XLIV. Tom Beckham

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NOTA

Por cuestiones de comodidad al leer, y que no estaba del todo conforme con el último capítulo, he decidido dividir este capítulo en varias partes, por lo que les llegarán algunas notificaciones de nuevos capítulos.

Hay algunas secciones que fueron alteradas completamente, y otras que permanecen intactas; otras que tienen ciertos arreglos. En fin, en algunos días más estaré actualizando, y lamento mi ausencia después de tantos meses ya que no han sido los mejores en cuanto a mi salud.

Si es que no actualizo en estos días, les deseo feliz navidad! :)

Si es que no actualizo en estos días, les deseo feliz navidad! :)

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CAPÍTULO

XLIV

Tom Beckham [1]

26 de noviembre de 1983

SÁBADO

Tom Beckham te marcó para siempre, es eso por lo que entiendo todo lo que me haces. Aunque, aún así, nunca aceptaré que Orson tuvo razón, puesto que estoy demasiado enamorado de ti.

—xx

12:28 a.m.

Itchy

No podía dormir, aunque lo intentara porque no había otra manera de distraerme, sin embargo, la soledad en mi habitación y el silencio dentro de casa me hacían pensar en los peores panoramas con respecto a todo lo que pasaba con Toka. Las cosas eran un desastre en todos los sentidos y tenía una terrible mezcla de emociones revolviéndome el estómago a tal punto que, si vomitara, no me parecería extraño.

Saber que los chicos estaban enterados de lo que hacía, era demasiado vergonzoso. Y se sentía como si me hubieran arrancado las ropas para burlarse de mí justo en medio de la sala, clavando sus miradas en cada centímetro defectuoso de mi cuerpo bañado en aquella sensación que Toka impregnaba en mi piel.

Ni siquiera podía sentirme enojado con Todd, porque la ira se transformaba en tristeza, y la tristeza en humillación. Asimismo, me preguntaba qué tanto les habría contado de él, pero a juzgar por lo poco que escuché, quizás había sido todo, dejando nada a la imaginación.

Sobre mi trato y las reglas, mis sentimientos por él e incluso algunas escenas vergonzosas que llegué a confesarle, como cuando terminé vomitando casi al momento en que Toka y yo terminamos de hacerlo porque me sentía demasiado asqueado de mí.

Sin embargo, ninguno de esos recuerdos me causaba tanta aversión como la idea de que Karl estuviera enterado, en especial, cuando le había hablado anteriormente sobre mi trato justo el día en que me había contagiado por culpa de Toka.

El chico de los ojos violetasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora