𝓒𝓪𝓹í𝓽𝓾𝓵𝓸 6

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  Si hay algo que he aprendido a los golpes durante mi vida es que no todos somos lo suficientemente fuertes para mostrar nuestra verdadera esencia. En gran mayoría, la gente siempre tiene miedo del qué dirán o, aún peor, la soledad. Creo que no hay peor castigo que ese, mucho más si se lo impone uno mismo.
  Todo el tiempo me preguntaba si Harvey estaba acompañado, lo cual era casi seguro que sí; mas mi ansiedad llegaba a un extremo casi aterrador. Dormía pensando que sería despertada por una llamada de Frank. Temiendo lo peor, caminaba y sonreía día tras día. Nadie (además de Andrew) sabía lo que pasaba por mi cabeza, temía que me tomaran de exagerada.
  ¿Lo peor? Harvey no era mi única preocupación, también tenía la sombra de Caleb acechándome, la llegada de mis padres y la cena en casa de Spencer. Había pasado una semana desde la última conversación que tuvimos, ella no quería molestarme y yo tampoco sabía qué decir exactamente. Tenía un remolino de sentimientos encontrados, en especial ese día.
  Era nuestro último día en el set, estaba quitándome el maquillaje en mi tráiler cuando Nick entró por la puerta, sonriendo algo triste. Nick era la clase de persona que se aferraba mucho emocionalmente a los lugares que lo ponían feliz.
  —Hay pañuelos en mi bolso, por si necesitas.
  —Estaré bien —dijo sentándose a mi lado—. No puedo decir lo mismo de Andrew.
  —¿Tammy llegó? —pregunté pasando una crema por mi rostro.
  —Ya lo está ayudando —afirmó, a lo que reímos—. ¿Emocionada por mañana?
  A pesar de todos los nervios que trataba de controlar por dentro, aún encontraba un poco de confort en el siguiente proyecto. Ya todo estaba listo para que firmara contrato con Universal, y en menos de un mes iniciaría el rodaje de Empedernidos.
  Había hablado con Eliza, traté de sacarle el nombre de la persona con la que trabajaría codo a codo, pero dijo que lo sabría el día de la reunión. Solo aseguró que tendríamos una química instantánea, estaba convencida de ello.
  —Bastante —respondí guardando mis cosas—. ¿Quién crees que interpretará a Adam?
  —James McAvoy —contestó con seguridad. Alcé las cejas, tratando de no reír—. ¿Qué? ¡¿Acaso no has visto lo que ese hombre hace?! Es muy bueno.
  —También creo que está soltero.
  —¡¿En serio?! —cuestionó casi saltando de la silla. Al darse cuenta de su exabrupto, carraspeó y se volvió a acomodar—. Quiero decir, ¿en serio?
  Solté una carcajada negando con la cabeza. Adoraba a Nick con toda el alma. Era pura risa, alegría y luz. Tal vez por eso me gustaba tenerlo cerca, aportaba brillo en mi vida.
  —Okay, Sr. McAvoy, vámonos antes de que me desmaye del sueño.
  —Como usted ordene, Sra. Evans.
  —Uhh, sonó tan bien. Dilo de vuelta.
  —¡Sra. Evans!
  —Yeah, baby!
  Nick y yo abandonamos el tráiler entre carcajadas y burlas hacia el otro. Camino a mi auto nos encontramos con el matrimonio Michaels, del cual nos despedimos sabiendo que los volveríamos a ver en la cena de Spencer. Mi hermana se había tomado el trabajo de invitar a Nick también. No me molestaba, por lo menos haría de intermediario en caso de que Spencer o mi madre empezaran con sus comentarios incómodos.
  Esa noche Nick se quedaría a dormir en mi casa, por lo que al llegar saludó a Almmy y fue directamente a la cocina. Eran cerca de las 02 de la madrugada, pero ambos teníamos demasiada hambre.
  —¡Uh, pizza! —lo escucho exclamar mientras yo subía las escaleras.
  —¡La hice ayer!
  —¡Aún sabe bien!
  Suspiré entrando a mi habitación. Tomé una ducha rápida y me coloqué mi pijama de Groot. Consistía en una remera manga corta blanca con el baby Groot en el centro y su famosa frase debajo; a juego tenía el pantalón largo color durazno con minis Groot y corazoncitos negros.
  Bajé y fui directo a la cocina, donde me encontré a Nick comiendo y mirando su celular. Almmy estaba sentada a su lado, esperando que algo cayera al suelo.
  —Ven, Almmy.
  Agarré su plato que estaba en el suelo y le serví un poco de su alimento. Ella, contenta, comió su cena/desayuno.
  —¿Desde cuándo cocinas?
  —Cuando tengo tiempo —contesté agarrando una porción de la fuente—. ¿Por qué? ¿No está buena?
  —De hecho sí. Pensé que tendría que mentir.
  Reí tomando asiento. Solté un suspiro agotado.
  —Necesito vacaciones.
  —Somos dos.
  —Me estreso con tan solo pensar en la cena de mañana —comenté cerrando los ojos—. No dejes que mi madre empiece con el tema de parejas, por favor.
  —Me aseguraré de que su atención esté puesta en mí —prometió—. Ama escuchar mis historias.
  Sonreí débil, bajando la mirada hacia la mesa. Tenía un agotamiento extremo, sentía todo mi cuerpo pesado y el dolor de cabeza era constante. A esas alturas me sorprendía no haber perdido la cabeza, no entendía cómo me mantenía de pie.
  —¿No hubo alguien después de Caleb y me lo ocultaste? —cuestionó intrigado.
  —Te juro que no.
  —¿Qué había pasado entre ustedes?
  —No funcionamos, éramos demasiado diferente —contesté obviando la realidad. No era muy placentero saber los detalles, mucho menos contarlos. Algunas verdades suelen causar más daño, tanto como interna y externamente; no solo a ti, sino también a los que te rodean.
  Lo que más me asustaba era la manera en la que sus miradas sobre mí cambiarían, ya tenía suficiente con las críticas del día a día, no creía soportar la juzgación de mi propia familia.
  —Puede pasar —pausó—. Aunque debes admitir que te gustó estar en pareja.
  —No era un cuento de hadas, si a eso te refieres.
  —Nada lo es —suspiró—. Pero si estás con la persona correcta, se puede encontrar una solución razonable.
  —Ahora, ¿cómo sabes qué es la correcta?
  —Lo sientes —contestó mirándome. Arrugué la nariz.
  —¿Solo así? ¿Lo sientes?
  —Sí, eso creo —rio encogiéndose de hombros—. ¿Acaso no es lo que le pasó a Andrew cuando conoció a Tammy?
  Asentí lentamente, recordando las miles historias que Andrew contaba en cada aniversario y siempre terminaba diciendo "lo supe apenas me sonrió". El inglés era una persona extremadamente romántica, todos sabían eso. Tammy adoraba esa parte de él.
  —Si ambos estamos solteros para los 35, nos casamos y vivimos juntitos.
  —Dalo por hecho, principessa.
  Nick y yo chocamos puños, para luego reírnos. A esa hora no había neurona que se conectara en nuestro cerebro, solo decíamos boberías sin sentido.
  Después de la cena improvisada, fuimos directo a la cama. Tuve que soportar los ronquidos del moreno hasta que pude quedarme dormida. Por supuesto, él fue el primero en despertarse y básicamente pegarme con la almohada hasta que le prestara atención.
  —Roma, Roma, Roma —decía en cada golpe—. ¡Romaaaaa!
  —¡¿Qué, Nicholas?! ¡¿Qué?! —exclamé sentándome en la cama.
  —No hay café.
  —¡Hay una cafetería a una cuadra! —le di la espalda—. ¡Saca dinero de mi billetera y ve a comprar! ¡Y déjame dormir!
  —Sí, mami.
  Solté un gruñido mientras tapaba mi cara con la almohada. No había nada más que odiara en el mundo que despertaran. Siempre preferí mil veces despertarme por mi cuenta, sino me ponía de malhumor; Nick sabía eso, y le gustaba fastidiarme.
  No sé cuánto tiempo más pasó, pero volví a despertar cuando Nick saltó encima mío, riendo al escucharme suspirar, tratando de encontrar paciencia en mi interior.
  —¿Ahora qué, corazón?
  —Acabo de tener una loca idea —dijo sacando la almohada de mi cara, aún así mantuve los ojos cerrados—. ¿Y si nos vamos ya para el estudio?
  —Todavía faltan como cuatro horas para la reunión.
  —Pero si llegamos temprano, podríamos estacionarnos lo suficientemente cerca para vigilar y ver qué actores entran cerca del horario de la reunión.
  Tras escuchar su plan, abrí los ojos y lo miré fijo. Nick seguía sonriendo emocionado, quería saber con quién nos encontraríamos y admito que yo también. La curiosidad ya era demasiada, y algo internamente me decía que iba a ser un shock total.
  —Podemos comprar frambuesas con chocolate —canturreó, alzando y bajando las cejas.
  —Okay.
  Nick salió de encima mío para poder levantarme de la cama. Despegué mi cuerpo del cómodo lugar en el que me encontraba y caminé arrastrando los pies hasta el baño. Tomé una ducha rápida, ya que tardaba más tiempo secando y alisando mi cabello. Luego de ello, saqué un conjunto de mi armario. Consistía en un pantalón crema semi formal tiro alto, la cual combiné con una blusa blanca y arriba un tapado beige clarito. No tenía ganas de usar tacones, por lo que opté por zapatillas Adidas blancas. Tomé mi cartera, en donde guardé mi billetera, lentes, un gloss y mi celular. Al bajar, Nick me estaba esperando en la entrada. Él se mantuvo fiel a su look de color negro, según era el mejor color que le sentaba. Sostenía un morral en su mano izquierda y un termo mediano junto a dos tazas en su mano derecha. Almmy estaba sentada a su lado, la cual sostenía su correa de paseo en la boca. Reí sacando el celular para sacarle una foto a mi fiel compañera.
  —La llevamos, ¿no?
  —Obvio que sí —sonreí caminando hacia la puerta para abrirla. Mis dos acompañante salieron casi corriendo y esperaron que le sacara la alarma a la camioneta. Suspiré—. Parezco una mamá, llevando sus retoños al primer día de clase.
  —Okay, mamá sexy —bromeó Nick, poniéndose serio de repente—. ¡Ya vámonos o no resolveremos ningún misterio!
  —¡Bien! —exclamé abriéndole la puerta para que subiera. Luego abrí la trasera, por la que Almmy subió. Tras cerrar, rodeé el vehículo para subir al lado del piloto y encender mi bella camioneta Mercedes Benz, más específica una GLK 300 negra. Había ahorrado por meses para poder comprármela y no tenía intenciones de cambiarla, era la más cómoda para mí.
  Nick se encargó de la música durante el viaje, teníamos gustos idénticos en cuanto a canciones. Amábamos escuchar a las Spice Girls. Nuestro pequeño show se interrumpió no más cuando el de cabello negro se bajó a comprarme las frambuesas con chocolate. Después continuamos nuestro camino hasta el edificio donde se realizaría la firma del contrato. Por razones que solo Nick entiende, me hizo estacionar de la mano de enfrente y lo suficientemente alejados para que no reconocieran mi camioneta. De su morral sacó unos binoculares que reconocí al instante.
  —Esos son de Kendall.
  —Estaban en tu casa. Capaz se los olvidó —dijo y volvió a cargar su taza con café. Yo por mi lado me acomodé en el asiento y empecé a comer mis frambuesas. Almmy mordía su hueso con paciencia y concentración en la parte de atrás.
  Una hora había pasado, estaba segura de que Nicholas ya tenía sus párpados marcados con la forma redonda de los binoculares.
  —¡Veo a Jacob Elordi! —exclamó eufórico— ¡Vaya que es alto!
  —No creo que sea él —respondí tirando un poco el asiento hacia atrás con toda la intención de volver a dormir. Aún nos quedaba esperar otra hora más.
  —¿Y Elliot Page?
  —Uh, me encantaría trabajar con él.
  —Falsa alarma. Siguió de largo.
  No sé cuánto tiempo pasó, solo sé que desperté cuando escuché un "Oh my God!" de Nick que me asustó. Incluso Almmy le ladró.
  —¡Roma! ¡Es Shaun! ¡ES SHAUN!
  —¡¿Qué?! ¡Dame eso! —le arrebaté los binoculares a Nicholas y los acerqué a mis ojos. Efectivamente allí estaba, parado en la entrada del hotel junto a su representante, Hope Franco, y asistente personal; frente a los tres se encontraba la persona por la cual Nicholas confirmó que Shaun interpretaría a Adam: Eliza Morti.
  —No puede ser —susurré tirándome de vuelta en mi asiento. El oji-marrón sonreí de oreja a oreja y festejaba en su lugar.
  —¡Roma, ustedes dos van a hacer un gran equipo! —frunció al ceño al notar mi cara—. ¿Por qué estás roja?
  —¡¿Por qué?! ¡¿De verdad quieres saber por qué?! —comencé a reír— Dos semanas atrás, Miguel me contó que la divina representante de Shaun lo llamó con una interesante propuesta. ¡Quería que yo fingiera ser la novia de aquel... ser humano!
  —Oh, ya veo —dijo borrando su sonrisa—. ¿Crees que Hope movió algunos hilos para asegurarse de tenerlos juntos?
  —¿Acaso tú no? —apoyé mi cabeza en el volante, soltando maldiciones en voz baja. Un golpecito en el vidrio de mi lado hizo que levantara la mirada. Me encontré con la cara de pánico de Miguel, pidiendo que bajara la ventanilla, lo cual hice—. Dime que no sabías nada o juro que te arrancaré los testículos y se los serviré a Almmy en la cena.
  —Estoy en shock tanto como tú —afirmó—. Esto es lo que haremos. Entraré y diré que llegarás cinco minutos tarde, será suficiente para hablar con Eliza y llegar al fondo de esto.
  —Bien, esperaremos aquí —respondió Nick por mí.
  Miguel se alejó, lo seguimos con la mirada hasta que desapareció de nuestro radar visual cuando se adentró en el edificio. Sin darme cuenta, empecé a mover mi pierna derecha y apretaba el volante con fuerza. Nick lo notó, pensó que iba a tener un ataque de ansiedad en ese mismo momento y no sería una bonita situación.
  —Respira, Roma, respira —dijo. Ambos empezamos a inhalar y exhalar al unísono, me extendió sus manos para que las tomara. Estuvimos así por un rato, tratando de tranquilizarme.
  En otras circunstancias hubiese estado muy contenta. Después de todo, Shaun era un actor increíble, conocido y muchos (actores, directores, estilistas, etc) hablaban cosas buenas sobre él. Sin embargo, dado a lo ocurrido en las últimas semanas, mi mente divagaba y solo pensaba en que todo lo había arreglado Hope para tenernos juntos el tiempo justo y necesario para levantar rumores. Ese tipo de estrategias nunca fueron de mi agrado.
  El teléfono de Nick sonó, afortunadamente ya me encontraba más tranquila; aún así, el nudo en mi estómago continuaba allí.
  —Al parecer Eliza y los productores tuvieron una reunión con Shaun el mismo día que la tuvieron contigo —comentó leyendo el mensaje—. No sabe si Hope ya estaba enterada de tu participación.
  —Seguro sí.
  Suspiré dejándome caer en el asiento.
  —¿Qué quieres hacer?
  —Realmente quiero trabajar con Eliza —respondí mirándolo—. Es una historia hermosa, mi instinto me dice que es un gran paso en mi carrera. Dejar ir una oportunidad como esta... sería tonto de mi parte.
  —Entonces deberás cuidarte —advirtió—. Al menos hasta que sepas si puedes confiar en Shaun.
  —Lo sé —asentí agarrando mi cartera—. Vamos.
  Los dos bajamos del auto y le puse alarma, obviamente dejé una de las ventanillas un poco baja por Almmy.
  Cruzamos la calle y nos adentramos en el edificio, allí ya nos estaba esperando una chica vestida con un traje. Se presentó como la asistente de Eliza y dijo que nos iba a guiar hasta la sala donde se llevaría a cabo la reunión. Debo admitir que de los nervios no recuerdo el nombre de aquella dulce chica, solo sé que tenía ojos de color avellana.
  Cada paso me costaba más, también sentía como si el aire me estuviese faltando y tenía miedo de que se me cerrara el pecho. Interiormente me preguntaba "¿qué está mal conmigo? ¿Por qué me pongo así?", me sentía patética e idiota. Tenía ganas de golpearme por la actitud que tenía.
  Tragué saliva antes de que la chica nos abriera la puerta de vidrio para dejarnos entrar. Y allí estaban todos: los productores/as, Eliza, Miguel, Hope y Shaun. El último, al verme, sonrió y se levantó de su silla.
  —Roma, que bueno que llegaste —dijo Eliza contenta.
  —Lamento el retraso —dije caminando hacia una de las sillas libres, que estaba al lado de la de Shaun—, nos quedamos estancados en el tráfico.
  —Es genial poder conocerte al fin —habló Shaun y me saludó con un beso amistoso en la mejilla—. Shaun.
  —Sí, casi todo el mundo lo sabe —bromeé nerviosa—. Roma.
  Tomé asiento tras colgar mi cartera en la silla. Al ser los últimos en llegar, los ojos de todos en la sala estaban puestos en nosotros.
  La asistente de Eliza se acercó y colocó un vaso de agua frente a mí, lo cual agradecí porque era justo lo que necesitaba.
  Sentía la mirada de Miguel sobre mí, la cual trataba de ignorar porque solo me pondría más ansiosa. Uno de los productores inició la reunión, explicando cosas que ya sabíamos. Una de ellas era que el rodaje se llevaría a cabo en Newton, Massachusetts, lo cual no era ningún problema porque ya había ido muchas veces a ese pueblito, incluso tenía un pequeño departamento allí. Esa ciudad era mi lugar de escape cada vez que me sentía perdida.
  —El rodaje será de cinco meses —explicó la productora Amanda—. El último día sería el 23 de Diciembre, a tiempo para Noche Buena.
  —En dos semanas empezaremos con las pruebas de vestuario y cámara —continuó Eliza—. Viajarán a Newton luego de eso. El rodaje empieza el veinte de Agosto.
  Tanto los productores como Eliza siguieron hablando del rodaje y de cuánto nos pagarían, lo cual era una buena cantidad. Aunque, mientras ellos hablaban, mi curiosidad fue más fuerte y terminé observando a Shaun de reojo. Era atractivo, no lo negaba. Su cabello negro, tez blanca, ojos marrones y tenía una pequeña barba de solo un par de días. Tenía una remera blanca manga larga ajustada, por lo que se notaban sus trabajados brazos y apostaba que verlo sin camisa era aún mejor. Cuando sonrió... Dios, creo que hasta me sonrojé.
  Sí, era atractivo y parecía una buena persona, ¿pero realmente podía confiar en él?
  —Estos son sus contratos.
  Amanda colocó frente a casa uno nuestros respectivos contratos. Miguel y yo le dimos un ojeada final, puesto a que nos habían mandado un borrador anteriormente. Una vez que nos cercioramos de que todo estuviera en orden, firmé.
  Levanté la mirada, encontrándome con la gran sonrisa de Eliza, la cual respondí mientras le devolvía el contrato a Amanda.
  —¡Saquemos una foto! —exclamó Hope, quien no había emitido palabra alguna hasta el momento—. Solo de Shaun y Roma, las estrellas del momento.
  —Hope, no creo que sea necesario —intervino Miguel, tratando de sonar amable.
  —¡Oh, vamos! ¡Es un gran momento!
  —Solo si ella acepta —habló Shaun refiriéndose a mí. Me giré a verlo con el ceño levemente fruncido—. No tenemos que hacerlo si no quieres.
  —No, está bien —sonreí sin mostrar los dientes—. No tiene nada de malo una foto.
  Tenía una reputación que cuidar, no podía decir "no" frente a toda aquella gente importante. Luego la voz se corre y así también cosas como "es una chica difícil para trabajar" "no es nada amable" "tiene una actitud de perra", seguro hay insultos peores. No quería arriesgarme a nada de ello, por lo que solo me acerqué más a Shaun, miré a Hope y sonreí ampliamente, como si no tuviese nada de qué preocuparme. No obstante, mirando los ojos negros de la mujer frente a mí, supe que debía cuidarme. En especial cuando Shaun puso su brazo alrededor de mis hombros y sentí mi piel erizarse.
  Algo estaba mal, ¿pero qué?

OMG OMG OMG!!! Primera aparición de Shaun, ¿qué les pareció? 

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OMG OMG OMG!!! Primera aparición de Shaun, ¿qué les pareció? 

Creen que Roma deba cuidarse de él??? Los leooo

Hasta la próxima semana, lectores ♥

-Melany

Las dos caras de Roma.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora