𝓒𝓪𝓹𝓲𝓽𝓾𝓵𝓸 24

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Tener un día -o noche- libre es lo que todos deseamos de vez en cuando. Nos gusta distensar la mente, apagar el pensamiento constante de las responsabilidades y olvidar la rutina por un par de horas; disfrutar, en otras palabras, es lo que más nos gusta de la vida. Y si tienes un plan divertido, pues mejor aún.
Creo que la adrenalina del momento, más los nervios, hicieron que no sintiera ni una gota de cansancio durante el viaje de regreso a Los Ángeles. No todos lo sabían, principalmente porque habíamos ido por el cumpleaños de Donna y teníamos planeado visitar a Andrew antes de volver a Newton.
Shaun y yo nos encontrábamos terminando nuestros disfraces, estábamos en mi casa. Se sentía algo vacía sin la presencia de Almmy, pero pronto la tendría conmigo de vuelta.
—Tu casa es bonita —dijo admirándola, era su primera vez en mi hogar. Le sonreí agarrando su mentón para que me dejara terminar de maquillarlo.
—Gracias, cariño —hablé pasando una brocha por su mejilla—. Ahora quédate quieto o te dejaré como una especie de Freddy Krueger.
En asiático rio para después cerrar los ojos y permitirme terminar mi trabajo. Definitivamente habíamos pasado por varias ideas durante la semana, tanto así que el viernes a última hora tuvimos que elegir una de las tantas y tuvimos suerte de conseguir el vestuario necesario a tiempo. Como grandes fans de Tim Burton, pensamos en Emily y Victor de El cadáver de la novia, Jack y Sally -El extraño mundo de Jack- o Kim y Edward por El joven manos de tijera. Sin embargo, terminamos con otro clásico basado en hechos reales; porque también éramos fanáticos de los documentales, series y películas criminales. Vimos cientos de ellas, tanto por separado como juntos al empezar nuestra relación, y ambos coincidimos que Bonnie and Clyde era nuestra favorita. Para darle un tono más tétrico, pensamos en mancharnos con sangre falsa y maquillarnos algunos moretones como golpes. Además, nuestro vestuario también tenía manchas de suciedad y en algunas partes lo hicimos de tal forma que lucieran como heridas por balas. Por lo tanto, Shaun tenía una camisa blanca, pantalones de vestir y tiradores negros, con zapatos a juego. Yo, por otro lado, escogí una pollera negra ajustada al cuerpo de tiro alto que me llegaba hasta un poco más arriba de las rodillas; un sweater de lana crema con mangas largas campana, lo complementé con un cinturón faja negro y unos tacones del mismo color acorde a la época elegida.
Cuando llegamos a la casa de Donna, ella misma nos abrió la puerta y miró sorprendida escaneando nuestro disfraz.
—¡Me encantan! —exclamó dando pequeños saltos en su lugar para luego lanzarse hacia mí y envolverme en un fuerte abrazo— ¡Te extrañé mucho, amor!
—Yo también, Donna —admití separándome de ella. Le extendí una bolsa con el nombre de su marca favorita—. Feliz cumpleaños.
—Chanel, cómo me conoces —sonrió agarrando el regalo—. Gracias. ¡Pasen!
—¿Amor? —cuestionó Shaun divertido mientras ingresábamos en la propiedad.
—Es mi nombre al revés —reí—. Le obsesiona decirme así.
Tras cerrar la puerta, Donna se giró y encaró a Shaun con un corto beso en la mejilla.
—Un placer conocerte al fin, Shaun.
—Lo mismo digo —sonrió cortés—. Gracias por invitarme.
—¡Oh, no es nada! —exclamó la castaña un poco alto por el repentino aumento en la música— ¡Por favor, diviértanse! ¡Hay comida y mucho alcohol!
La de ojos azules desapareció de nuestro campo de visión ya que fue llamada por otro de los invitados. Shaun y yo avanzamos hasta el patio trasero donde se llevaba a cabo la celebración. Éste estaba decorado con diversas luces de colores, a un costado había una larga mesa con bebidas y comidas, al otro se encontraba un pequeño escenario donde el dj tenía su equipamiento para pasar la música. Esparcidos por todo el lugar había una gran cantidad de gente disfrazada y moviéndose al ritmo de Say my name.
—¿Ella conoce a todas estas personas? —preguntó anonadado.
—Es sociable —respondí—, muy sociable.
Decididos a distraernos y olvidar el trabajo por el resto de la noche, Shaun y yo entrelazamos nuestras manos y nos unimos a la multitud. Chocamos con algunos conocidos, los cuales trabajamos anteriormente. También conocimos a otros y casi tuve un ataque de nervios al ver a David Castañeda ahí.
—¡Ve a hablarle! —insistía Shaun tirando de mi mano ya que estaba congelada en mi lugar. Yo solo negaba con la cabeza sin parar— ¡Vamos! ¡Amor, vamos!
—¡Oblígame, perro! —exclamé en español recordando el meme. Y como si me hubiese entendido, tiró más fuerte de mi brazo provocando que caminara. Todo esto mientras gritaba el nombre del actor para llamar su atención, lo cual logró.
—¡Hola! Shaun, ¿cierto? —cuestionó amablemente el de origen mexicano.
—Sí, un placer —estrecharon sus manos—. Ella es mi novia, Roma. Una gran fanática de The Umbrella Academy.
—Hola —susurré nerviosa. Seguro no me escuchó.
—¿En serio? —dijo admirado— ¿Tienes una temporada favorita?
Shaun me pellizcó en la espalda para que saliera de mi trance, él sí que se estaba divirtiendo al verme hacer el ridículo.
—La tres —contesté sonriendo nerviosa—. En especial la parte donde bailan Footloose. Sabes moverte muy bien.
David soltó una risa bajando la mirada, allí me di cuenta lo mal que sonaba aquella última frase. El color automáticamente subió a mis mejillas, y el hombre junto a mí soltó una estruendosa carcajada. Quería matarlo por arrastrarme a ese momento.
—No, espera, no quise decir eso —hablaba nerviosa—. Más bien como... bailas bien, eso. Ese era mi... punto.
—Entiendo, no te preocupes —habló mirándome con una sonrisa amplia—. Gracias, Roma.
Tal vez se preguntarán cómo una actriz puede reaccionar así ante la presencia de otro. Bueno, la respuesta es simple: somos seres humanos. Las emociones a veces son más fuertes que cualquier intento de "causar una buena impresión", y es completamente normal. Ya le haría lo mismo a Shaun si nos cruzábamos con Jennifer Aniston.
Afortunadamente mis nervios no lo espantaron. Al contrario, se quedó con nosotros y nos presentó a varios amigos suyos. Honestamente, no estaba al tanto de que Donna conocía al cast de una de mis series favoritas. Pero se sintió increíble conocerlos.
Aunque no todos los días libres pueden terminar extremadamente bien, ¿no? Soy Roma Wilson. Todos los problemas y personas tóxicas parecían seguirme, tenía un imán que las atraía.
¿Por qué digo esto? Bueno, mientras el grupo en el que nos encontrábamos Shaun y yo bailábamos y cantábamos a todo pulmón Save your tears de The Weekend, Donna me agarró la mano sorpresivamente para apartarme del resto.
—¿Qué pasa? —pregunté recuperando el aliento.
—Tenemos una visita inesperada —contestó rodando los ojos—. ¿Recuerdas a Tom Miller?
—Tu nuevo compañero, sí.
—Ayer me llamó preguntando si podía asistir con su nueva novia. ¿Adivina quién es? —pausó dramáticamente— Constance Montgomery.
Una persona que no tenía urgencia de conocer alguna vez. Daba gracia pensar que hace un par de semanas atrás ella seguía llorando por Shaun y luego se aparecía con el pobre e ingenuo Tom. Era claro que lo utilizaba con un objetivo claro: llamar la atención. Pero sí me preocupaba la idea de que intentara acercarse de nuevo a Shaun.
Traté de ignorar el tema, ni siquiera le había contado al asiático. Pensé que al haber tanta gente, las probabilidades de cruzarnos eran casi nulas; fallé. Tal parecía que David conocía a Tom y el mexicano le había mandado un mensaje dándole la ubicación en la que estábamos. En tan solo cuestión de minutos tuvimos a los dos frente a nosotros. Entre los amigos se abrazaron como si no se hubiesen visto en décadas, y la rubia solo sonreía coqueta mientras miraba al hombre junto a mí.
—Hola Shaun.
Hasta su voz sonaba irritante.
—Constance —saludó educado. Luego se volteó hacia mí—. Iré por algo de beber, ¿quieres?
—Estoy bien —respondí. El chico se apartó de mí, no sin antes depositar un beso en mis labios. Cosa que hizo arder a la rubia.
Ella intentó acercarse a Shaun, no les voy a mentir, todo el tiempo que estuvimos en ese círculo, hasta Tom lo había notado. Sin embargo, mi novio la rechazaba con educación en cada ocasión. El último gesto que hizo para apartarla fue colocarse detrás de mí y abrazarme por la cintura. Eso había sido suficiente para darle a entender que lo dejara en paz.
No obstante, en el momento que me aparté para ir al baño, la mujer me siguió tratando de ser "discreta". Literalmente esperó a escuchar el ruido de la cadena para abrir la puerta y acorralarme allí dentro.
—¿Qué haces? —cuestioné enojada.
—¿Qué es? —preguntó ella. Rodé los ojos parándome delante del lavabo para lavar mis manos— Leí los artículos, sé que tu nombre no es Roma. Hasta podrías ser la hija de un asesino. ¿Por qué Shaun sigue prefiriéndote a ti en vez de a mí? Soy mucho más hermosa.
—Tal vez eso sea cierto, Constance —acepté secándome las manos con una toallita blanca—. Tienes un cuerpo hermoso, te cuidas demasiado y tu cabello puede ser la envidia de muchas —ella sonrió superior por los halagos—. Pero la belleza exterior nunca va a ser suficiente, cuando tu interior está lleno de avaricia y maldad. Eso es lo que nos diferencia, Constance. Tú solo quieres atención y fama, asistir a los mejores eventos y usar las mejores ropas. Un hombre que te cumpla todos los caprichos. Yo no necesito un hombre, puedo pagarme mis propias cosas e irme de vacaciones sola si así lo deseo. Lo que quiero es un compañero con quien compartir aventuras y crear buenos recuerdos, cosa que Shaun encontró en mí. Por eso, hermosa, nos elegimos mutuamente.
La rubia no bajó la mirada en ningún momento, pero se notaba en su mandíbula apretada lo enojada que estaba. No le había gustado para nada escuchar sus verdades.
—Ahora, si me disculpas —dije corriéndola con una mano para que se apartara de la puerta—, mi novio me espera.
Las palabras a veces son las justas y necesarias para dejar tu punto de vista claro, además de que pueden poner un muro en frente de esas personas que no deseas ver nunca más.
Por esa noche, el entrecruce de palabras fue suficiente para mantener a "doña busca fama" lejos, no nos siguió molestando. Incluso terminamos la velada cantando el feliz cumpleaños y comiendo pastel. De regreso a casa tomamos un Uber ya que habíamos tomado bastante y era mejor ser precavidos. Al llegar nos tomamos el trabajo de sacarnos el maquillaje, pero luego fuimos directo a la cama y caer rendidos por una buena noche.
Aunque pasamos un buen tiempo de "descanso", lo más divertido y, tal vez, a su vez, un poco triste empezó la mañana siguiente. Más concretamente cuando sentí saltos en la cama que me despertaron asustada, el cual fue reemplazado por un fuerte dolor de cabeza.
—¿Pero qué..?
—¡Tíaa! —gritaba Kendall. Luego se quedó arrodillada en la cama— ¿Por qué hay un hombre en tu cama?
—La verdadera pregunta sería —dije tapándome la cara con la almohada—: ¿qué haces en mi casa pequeña chusma?
—Vinimos con papá —respondió sin más bajándose—. ¡Despiértense! ¡Papá les preparará café!
Gruñí mientras sentía a Shaun removerse en la cama.
—¿Por qué le di la llave? —me cuestioné.
—¿Dejamos las cortinas abiertas anoche? —preguntó Shaun.
—Menos mal que no tuvimos sexo —reí—. La niña hubiese quedado traumada.
—Y Andrew asesinado.
Ambos reímos imaginando el escenario nombrado. Aún así nos detuvimos por las punzadas que nos causaba hacerlo.
—Creo que nos vendría bien ese café.
—Sí —afirmé—. Tomemos una ducha primero, tenemos un vuelo que tomar y no nos conviene oler a cerveza.
Así fue, tomamos una ducha juntos para borrar todo rastro y aroma de la noche anterior. Teníamos tiempo hasta el mediodía, tal vez por eso Andrew prefirió venir para despertarnos. Siempre haciendo de papá responsable.
Cuando bajamos a la cocina, las niñas tenían sus respectivos desayunos. Astrid comía pedazos de fruta fresca y Kendall un tazón con cereal.
—Hola tío —bromeó la mayor de las hermanas en dirección a Shaun—. Lastimas a mi tía y te partiré la cabeza con mi pizarra.
—¡Kendall! —regañó el padre.
—No, déjala. Aprendió de la mejor.
Kendall y yo chocamos puños. Luego me acerqué a mi amigo y lo abracé con fuerza, sabía que lo necesitaba.
—Tranquila, pequeña, la cuidaré muy bien.
—¿Cómo estás? —pregunté al inglés, lo cual hizo que sus ojos se llenaran de lágrimas. Miré a Shaun en busca de ayuda.
—Niñas —llamó su atención—, ¿y si vamos a desayunar en la sala? ¡Podemos mirar televisión!
—¡Pido mirar Matilda! —gritó Kendall bajando de la silla y corriendo a la sala. Astrid, por otro lado, extendió sus brazos para que Shaun la cargara. Lo cual hizo, y con el brazo libre se encargó de llevarle el tazón a Kendall, ya que la menor, aún en brazos, se aferraba al plato con frutas.
En otra ocasión esa imagen me hubiese resultado tierna, hasta incluso pudo haber alterado mi útero, pero estaba más preocupada por Andrew.
—¿Qué pasó? —cuestioné una vez que se fueron.
—Ayer me llegó esto —contestó bajando la mirada hacia la mesada. Ni siquiera me había percatado de ello hasta que él lo dijo.
Tomé el juego de papeles entre mis manos para leer de lo que se trataba. Quedé en estado de shock con tan solo el título.
—¿Divorcio? —alcé las cejas— Pensé que los papeles toman meses en tramitarse.
—Lo que quiere decir que ya lo venía planeando.
—¿Los vas a firmar?
—No tengo otra opción, ¿o sí?
Muchas veces creemos que un día libre, una noche de descanso, puede cambiar todo lo que vivimos constantemente. Sin embargo, cuando el sol sale y solo quedan rastros de una resaca, nos damos cuenta de que no hay forma de escapar. La realidad en la que vivimos es imposible de ignorar.  

Pobre Andrew :( 

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Pobre Andrew :( 

A poco no les da penita? 

Pero amamos ver a nuestra pareja favorita divirtiéndose! Espero que les haya gustado el capítulo ♥

PREGUNTAA:

¿Qué creen que pasará con Andrew? 

Los leo!

-Melany

Las dos caras de Roma.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora