𝓒𝓪𝓹í𝓽𝓾𝓵𝓸 10

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Es bien sabido que no todo es negro en la vida, hay pequeños y breves momentos donde ni siquiera es blanco, sino un color cálido. No digo rosa porque ya lo veo como algo exagerado. Dejémoslo en un turquesa. Ahora seguramente se pregunten por qué ese color en particular. Bueno, para aquellos que no estén familiarizados con el significado, el turquesa está relacionado con la creatividad, el amor, la calma, alegría y lealtad. Todos, como ven, sentimientos bonitos que prácticamente buscamos cada día de nuestra vida.
Ese día en particular, el primer día en el set, se sintió así. Tal vez fue la emoción, o capaz ese día estaba destinado a ser... diferente.
Eran las seis de la mañana cuando terminaron con mi maquillaje, peinado y de acomodar la panza de embarazada falsa debajo de mi pijama. Era mi primera vez usando una, por lo que no podía parar de reírme mientras me miraba en el espejo frente a mí.
—¡Esto se ha ido muy lejos en poco tiempo! —reí fijando mi mirada en Nick, quien sacaba fotos—. Andrew se volvería loco.
—Y a más de uno le daría un ataque —agregó pensando en mi familia, particularmente Lyla—. Te queda bien la onda embarazada. Deberías pensarlo.
—¡Ja! —reí poniéndome la campera negra larga— Estoy muy lejos de siquiera soñarlo, amigo mío.
Parker negó sonriendo, pero no contradijo. Me extendió el envase con mi té de hierbas y el guión, los cuales agarré.
—Hoy se graban todas las escenas de las etapas del embarazo —comenzó a explicar—. Empezarán con la escena 60...
—Donde ellos despiertan a la mañana y Diane rompe fuente.
—Exactamente —asintió—. Luego viene todo el show del parto, como me encantará ver eso —rio, llevándose una mala mirada por mi parte—. En fin, la meta hoy es terminar en la 40, donde Diane se entera que está embarazada.
—Perfecto.
Nick y yo abandonamos mi tráiler para dirigirnos hacia la casa/set. Él me iba comentado de otras cosas que tenía programadas para la semana, yo lo escuchaba y saludaba a las personas del equipo que se me cruzaban. Detuvimos la marcha cuando llegamos al porche, nos quedamos a un lado para no estorbar a los que salían y entraban por la puerta.
—¡Buenos días! —exclamó una voz masculina interrumpiendo lo que Nick decía. Ambos nos giramos para encontrarnos con mi co-protagonista y su asistente. Miré de reojo al hombre parado junto a mí, su cara se había transformado por completo.
La noche anterior Nick no nos quiso contar qué pasó entre él y Connor, por lo que su desagrado hacia él seguía siendo una incógnita.
—Hombres de negro —hablé irónica ya que ambos vestían de ese color. Shaun sonrió y se aproximó para saludarme con un beso en la mejilla—. ¿Cómo estás, Connor?
—Perfectamente bien, señorita Wilson, gracias por preguntar —respondió entrelazando sus manos detrás de su espalda. Giró levemente su cabeza, clavando los ojos en Nick—. Parker, gusto de verte.
—Sí, cómo no —soltó tajante. Poco a poco me fui alejando de mi amigo, quien escupía humo por las orejas, hasta colocarme al lado de Shaun—. ¿Acaso vienes a jugar conmigo otra vez?
—No, solo a hacer mi trabajo.
Desde la posición en la que estábamos, Shaun y yo movíamos los ojos de un lado a otro, tratando de adivinar lo que había pasado entre esos dos. De vez en cuando intercambiábamos miradas que decían "deberíamos dejarlos solos", pero el chisme nos podía más.
—También estabas trabajando el día que tuvimos sexo en el after party de los Oscars —atacó.
—¡Oh por Dios! —exclamó Shaun.
—¡Imagen mental! —dije fingiendo un escalofrío en todo el cuerpo.
El rostro serio de Connor se destruyó completamente, estaba sorprendido por la forma en la que su encuentro con Nick fue delatado. No se esperaba aquello, mucho menos nosotros.
—¡Y después me mentiste al decir que me llamarías! —siguió reclamando el de cabello azabache mientras se cruzaba de brazos.
—¡Perdí tu número!
—¡Ay, ajá! ¡A otro perro con ese hueso, querido!
Shaun y yo empezamos a retroceder poco a poco, sabiendo que ambos asistentes tenían mucho de lo que hablar y no les importaría nuestra ausencia. En cuanto pudimos, nos metimos dentro de la casa y nos permitimos reír por lo que presenciamos minutos antes.
—Gran forma de empezar el rodaje —solté secándome las pocas lágrimas que se me habían escapado por tanto reírme.
—Ni siquiera sabía que se conocían —habló pensativo—. ¿Cómo es que nosotros no nos conocimos si fuimos a los Oscars?
—Cuando me pongo ansiosa tiendo a escapar de la gente —respondí encogiéndome de hombros—. No soy amante de las fiestas.
—Ahora todo tiene sentido.
La asistente de director, Kamala, se nos acercó para decirnos que ya podíamos subir. Los dos asentimos y la seguimos escaleras arriba hacia la habitación donde iniciaríamos con un largo día de rodaje. Ella nos iba comentando cómo habían acomodado la decoración y que Eliza nos indicaría nuestras posiciones.
Entrando ya en el cuarto, lo primero que noté fue que era muy grande. Sacando todas las cámaras y luces, diría que era más grande que la mía. Las paredes estaban pintadas de un color azul marino, en el medio contra la pared estaba la cama matrimonial con acolchados y almohadas blancas. En ambos costados habían mesitas de luz con veladores encima; uno tenía varios libros y envolturas de dulces, en el otro solo había un vaso de agua junto a un celular.
Eliza interrumpió su conversación con un productor para acercarse a nosotros y saludarnos con entusiasmos.
—Se ven bien. ¿Cómo están?
—Rara —admití acariciando mi panza falsa—. Nunca pensé que usaría una de estas.
—Hay una primera vez para todo —sonrió señalando a la cama—. Shaun, tú irás de lado derecho y Roma, tomarás el izquierdo.
El hombre a mi lado y yo seguimos las indicaciones, abrimos la cama y nos acomodamos en nuestros lugares. Yo me quedé sentada porque la maquilladora se acercó para hacerme unos retoques. Shaun estaba de costado, recargado en su brazo, para observar en mi dirección ya que Eliza se quedó parada al lado mío. Otra persona se acercó para agarrar el guión y el envase con té que aún tenía conmigo.
—Sé que ninguno de los dos actuó en una situación como esta antes, mucho menos la vivieron —reí ante el comentario—. Solo tengan en cuenta de que es un momento feliz en su vida, pero también lleno de nervios. Estamos hablando del nacimiento de su primer y único hijo.
—Samuel —dijo Shaun sonriendo, poniendo su otra mano sobre la panza.
—Será mejor que me acostumbre.
—Recuerda que para ti es un momento emocionante, pero a la vez tienes dudas y culpas por lo que Diane quiso hacer —asentí recostándome por completo en la cama—. Tal vez todavía no se dieron cuenta, pero tienen una fuerte química. Usen eso a su favor.
Eliza empezó a darle indicaciones finales a los camarógrafos. Por otro lado, Shaun y yo esperábamos mientras susurrábamos nuestras líneas.
—¡Así está perfecto! —la escuché decir—. Bien, silencio en la sala, por favor.
—¡Escena 60, toma uno! —exclamó otra voz.
—¡Acción!
Como yo aún tenía que permanecer "dormida", solo sentí cuando Shaun se movió en la cama y empezó a acariciar la gran panza. ¿Quería reírme? Absolutamente. En mi cabeza todo se veían muy raro y divertido, tuve que hacer un gran esfuerzo para no tentarme.
Pero luego, algo pasó que me desconcertó. Shaun, para "despertarme", daba pequeños besos en mi hombro y fue subiendo hasta llegar a mi rostro. Comenzó por mis mejillas, después mi frente, la punta de mi nariz, hasta que chocó sus labios con los míos. Respondí al beso instantáneamente. Sabía que eso estaba en el guión, pero no pensé que me iba a causar un revuelto en mi estómago.
Una enorme sonrisa se ancló en mi rostro cuando nos separamos. Mis brazos estaban rodeando su cuello, y tenía medio cuerpo de Shaun sobre mí.
—Excelente forma de despertar —dije bajando una mano para acariciar su mejilla—. Buenos días.
—¿Pudiste dormir bien? —preguntó uniendo nuestras frentes—. ¿O alguien te molestó mucho?
—Sorprendentemente estuvo muy quieto —reí besándolo cortamente—. Deberías levantarte o llegarás tarde al trabajo.
—Buen punto.
Shaun me dio otro beso casto y se separó por completo de mí. Salió de la cama soltando un suspiro, yo lo seguía con la mirada. No había notado que la parte de arriba del pijama era una musculosa negra, dejando ver a la perfección sus brazos trabajados. Tragué saliva desviando la mirada, lo cual disimulé con la acción de destaparte y apoyar ambos pies en el suelo.
No lo quise dar vueltas al asunto mientras grabábamos, en especial porque los nervios me consumían al estar actuando algo nuevo para mí. Sin embargo, cuando llegó el receso para comer, no podía dejar de pensar en ello. Para colmo, Nick se había perdido y no lo encontraba por ningún lado.
Estaba en la parte del catering, tenía una bolsa de papas fritas en la mano y una botella de agua abierta sobre la mesa. Miraba a varios miembros del elenco hablar, pero yo solo asentía o reía cuando ellos lo hacían porque mi cabeza estaba en una nube.
—Roma —llamó Bonnie, quien estaba al frente mío. A su lado, Shaun.
—¿Qué pasó?
—Tu celular —rio—. Está sonando.
Tenía razón. Saqué el celular del bolsillo de mi campera y leí el identificador. Atendí al instante cuando vi que era Frank.
—¿A qué le debo este honor? —cuestioné sarcástica mientras me alejaba del grupo.
—Sabes que siempre te llamo, Roma —sonreí. Era agradable escuchar su voz—. Solo quería darte un reporte; Harvey progresó bastante con las últimas sesiones de quimioterapia. Aunque...
—¿Aunque? —pregunté parándome de golpe. Frank suspiró.
—Podría ser diferente en un día o dos, con suerte meses —pausó esperando que dijese algo, mas mi mente aún seguía en shock—. Roma... ¿Nunca pensaste en hablarle otra vez? ¿Solucionar las cosas, tal vez?
No sabía que responder. Sí lo había pensado, pero cada vez que lo imaginaba, el reencuentro siempre terminaba de maneras diferentes, no particularmente bonitas.
Afortunadamente para mí, la voz de Bonnie llamándome me salvó de una charla reflexiva con mi cuñado.
—Debo irme. Te llamaré luego —colgué sin esperar respuesta. Giré y caminé hacia la morena—. ¿Todo bien?
—Yo debería preguntarte eso —contestó analizándome. Ella tenía mi botella de agua en la mano—. Estás blanca. ¿Necesitas algo para la presión?
—No, no, estoy bien. No te preocupes —sonreí para calmarla—. ¿Ya retomamos?
—Aún nos quedan veinte minutos —me extendió la botella—. ¿Cómo les fue hoy temprano con Shaun?
—Estuvo bien para ser la primera vez —admití. Ambas empezamos a caminar por el patio trasero de la casa. No era muy grande, pero tenía un par de hamacas; allí nos dirigimos y tomamos asiento.
—Pues, Shaun estaba bastante contento cuando llegué —contó hamacándose levemente—. Hace rato no lo veía así. Constance... Ella consumió casi toda su felicidad durante la relación. No le digas a nadie, pero me puse contenta cuando lo engañó. Faltaba eso para que abriera los ojos.
El noviazgo de Shaun y Constance no era para nada privado. Todo el tiempo salían nuevas fotos de ellos paseando, comprando o las que ella subía en redes sociales. Meses después de la ruptura, Shaun se enteró que Constance vendía las fotos que tenía a la prensa para ser el centro de atención. Ella buscaba fama, quería que las personas la reconocieran en la calle y que su nombre fuera el primero en salir cuando realizaras una búsqueda en Instagram. Soñaba con ser modelo, ya que físicamente tenía todo el estereotipo completo. Constance era alta, incluso unos metros más que Shaun; tenía un cabello largo, lacio y rubio natural, sus ojos verdosos resaltaban con fuerza y en cualquier hora del día. Era imposible mirarla y no decir "es bellísima". Pero su corazón hablaba diferente.
—Bueno, pudo ser en una peor temporada —dije mirándola—. Mi primer exnovio confesó que me engañó en Noche Buena.
—¡Nooo!
—¡Sí! —reí negando con la cabeza—. Pero ya pasó, era una adolescente hormonal. En ese entonces creía que iba a ser el fin del mundo, luego me convertí en adulta y me di cuenta de que hay cosas peores en la vida.
—Como dijo Benjamin Franklin —dijo soltando un bufido—. "En este mundo hay solo dos cosas seguras: la muerte y pagar impuestos".
—Tal cual —coincidí riendo. Destapé la botella de agua para beber un largo sorbo del líquido transparente.
A lo lejos reconocí el andar de Nick. Éste miraba hacia todos lados mientras arreglaba su cabello negro; cuando vio hacia nuestra dirección, se acercó corriendo.
—¡Por fin te encuentro! —exclamó recuperando el aliento—. Eliza las necesita.
Fruncí el ceño mirando a Nick de arriba hacia abajo varias veces. Parecía que había corrido un maratón durante horas, estaba transpirado y desaliñado. Mi mente empezó a atar cabos, pero tenía miedo de confirmar mi teoría.
—Okay, vamos.
Bonnie y yo nos levantamos de las hamacas e iniciamos el camino hacia el interior de la casa, Nick venía detrás de nosotras. Su silencio me parecía extraño, pero pensé en llenarlo de preguntas cuando termine la jornada laboral.
Entramos en la casa y fuimos a la sala, donde nos había indicado uno de los chicos de iluminación. Parados allí estaban Eliza, Greta -la directora de fotografía-, Connor y Shaun. El último tenía una cara de susto horrible, se veía como salido de una película de terror.
—Aquí estamos —anunció Bonnie. Las mujeres mayores nos miraron con una gran sonrisa y abrieron la ronda para que nos uniéramos.
—Vamos a empezar con la escena 53 —explicó Eliza—, donde Rain intenta coquetear con Adam, Diane los interrumpe y después los dos le cuentan del embarazo.
—Perfecto —dijimos al unísono. Por otro lado, Shaun seguía en silencio, mirando hacia quién sabía dónde sin parpadear.
Eliza y Greta se apartaron para seguir con otros temas del decorado, entre otras cosas, y nos dejaron en una ronda de cinco. Bonnie y yo cruzamos miradas, preguntándonos con los ojos si sabíamos lo que le pasaba al originario de China.
—¡Shaun! —exclamó pasando una mano delante de sus ojos—. ¡Shaun, despierta!
Bonnie aplaudió al frente suyo, provocando que parpadease y saliera del trance. El de ojos marrones miró a su amiga, luego a Connor, pasó su mirada a Nick y finalmente la fijó en mí.
—Quedé traumado de por vida.
Solo eso bastó para entender lo que había pasado, y fui yo quien le tuvo que explicar la situación a Bonnie mientras que Connor y Nick morían de vergüenza.
—Ustedes dos —los señaló Bonnie—, le pagarán la terapia al niño.
—Le dijo papi sexy —susurraba Shaun volviendo al estado de shock—. Nunca había escuchado tantos gritos en mi vida.
—Y ya lo rompieron —dije yo palmeando el hombro de Shaun.
Resulta que donde fuego hubo, cenizas quedaron. De tanta discusión, Nick y Connor terminaron en el tráiler de Shaun reviviendo viejos tiempos.
Mi primer día en el set fue turquesa. No todo fue perfecto, pero definitivamente estuvo lleno de momentos felices y... extraños. No obstante, lo que vendría después terminaría cambiando mi tablero de ajedrez por completo. Ese fue solo un respiro antes de caer en picada.  

Un poquito de comedia para alegrar vuestros corazones ♥ 

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Un poquito de comedia para alegrar vuestros corazones ♥ 

Espero que les haya gustado! Como dijo Roma, este fue un pequeño break antes de que empiecen a pasar cosillas.

PREGUNTAAAA:

¿Creen que Roma y Harvey deberían tener un reencuentro?

Los leo!

Hasta la próxima semana ♥

-Melany

Las dos caras de Roma.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora