Shameless (EN EDICIÓN) | k.d | T1

EPÍLOGO.

Las sirenas de la policía era lo único que se escuchaba en el lugar.

Las ambulancias corriendo a toda velocidad adornaban las calles y autopistas.

Los gritos y llantos desaforidos de todos nosotros en el vehículo de al lado eran la melodía rota que acompañaba el momento.

Pues Kacchan, mi valiente y temerario chico se estaba desangrando, había perdido suficiente sangre en el camino y no sabrían si sería capaz de sobrevivir el trayecto hasta la clínica.

—Solo resiste, solo resiste Kacchan, por favor, por favor... —solo fui capaz de mencionarlo sin poder evitar sentir aquella presión incesante en el pecho.

Iida y Sero fueron los primeros en salir a mi consuelo, abrazándome fuertemente y mirandose entre sí, sabían que las posibilidades de que él sobreviviera eran algo bajas, pero aún así mantenían la esperanza hasta el último segundo, como todos nosotros.

La ambulancia a nuestro lado aceleró el paso y con ello pudimos perderla de vista, presumiendo que mi amado había empeorado y el conductor tuvo que recurrir a romper las leyes de tránsito para poder salvar su vida.

Si bien todos estaban alterados y shockeados, Mina, Denki, Momo y yo éramos los más afectados, pues habíamos visto con nuestros propios ojos el momento exacto en el que aquel objeto desaparecía al enterrarse en la herida anteriormente abierta de Kacchan.

—¿Si? ¿Que ha pasado? —hablaba Midnight sujetando el audífono en su oreja para escuchar mejor.— Perfecto, entonces pásenlo al quirófano de una vez.

Esas palabras fueron motivo suficiente para que todos en aquel vehículo colocarán sus manos sobre sus cabezas y otros taparan sus ojos, dejándose así caer en las garras de la incertidumbre y el miedo, yo solo me quedé en la misma posición, abrazando mis rodillas y sollozando en silencio, no quería perderlo, no iba a perderlo.

No podía terminar así.

La vida nunca fue mala conmigo, siempre lo mantuvo a mi lado incluso cuando todo salió mal

¿Por qué ahora me hacía sufrir de esta manera?

No podía arrebatarmelo así, no podía, no podía...

Sentí como recuperamos la estabilidad adentro de aquella ambulancia, rápidamente me incorporé y Midnight, quien estaba en la puerta se bajó inmediatamente.

—¡Yo necesit...!

—Ninguno de ustedes irá a ningún lado, menos tú, Izuku. —habló ella, viéndome severa y haciéndome una mueca de desaprobación.

Todo nos quedamos estáticos dentro del vehículo, nuevamente a la incertidumbre de lo que estaba sucediendo.

Pudimos ver a Nemuri corriendo hasta la entrada de la clínica, la cual estaba rodeada de muchos paparazzis, noticieros y periodistas, quienes eran apartados con mucha brutalidad por los guardias de seguridad quienes acompañaban a nuestra profesora. Logró hablar con Aizawa quien se encontraba esperándola afuera de Emergencias, la abrazó cálidamente y ambos cerraron sus ojos, disfrutando de aquel pequeño momento de paz entre ellos.

Los noticieros seguían tomando fotos y documentando todo lo que iba sucediendo, exhasperando a los profesores y demás héroes que esperaban con frustración alguna noticia del estado del rubio.

Yo no podía pensar en nada, estaba asustado.

Mis pensamientos pesimistas comenzaban a abrumarme, causando que mi estómago se retorciera y que la poca comida que había ingerido antes de salir de la UA subiera ahora por mi garganta, advirtiéndome que vomitaría pronto.