CAPÍTULO 14

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Era la una de la noche y estaba tomada en un bar que estaba por la ciudad, esta situación me pedía a gritos beber. Quería estar sola así que no había llamado a nadie. Le hablaba al camarero de la barra, ya con mi vista borrosa y un poco desorientada con mi vaso de whisky con hielo.

-Deberías servirme otra...- resople dándole un trago más acabandome lo que había ahí. Él me miró sorprendido y solo le hice una seña con la mano.
-¡Vamos! ¿A que estas esperando?

Él solo negó con su cabeza y desganado cogió mi vaso para rellenarlo. Mire a mi alrededor y ni siquiera me había fijado que era la única en este bar.

-Que bar más vacío.- me queje mientras que él pasó mi vaso en mis manos.

-Eres la única que quiere seguir tomando un Martes por la madrugada.- dijo sin más.

Que descarado, encima que le estaba dando ganancias con mi presencia parecía querer que me fuera.

-¡Oye! No seas grosero.- replique a lo que di un pequeño brinco porque me había dado hipo. -Hip... No sabes lo duro que fue este día para mi. Hip... Odio mi maldita vida, solo consiste hip... en complacer a los demás menos a mi.

Él me regalo una pequeña sonrisa y suspiro comprensivo. -Has bebido bastante, desde que llegó esta tarde no ha parado de beber.

Vaya, ese chico se veía interesante, me recordaba a Hanks cuando me había emborrachado aquella vez tan humillante. Entristecí ante ese recuerdo y pensé en el compromiso con Oliver y en la ausencia de mi padre como afectaba a mi madre y a Nick.

-¡Que mierda! - dije a lo que tapaba mi rostro con mis manos agobiada y empecé a sollozar.

Él camarero me miraba con curiosidad, sin embargo no me decía nada y solo permaneció viéndome llorar y limpiando algunos vasos, seguramente ya estaba acostumbrado a ver estos dramas y en ver lloriquear a muchas personas. Di otro pequeño trago y escuche la puerta del bar abrirse. Mire con un poco de dificultad aquella silueta que me resonaba tanto.

Maldita sea, veía a ese tipo en todas partes.

-¿Hanks?

-Emborrachandote tu primer día de presidenta. - dijo serio, sentándose a mi lado. -¿Puede darme un vaso de lo mismo que esta tomando ella?

-Por supuesto.- contestó el camarero como si lo reconociera de algo. Hanks estaba más serio de lo normal y su pelo negro se veía húmedo como si se hubiera bañado, tenía un olor peculiar como a flores y fue cuando me percaté que no tenía su traje, si no que llevaba unos vaqueros y un jersey naranja viéndose más llamativo. Era tan hermoso.

-¿Estas bien? - me pregunto sin mirarme, sacándome de mis pensamientos. Parecía ser que él venía de su casa y que era yo la callejera que andaba borracha a la una de la mañana pero ¿Él que hacía por aquí?

-¿Como debería estar? - contesté sin más, Hanks me regalo una mirada inexpresiva como siempre. -¿Que haces aquí? Mañana trabajas...

-Tú también trabajas, además vivo en la ciudad. - recalcó intentando decir que era yo la que invadía su territorio.

Sonreí débilmente. -Cierto, tienes toda la razón...

-¿Porque finges estar bien? No deberías sonreír, si no quieres.- comentó clavando su mirada penetrante verdosa en la mía.

Él estaba en lo cierto, yo no quería sonreír y solo lo hacía para no sentir la compasión de la gente por lo ocurrido, siempre he sido así. Igualmente él no era nadie para decirme aquello.

-Que irónico ¿No? - le apunte con mi dedo índice. -Ambos fingimos.

Hanks presionó su puño con fuerza y me observó con un poco de rabia.
-¿Que dices? Estas muy borracha...

Yo aún esperaba a que Hanks me contará eso que había descubierto de él, más sin embargo tampoco quería presionarlo a decirme algo que no quería.

-Da igual, solo sigue fingiendo.- me encogí de hombros restándole importancia a lo que le di otro trago a mi vaso.

-Te llevaré a casa. - dijo parándose del asiento a lo que pago al camarero mi vaso y el suyo sin previo aviso. -Vamos...

-¿Quién rayos dijo que me quería marchar?- gruñi frunciendo mi ceño con molestia. Ni siquiera habíamos terminado el vaso y decía de marcharme. -Eres otro idiota que quiere controlarme.

Me miró confundido y calmadamente metio sus manos en los bolsillos del pantalón, Hanks parecía que hacía aquello solo cuando estaba nervioso.

Él camarero se acerco a mi por un momento. -Señorita, igualmente vamos a cerrar dentro de nada. - dijo en voz baja, como que si no quisiera interrumpir pero justo lo había echo.

-Increíble... - sonreí sarcástica.
-Está bien, me largo de este lugar vacíooo... Maldita sea. - replique ya harta, le regale una mirada asesina a Hanks y cogí mi bolso saliendo por la puerta de aquel bar.

Sentía una opresión en mi pecho ¿Que diablos habría echo yo para merecerme esta vida? No quería irme a casa y afrontar esos problemas, no quería ni ver la cara de Hanks que me hacía sentir inútil y solo conseguía que tomar aquella decisión fuera más difícil para mí. Lágrimas cayeron por mis mejillas y llegué hacia mi coche tambaleándome sacaba las llaves de mi bolso haciendo que se cayeran al suelo, con dificultad me agaché a recogerlas pero caí de culo al piso frente la puerta de mi coche comencé a sollozar, veía nubloso.

Había una sombra atrás de mi y ya sabía de quien se debía tratar solo por su aroma inigualable, con la suave brisa que pasaba.

-Déjame llevarte a casa, por favor. - suplicó Hanks tendiendome su mano para que me alzará del suelo.

Lo mire aún dudosa pero finalmente tome de su mano cálida, sintiéndome un poco menos sola y poniendome de pie. -No te preocupes. Tomaré un taxi.

Aun con nuestras manos juntas, vi como Hanks se quedaba mirando mi mano y fue cuando me fije que él se percataba de aquella cicatriz. Rápidamente quite el agarre entre nosotros, sacudiendo mi falda por el polvo del suelo. Él se volvió ver frívolo pero esta vez en su mirada podía sentir su preocupación por mi.

¿Porque estar tan cerca de Hanks me hacía sentir tan débil?

-Déjame que te lleve, esta vez será en mi coche. Te debo una. - dijo señalando mi mano.

Di un pequeño suspiro y nuestras miradas chocaron haciendo que nuevamente la emoción y los nervios revolvieran mi estómago. La presencia de Hanks me había quitado la borrachera.

¿De nada me sirvió beber toda la tarde hasta ahora? Si ya ni siquiera sentía estar borracha.

-Vamos. Ya está haciendo frío. - afirme para que me derijiera a su coche. Él me regalo una sonrisa por primera vez mostrándome sus dientes blancos y perfectos. Él parecía salir de una revista. Había quedado anonadada ante tanta belleza, por primera vez había visto a Hanks complacido y dándome una sonrisa.

¿Que le ocurría? ¿Tan feliz se sentía de que haya aceptado que me llevara?

Le devolví la sonrisa aún confundida por tan repentina reacción de Hanks ¿Que estaría tramando? ¿Le habría pasado yo la borrachera que yo tenia?

INEXPLICABLE   DESTINO ®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora