Capítulo 21

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La puerta de mi habitación se abrió y escuché un grito profundo. Tanto que abrí de un golpe mis ojos y vi que Leandro se estaba subiendo encima de la cama. Donde después me dio un beso que me supo muy dulce.
―Buongiorno piccolo Leandro ―yo le di otro beso.
―Buongiorno bella mamma ―me respondió.
Ahora sabía lo que sentía mi madre cuando nos tuvo a mis hermanos y a mí. Sentí con esas palabras algo hermoso en mi pecho. Tanto que no me cabía en él.
―Sai Leandro, dovrai imparare lo spagnolo quando andrò a scuola la prossima settimana ―le dije.
―Adesso provo a dire qualcosa, mamma ―dijo el niño con mucha ilusión―. Eres la mamá... más hermosa que tengo ―dijo el niño con ese acento italiano-español.
―Bravo piccolo. Se impari un po' più di spagnolo, diventerai dei buoni amici a scuola.
Comencé a hacerle cosquillas y él comenzó a reírse. Eso me llenó de satisfacción.
Mi teléfono móvil comenzó a sonar y paré de hacerle cosquillas a Leandro.
Cogí mi teléfono de la mesilla y respondí:
―Buenos días tío.
―Hola Mariella.
―¿Que ocurre?
―Nada. Tu tía y yo pensamos en hacer planes con Leandro.
―¿Qué clase de planes?
―Íbamos a pasar una semana a Barcelona y queríamos llevárnoslo para que disfrutase.
―Tío, Leandro empieza la escuela la próxima semana.
―Lo sabemos. Pero el curso está a punto de finalizar y sería más conveniente que no fuera ahora.
Hizo una breve pausa.
―Piénsalo. Te daría la ventaja para estar a solas y trabajar con tranquilidad.
―Espera. No soy yo quien decide ―me dirigí hacia el pequeño y le dije―: Leandro ti piacerebbe passare una settimana in vacanza con gli zii.
―Certo che sì mamma.
―Es un sí.
―Perfecto hija. Entonces iremos a cenar contigo esta noche y nos lo traeremos para salir a primera hora.
―Va bene.
Colgué mi teléfono móvil y marqué el numero de la niñera. Ya que yo tenía que salir para reunirme con Luka en la cafetería que estaba frente al supermercado y cuando lo hice, bajé junto a Leandro para desayunar.
Antes de bajar, me puse un vestido mientras que Leandro se ponía algo cómodo para poder pasar el día tranquilo junto a sus actividades normales.
Mientras que preparaba tortitas para desayunar con café y un zumo de naranja para Leandro, me dio un pequeño escalofrío.
Y cuando saqué las primeras tortitas de la sartén, sentí el pitido de los mensajes de mi teléfono.
Cuando eché la segunda ronda de tortitas, cogí mi teléfono móvil y vi que era un mensaje de Hunter: ¿Te parece si hacemos lo tres planes esta noche en mi departamento Mariella? H.
A lo que respondí: no puedo Hunter. Pero si lo deseas, puedes venir a cenar de nuevo esta noche a la mía. Ya que Leandro se va una semana a Barcelona con mis tíos y vienen ellos a por él.
Su respuesta no tardó en llegar de inmediato: Me parece perfecto. Te veo sobre las ocho en tu casa. Así podremos hablar un poco en privado. H.
Sin embargo, no le respondí y él supo que era una respuesta afirmativa.
En media hora, desayunamos y me sentí orgullosa. Sin embargo, tenía que prepararle la ropa a Luka y recordando la cita, le mandé un mensaje a Luka diciéndole: te espero en mi casa. Tengo que preparar la ropa de Leandro para su viaje de mañana.
Después de mandarle ese mensaje, el timbre de la puerta sonó.
Fui a abrirla y vi que era la mujer que cuidaría a Leandro. Le ordené que un poco más tarde se lo llevara al parque porque tenía que resolver unos asuntos. Ella me obedeció.
Mientras que ella desayunaba con nosotros, volví a sentir el timbre de mi teléfono móvil. Cuando lo vi, era la respuesta de Luka: Vale. Te veo ahí a las doce de la mañana. L.
No le respondí y después continue desayunando.
A las once de la mañana, la niñera se llevó a Leandro al parque y yo me quedé a solas para poder afrontar lo que estuviera a punto de venir con la reunión de Luka y mía.

El timbre sonó a las doce menos diez de la mañana y respiré profundamente antes de ir a abrir la puerta. Ya que sabía que todo podía tornarse mal.
En pocos minutos abrí la puerta de la casa de mis padres y allí estaba Luka. Quien entró muy despacio a la casa.
―¿Dónde está el pequeño Leandro? ―me preguntó.
―Deja a mi hijo en paz Luka. Pasa dentro y hablemos. Tengo que preparar la comida para cuando mis tíos y Hunter vengan a cenar esta noche.
―¡Hunter! Pensé que no tenías nada con ese tipo.
―Y no lo tengo. Salvo que me invitó a salir a mí y a Leandro esta noche, pero a mí me era imposible con el viaje que mi tío había planeado para mi tía y para él.
Cerré la puerta de la calle cuando este entró y le conduje hasta la cocina.
―Ahora te aviso que no quiero que metas a Leandro en tus planes.
―Tranquila. Yo no contaba con que te traerías a un niño de Italia. Solo pensé en tu regreso y en lo que podríamos hacer juntos ―me respondió seguro de que iba a volver a envolverme con su pasión.
―Ahora mi vida es ese niño. Así que te pediría que saques de la cabeza todos los planes que tengas para mí en mente.
―O es que Hunter ya ha entrado en tu vida.
―Por lo menos Hunter se merece mucho más que tú. Porque yo aún recuerdo todo lo que me hiciste hace un año atrás.
―No vayas por ahí Mariella. He venido en son de paz. Así que te pediría que no saques la mierda del pasado. Ya que soy un hombre completamente nuevo.
―Veamos cuanto tiempo dura eso ―le dije.
Vi que Luka se había enfadado un poco, pero mantuvo la calma.
Llegamos a la cocina y le serví una cerveza con alcohol. Pero enseguida me la rechazó y me pidió una manzanilla. Eso me extraño un poco.
―Tanto te sorprende ver que ya no tomo alcohol o drogas.
―Un poco.
―Tranquila, te habituarás a ello.
Hizo una breve pausa y le di una manzanilla recién hecha.
―Nena te ha echado de menos ―me dijo―. Pero por lo que veo tu a mi no.
―La verdad es que tienes razón. Leandro a ocupado mi vida durante este largo tiempo en el que no nos hemos visto.
―Ya veo.
―Luka te pediría que no metieras a Leandro en nuestro pasado.
―Mariella te di ese papel para que nos reuniéramos. Ya que quería pedirte perdón por matar a tus padres y a tus hermanos.
―Y a tu hijo.
―Exacto. A mi hijo. Sé que no ha tenido la culpa de nuestros errores y lo pagué intentando controlar tu vida.
―Por lo menos lo has reconocido.
―Quería decirte que voy a entregarme a la policía.
―Y piensas que después de que cerraran el caso de esos asesinatos van a querer encerrarte.
―Lo merezco.
―Merecías ver morir a tu madre Luka. Pero yo no era ni seré como tu piensas que soy.
Luka le dio un sorbo a la manzanilla y después me dijo mientras que ponía el vaso de nuevo encima de la encimera:
―Quiero que retomemos de nuevo la relación. He tenido un año para poder meditar y pensar entre las cuatro paredes del centro.
―Y tu piensas que voy a querer aceptar al asesino de mi familia de nuevo en mi vida. Más aún cuando me fui para meditar sobre ello.
―Yo sé que no. Pero yo te sigo queriendo.
―Luka te voy a ser sincera ―dije―. Yo tampoco he olvidado lo que vivimos, pero mis sentimientos están confusos.
―Es por ese tal Hunter, ¡verdad!
―No es por Hunter, si no, que un año lejos de ti me ha hecho tener los pensamientos confusos. Más cuando tengo que darle amor a un niño que sus padres se mataron en un accidente por culpa de la droga.
Luka bajó la mirada un poco sumiso y no dijo nada.
―Luka he estado un año fuera. Perdóname si no encuentras a la misma Mariella que hace un año.
―Lo sé. Por eso pienso reconquistarte.
―Lo dices muy pronto Luka. Y las cosas han cambiado desde que soy una mujer nueva.
Después hubo un silencio largo. Cosa que no tardé en romper cuando le pregunté cómo había llevado su tratamiento y le pregunté por su madre. No tardó en volver a agradecerme por donarle mi sangre.
Luka sacó de su bolsillo una caja de terciopelo blanca y cuando me mostró lo que contenía, supe que el anillo y el colgante eran los mismos que él me regalo al poco tiempo de empezar nuestra relación.
―Lo seguiré guardando para cuando tus sentimientos estén claros Mariella ―me dijo y después se volvió a guardar la caja.
Sin embargo, no le dije nada al respecto. Ya que esas joyas me las quité el día en que mató a mis hermanos. O simplemente se las pidió a Patrick.
Luka se marchó cuando Leandro llegó a la casa junto a la niñera y me quedé observando como él miraba al niño. Sin embargo, no me extrañaría que estuviera mirando a la mujer que cuidaba de Leandro.

Tras pasar un rato con Leandro y su niñera, subí a hacer la maleta del niño para que mis tíos se lo llevasen.
Perdí un poco la noción del tiempo cuando sentí el timbre de la casa sonar. Por lo que supe que mis invitados estaban llegando y que eran más de las ocho de la tarde.
El bullicio de mis tíos me dijo que habían llegado. Sin embargo, en segundos volví a sentir el timbre. Por lo que bajé enseguida y vi que Hunter había entrado en la casa. Fue su sonrisa lo que me hizo bajar la mirada por un momento y también que me quedara callada como una tonta.
Le di una orden a la niñera para que terminase de hacer la maleta y después que se reuniera con nosotros en la cena.
Saqué vino para todos a excepción para mí y el niño. Donde mi tío no tardó en interrogar a Hunter.
Después de unas preguntas, mi tío me preguntó por Luka y lo único que le respondí es que le había visto aquella mañana por que me había dado un papel importante para los dos.
Mis tíos se quedaron con Leandro mientras que esperábamos a que la cena se hiciera un poco más tarde. Hunter y yo salimos al jardín para recibir un poco de aire fresco.
―¿Pensé que no habías vuelto a ver a Luka? ―me preguntó.
―No lo volví a ver hasta ayer. Solo ha sido un encuentro casual en el cual decidí que hablar después de un año sobre lo que paso con nuestro hijo era algo que no podía evitar.
―Lo sé. Tranquila Mariella.
―Siento el interrogatorio de esta noche.
―No te preocupes. No es la primera vez que la familia de mi novia me interroga.
―¿Tienes novia?
―Tuve Mariella. Antes de que me destinaran a España para el caso de tus padres tuve una novia de dos años.
―¿Y qué os pasó?
―Que la relación murió y la pasión se extinguió cuando se fue con mi compañero de trabajo.
―Hija de puta ―dije.
―Mejor así. Por lo menos me alegra haberte encontrado después de unos años sin vernos.
―Y yo.
―Vamos a brindar con vino esta noche.
―Hunter, no tomo alcohol desde hace mucho tiempo. El tiempo en que me conociste ya paso. No he vuelto a beber desde que a mi padre le dio el primer infarto.
―No me lo habías dicho. Digo lo del infarto. Pensé que te fuiste porque huiste de lo que sentíamos.
―No fue así Hunter. Me vine a España por que a mi padre le dio un infarto y no podía dejar a mi familia sola. Siento que te tengas que enterar ahora de todo lo que pasó hace años.
―Tranquila.
―Hunter lo que sentí por ti era verdad. El sexo era secundario mientras que tuviéramos amor el uno por el otro.
―Pero todo cambio cuando conociste a los pocos años a Luka Wood.
―Luka entró en mi vida poco después de tener otra relación de tres años. La cual resultó un poco toxica. Con Luka no lo era hasta que comenzó a controlarme y él a desmoronarse. Hasta que descubrí que se acostaba con mi mejor amiga y decidí que lo dejáramos. No me olvidaba de él hasta que decidí irme a Italia.
―Luego paso lo de tus hermanos y tus padres y tuviste que cancelar ese viaje.
―Luego mataron a mis hermanos y resulté herida Hunter. Por lo que no cogí el vuelo y no pude ir a estar con ellos en momentos duros.
―¿Reconociste a los asesinos de tus padres?
―No ―le mentí―. Tenían pasamontañas puestos. Lo único que sentí fue el pánico y como Luka me salvó de la muerte. Supongo que esos asesinos eran tipos de la mafia o algo. No lo sé Hunter. Ni siquiera sé si mi padre debía dinero o algo así.
―Eso podría averiguártelo.
Si averiguase que mi padre no tenía deudas con la mafia y que todo era una mentira para salvar a Luka de la cárcel, me encarcelarían a mí también por encubrir un asesinato.
―No te preocupes Hunter. Yo me encuentro bien y espero que sus asesinos reciban el peor de los castigos.
―Vale.
Después, entramos en la casa y en pocos minutos disfrutamos de la cena familiar junto a mis tíos.
A pesar de que había pasado muchos años de que Hunter había estado estudiando a mi lado, no podía dejar que metiera a Luka en la cárcel. Mas ahora que me había demostrado que me amaba con el hecho de quitarse de las drogas.
Cuando terminamos de cenar, mis tíos se llevaron a Leandro y a su niñera. Donde me dejaron a solas con Hunter.
Este no tardó en marcharse. Ya que tenía que trabajar al día siguiente en un caso y no podía faltar. Por lo que se marchó de la casa a las doce de la noche.
Cuando sentí la soledad por unos momentos, el ruido de cuando Patrick disparó a mis padres se me vino a la mente y lo único que hice, fue irme hasta la habitación de mis padres y desconectar de todo ello.
Ahí en pocos segundos, volví a coger el papel que Luka me dio el día anterior para que lo mirase, mientras que me ponía mi pijama de seda y se me vino el momento en el que me enseñó las joyas que me había regalado antes de que todo lo nuestro se marchase por el desagüe cuando se acostó con Harriet. Fue cuando recordé sus palabras.
Lo seguiré guardando para cuando tus sentimientos estén claros Mariella.
Aunque mis sentimientos estuvieran confusos, jamás encontraría la paz si mi cabeza seguía pensando. Ya que la muerte de mis padres es un cargo de conciencia. Sé que no tuve nada que ver. Pero mi cabeza sabía que tenía la mayor parte de culpa por no haberme quedado quieta cuando Luka me secuestró y me advirtió de lo que haría si intentaba de escapar.
Después de poner el papel de nuevo en su sitio, me puse un pijama de seda y me acosté. Sin embargo, no me quedé dormida. Ya que mis pensamientos estaban en Luka y en Leandro esa noche.

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