CAPITULO 4

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Habían pasado días y solo tenía en mi cabeza aquellos ojos verdes y sus labios sumamente carnosos y rosas, su olor a tabaco. Suspire.

¿Que hacía pensando en este chico? ¿Llamaba a Daniela para quedar con ellos? No, no sabía ni en que pensaba, apenas conocía a ese chico y no sabía absolutamente nada de él, su vida. Era un completo desconocido para mí.

Salí a caminar, a mi no me gustaba mucho caminar pero esta vez estaba muy agobiada y quería tomar el aire. Oliver me presionaba para que volviera con él todos los días. Ya estaba cansada de decirle que no y que no me importaba lo que pensara mi padre sobre ello.

-Jennifer...- escuche su voz y me gire rápidamente. -Que casualidad...

-¡Bob!- dije con una pequeña sonrisa mostrando mis oyuelos.

-Que raro que estés caminando por aquí.- dijo mientras se acerco a mi. -Al final ¿como acabaste ese día?

-Borracha y al siguiente con resaca...- dije mientras tire unas carcajadas.

-Me imagino, Daniela estaba también borracha. Supongo que Hanks y yo duramos mucho hablando.- dijo ya un poco más desanimado.

-Bueno, tal vez, un poco...- dije entrecortado mis palabras. Había mencionado a Hanks y cada vez que hablaba de él se le veía serio, entristecido ¿Acaso estaba metido en algún problema?

-¿Te puedo decir algo?- dijo mientras empezó a seguir caminando hacia delante. Yo seguí sus pasos rápidamente caminando a su lado. -Él la esta pasando mal...

-No entiendo.- conteste extrañada, haciendo que mi entrecejo se arrugara severamente, poniéndole atención a lo que me decía.

-Esta sufriendo mucho por su madre y su padre es como el tuyo, no lo entiende.- dijo cabizbajo. -Tal vez... Dije aquel día, algo incorrecto...

¿De qué hablaba? De qué dijo algo incorrecto...

-No puedo comparar el sufrimiento tuyo, con el de él. Lo siento.- dijo algo avergonzado. Yo agarre su hombro y suspiré.

-Tranquilo, te entiendo.- asentí
-Solo quieres ayudar a tu amigo. Ningún amigo quiere ver mal al otro.

Bob me miró con compresión y me dio una sonrisa, admiraba su amistad. Era leal y buen consejero, aunque aveces él mismo dudara de sus propios consejos. Yo podía ser un poco necia y caprichosa pero todo lo que era. Lo era por culpa de mis padres. Por mis experiencias o tal vez era una excusa que decía para no sentirme la culpable de mi propio destino.

-Por cierto ¿Sabes a donde estamos yendo?- dijo ya serio y poniendo su vista al frente otra vez.

-La verdad es que no...- dije algo confundida, ya que solo estaba caminando sin ningún rumbo con él.

Nos paramos en un semaforo que al otro lado de la calle quedaba un Club de tenis.

-Vamos al Club de tenis.- Dijo firme. -¿Sabes jugar?

-¡Por supuesto!- conteste arrogante. -Yo se muchas cosas.

La verdad solía jugar mucho a tenis con Oliver, por eso tal vez no era tan mala.

-Pues vamos allá a jugar con Hanks y Daniela.- dijo sonriente.

¿Así que este era su plan? Traerme con Hanks nuevamente, no sabía que tramaba Bob pero era obvio que quería que me viera con su amigo. Mi corazón se puso a latir rápidamente y podía sentir como se estrujaba mi estómago por los nervios que eso me provocaba.

-Jennifer ya esta verde. Cruza.- reclamo Bob desde el otro lado de la cera haciéndome salir de pensamientos. Yo inmediatamente corrí hacia él.

INEXPLICABLE   DESTINO ®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora