CAPÍTULO 24

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Mi vista se fue poniendo borrosa y mi cabeza empezó a dar vueltas al ver aquello, últimamente solo me pasa an cosas malas y la suerte parecía estar en mi contra. Caí al suelo desmayadome, todo se puso en negro por un momento. Mis defensas estaban muy bajas, ni siquiera había comido hoy con lo de Daniela y todo el alboroto.

Un chico como Hanks no se arriesgaría por alguien como yo. Al despertarme veía un poco borroso y sentía un gran dolor de cabeza.

¿Donde estaba?

Estaba en un lugar un poco oscuro y sus paredes eran de un color gris y al levantarme quedándome aún sentada, obrsevé en el sofá blanco que me encontraba. El apartamento no era tan grande, pero almenos su interior era acogedor.

A continuación sentí alguien tocar mi espalda con su mano cálida, me exalté un poco pero al ver los ojos verdes tan conocidos de Hanks me tranquilice. Aún me sentía un poco confundida.

Él me pasó un vaso con algo líquido y un olor a canela.
-Tómatelo, así te recuperas...

Nuestras miradas chocaron y sentí mi corazón pararse por un momento.
¿Acaso me encontraba en el apartamento de Hanks?

-Estamos en mi apartamento.- me confirmó como si hubiera leído mi mente. -Te desmayaste frente el bar y alguien pareció verte, al ver que eras tú... Me preocupe bastante.- comentó haciéndome sentir bien como solo él sabia hacerlo. Hanks era él mejor pero...

-¿Y ella? ¿Dónde la has dejado? - contesté algo entristecida.

-¿Ella?- pauso un momento confundido. -Ah, hablas de Mónica...

-Si, ella. - dije cortante.

-Se fue a su casa, le dije que tenía que ayudarte y que se marchará a descansar.- él apartó su mirada de la mía. -No podía dejarte ahí tirada.

Yo trague duro y mi nerviosismo se podía hacer notorio al sonrojarme.

-Gracias... - dije tomando aquella bebida rara, con un sabor fuerte a canela. -Yo, te estaba buscando.

Él frunció el ceño confundido. -¿A mi? - y fue inevitable fijarme en la pequeña herida de sus labios. Sentía tanta lástima y más al recordar lo que me había dicho la mujer de su padre. Yo acerqué mi mano a su rostro y él solo alzó sus cejas con sorpresa al sentir mi toque, su cara pálida estaba caliente y con uno de mis dedos toque su labio herido.

-Si, a ti te buscaba. - respondí con mis ojos cristalizados. Verlo herido y saber todo lo que había sufrido me dolía. -¿Te duele?

Él negó en silencio y su aliento a Whisky llego a mis fosas nasales. Suavemente toco mi mano con la que le estaba acariciando. -No te preocupes Jenn. Estoy bien.

Una lagrima humedicia mis mejillas y él pareció verlo, poniendo una cara de preocupación. Rápidamente seque aquella lagrima. Ya era suficiente todo esto como para preocuparle más. Odiaba que él se hiciera él fuerte, él también era humano y podía derrumbarse de vez en cuando.

-Sé que no estás bien Hanks, por eso vine a buscarte. -dije claramente. Su mirada me analizaba con una pequeña sonrisa.

-¿Te preocupa que estuviera mal por partirle la cara a Oliver? - preguntó sarcástico.

-No... No entiendo porque peliaron.- comenté confundida.

-Tonterías, me saco de mis casillas, sabes que él dice cosas sin sentido pero esta vez no pude dejarlo pasar... - dijo yo asentí cabizbaja y de repente toco mi barbilla haciendo que lo mirará nuevamente. -Eres preciosa, no sé que haces preocupandote por mí. Te meterás en más líos.

Yo confundida lo mire.

-¿Que líos?

Él quito su toque de mi y suspiro recostadonse en el sofá sentado a mi lado.

-Es obvio que estás en peligro, esto no es casualidad Jennifer, aún no se el motivo de que Bob le haya pasado esto pero estoy seguro que esto fue provacado, como lo de tu padre.

Me estremeci y es que Hanks sabía todo, era como si Bob le hubiera contado sus sospechas.

-Lo sabes... - dije en un suspiro.

-Claro que lo sé, solo un tonto no sabría que esto es muy raro para ser solo accidente. Por eso quería que me dijeras que pasaba con Bob.

Él con su vista hacia otro lado no me dejaba ver lo que le hacía sentir esta situación. Parecía ser aquella tonta que no se enteraba de nada o mejor dicho que no quería asumir nada.

-Yo, es que me estaba ayudando a descubrir lo de mi padre, después de lo que pasó con los periodistas. Él... - trate de decir pero nuevamente comencé a llorar y temblar con horror. Todos los recuerdos con Bob y lo que le había pasado a mi padre y a Daniela. Todo eso, era mi culpa.

Hanks puso sus manos sobre la mías intentado calmarme. Fue cuando me percaté que sus ojos verdes tornaban más rojos.

-Tranquila, ya pasará... - rápidamente al decir aquello me abrazo mientras yo sollozaba.

-No quiero que a ti te ocurra nada Hanks. - logre decir. Él seguía abrazándome.

-Nada va a pasarme. - acarició mi pelo negro y yo apretujada en sus brazos y sostenida en su espacioso hombro izquierdo.

-Tengo miedo. - comenté apartandome de él. -Prométeme que no te morirás como Bob.

Sentía un nudo en mi pecho al decir aquello y pude ver la cara de preocupación de Hanks.

-Llegaré al fin de todo esto, dame tiempo... Pero mientras tanto mantente a salvo Hanks.-
Él suspiro y asintió en silencio dándome un pequeño beso en la frente.

Observé la hora en mi celular que estaba frente la mesa que se encontraba cerca del sofá. Eran las 2 am. Increíble.

Había estado más inconsciente de lo que imaginaba. Mi cara de sorpresa parecía ser notoria para Hanks y salió una leve risa de él. Yo me sonroje inmediatamente y él se alzó, haciendo que me fijara que Hanks llevaba una camiseta blanca y llevaba unos bóxer negros. Estaba semi-desnudo frente a mi todo este rato y yo estaba como si nada.

Sentí arder cada vez mi cara y aparte mi mirada de su grandioso cuerpo bien echo. Su piel pálida y su pelo negro.

-Puedes quedarte. No te preocupes. - comentó mientras cogía un cigarrillo de un cajón que había cerca, se acercó a la ventana y podía verlo de espaldas, con sus nalgas más firmes que las mías. Empezó a fumar ahí dándome la espalda.

-No sé, si deba quedarme... -dije porque era cierto. Mi madre me mataría.

-Bueno, haz lo que quieras.- dijo frío. Eso sonaba más como una amenaza que otra cosa.

Yo empecé a juguetear con mis dedos nerviosa y mire aquella sortija en mi dedo y lo infeliz que me hacía.

-Sabes... Que sigo comprometida Hanks. - toque mi cabello suelto un poco despeinado.

-Lo sé, ni lo menciones. Siento pena por ti por el marido que te vas a conseguir.

Yo sentí una punzada en mi pecho y es que la verdad esto no podía ser como imaginaba.

-Yo...

Él no dejó que dijera nada y se dio me día vuelta rápidamente y con su aroma a cigarro se acercó y sostuvo mi rostro juntando nuestros labios y dándome un beso un poco salvaje. De eso que decían "NO TE VAYAS".

Segui su beso aceptando que me rendía ante él, aceptando que mi cuerpo y alma solo tenían el deseo de estar con él. Cerré mis ojos dejándome llevar y sintiendo su mano tocar mi cadera mientras me recostaba en el sofá y se posaba encima de mí, casi sin aliento seguimos entre besos y caricias y supe que esta noche iba ser inolvidable, sin importarme las consecuencias...

INEXPLICABLE   DESTINO ®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora