Su boca se despega de la mía para acabar en mi cuello mientras mis manos acarician con deseo su torso desnudo. Deja un camino de besos húmedos por mi clavícula hasta llegar a mis pechos. Como siga torturándome de esta manera no voy a poder aguantar mucho más... Sigue bajando hasta mis muslos, besándolos lentamente y acariciándome por encima de la tela de mi ropa interior.
—Hugo... —gimo bajo su tacto.
Eso parece ponerle aún más, ya que baja en un rápido movimiento mi tanga y hunde su cabeza entre mis piernas, haciéndome soltar un grito y agarrar con fuerza los mechones rubios de su pelo.
Doy un respingo en la cama, despertándome sobresaltada, muy agitada y acalorada. ¿Acabo de tener un sueño erótico con Hugo? Dios mío.
Intento que mi respiración vuelva a su ritmo normal. De pronto Eric sale del baño ya vestido para ir al trabajo y se acerca a mí preocupado.
—Te he oído gritar. ¿Pasaba algo?
Dios, qué vergüenza.
—No, no. Nada. Solo he tenido una pesadilla pero estoy bien de verdad, no te preocupes... —miento.
—Ah, vale... Bueno, voy a trabajar —coge sus cosas y vuelve a acercarse a mí para dejar un corto beso en mis labios —. Hoy estaré muy liado en el trabajo así que no creo que pueda venir a dormir a casa. Entonces hasta mañana, cariño —finjo una sonrisa.
—Hasta mañana, mi amor —me sonríe también y besa mis labios una vez más antes de salir de casa.
Yo resoplo y vuelvo a dejar caer mi cabeza sobre la almohada. Me tapo con las sábanas avergonzada. Madre mía. Me siento la persona más horrible de este planeta. He soñado con Hugo, mi mejor amigo y compañero de trabajo, de una manera no apta para menores teniendo novio. Y encima le miento.
Al menos hoy no tendré que enfrentarme a Hugo. Después de la intervención, Iván me dejó trabajar desde casa por una semana para que me recuperara por completo y volvería con muchas más fuerzas. Así que estos días he estado escribiendo el libro en casa. Tampoco es que haya avanzado mucho pero bueno... Lo peor es que ya es viernes y el lunes tendré que verle la cara después del sueño que acabo de tener. Y me voy a morir de vergüenza.
Odio toda esta situación. Pensaba que al no verle durante estos días conseguiría borrar todos esos pensamientos. Pero no, me es imposible. Ni aún así puedo sacar al rubio de ojos verdes y tatuajes de mi cabeza porque aparece hasta en mis sueños. ¡Joder!
Después de darme una ducha y desayunar algo, me pongo frente a la pantalla de mi portátil a escribir. Unas horas más tarde, un mensaje llega a mi móvil:
"Hu💜: La oficina es una mierda sin ti.
Te echo de menos enana 🥺🤍"Una sonrisa se apodera de mis labios al leerlo, a la vez que siento un hormigueo en el estómago. ¿Así cómo voy a dejar de sentir lo que quiera que esté empezando a sentir por él? Pff... Menudo lío...
Bloqueo mi móvil y lo dejo a un lado obligándome así a desconectar de todo eso y seguir escribiendo. Para el final del día consigo acabar otro capítulo por lo que me quedo bastante satisfecha por hoy.
Voy a pedir algo de cena cuando me llega otro mensaje al móvil de Sam, y me deja confundida:
"Mi maniaca💖: Eviii, ¿está tu novio en casa?"
"No, ¿por?"
No pasan ni dos minutos desde que contesto a su mensaje hasta que suena de manera insistente el timbre de mi casa. Extrañada voy a abrir la puerta. Me quedo parada al ver a mis tres mejores amigos detrás de ella con una sonrisa: Sam, Anaju y Hugo.