado para este día-busqué su mirada y él soltó un suspiro, terminó asintiendo con la cabeza- bueno... Nosotros nos vamos...
-¡¿Se van?!-mi papá tuvo que hablar- ¡celebremos la nueva vida que tenes en tu interior La!-mi papá miró, después hizo eso mismo, posó sus ojos en los del papá de Peter- y que su hijo Juan Pedro se animó a ser sincero, nada peor que fingir algo que uno no es, el dolor a no ser aceptado, el miedo al rechazo básicamente..
-¡Papá basta!-lo miré mal- es mucho por hoy
Miré a Peter que estaba algo ido y tiré de su mano para que se mueva.
-¡Feliz cumpleaños hija! Pasaron tantas cosas que casi nos olvidamos de eso-mamá agregó como frutilla del postre.
Abandonamos el salón de fiesta, todos los invitados estaban callados, me subí al auto y apoyé mi cara contra el asiento, sentí nauseas.
-¿Podemos irnos de una vez por todas?-lo miré y él asintió con la cabeza.
Manejó, no sabía a donde estábamos yendo, terminamos en un barcito, nos sentamos al aire libre, necesitábamos aire.
-Porqué... ¿Porqué decidiste hablar de lo tuyo? Ya estaban pasando suficientes cosas..
Peter levantó su mirada para no apartarla de mi.
-Quería sacarte un poco de peso y... Para liberarte de mi familia, desde el principio tuve que enfrentar esto yo solo..
Sus ojitos se pusieron brillosos por las lágrimas contenidas.
-¡No me llores hoy que todavía es mi cumpleaños!-esbocé una pequeña sonrisa para levantarle el ánimo- gracias por intentar.. Intentar sacarme del medio de todo, pero decidí quedarme a tu lado Peter, aunque pasen cosas malas, aunque espero que pasen más cosas buenas-asentí con la cabeza, agarré su cara entre mis manos y él chocó su frente con la mía- no estas solo Juan Pedro, no lo estas entendiendo..-se lo susurré- ¡que entre en tu cabecita! Dejame entrar con vos a Júpiter, o Marte, o la luna...
Él se rió mirándome nuevamente a los ojos.
-Lo decís porque vivo en mi propio planeta, ¿no?-hizo la pregunta más obvia del mundo, asentí riéndome-entonces.. Me estas queriendo decir que te deje entrar a mi vida-sacó como conclusión.
Realmente no lo había pensado bien, no pensé en eso, pero justamente lo que quería expresar terminó siendo eso.
-¿Vas a dejarme entrar?-esbocé una pequeña sonrisa, él también me sonrió, me besó ansiosamente, por un momento olvidé que estábamos en un lugar público y era de día.
-Sí Mariana.. Marianita.. Lali.. La chica correcta que se cruzó con la persona más desastrosa de todas..
-No seas dramático, somos opuestos complementarios...-le recordé y él volvió a sonreírme, dejó un beso en mi mano haciendo que eso me de gracia.
Peter se encargó de hacerme olvidar de todo, me contó cosas divertidas, me hizo bromas, comimos tranquilos y después fuimos por helado, últimamente la felicidad me la está dando su compañía, para mi él es.. Imperfectamente perfecto.
Dios, Candela tiene razón, estoy perdiendo la cabeza.

Lazo imprevistoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora