Desperté a la mañana siguiente un poco exhausta tras varios orgasmos que recibí.
Miré hacia el lado derecho y vi que Luka había desaparecido. Pensé que tras darme lo que él quería, se había marchado de mi lado. Como sabía que mi instinto no podía confiar en él.
Me levanté de la cama y me puse mi bata de seda caminando para salir de la habitación. Ya que quería comer algo.
Al llegar a la cocina, vi que Luka estaba ahí haciendo los desayunos. Me olvidé de lo independiente que era antes de que perdiéramos a nuestro hijo.
―Pensé que te habías ido en plena madrugada ―le dije.
―Pues ya ves que no ―me respondió y después hizo una breve pausa―: Me desperté hace veinte minutos y vi que estabas dormida. No quise despertarte.
―Ya veo.
Luka me miró y me dijo:
―Se que ahora estarás pensando que lo de anoche no debió de suceder, así que no hace falta que me lo digas.
―No estaba pensando en eso. Pensaba en Leandro. En como lo estará pasando junto a mis tíos.
―Coge el teléfono y marca a tu tío.
―Tienes razón.
Cogí el teléfono tras las palabras de Luka y marqué el número de teléfono de mi tío.
Tras unos segundos de espera, este me lo cogió diciendo:
―Mamma, come queste? Ti manco.
―Ciao ragazzino. Se mi manchi e molto. Come sta andando il viaggio a Barcellona?
Miré a Luka y se quedó sorprendido al verme hablar italiano.
―Va tutto bene. Lo zio mi ha comprato vestiti nuovi e alcune scarpe. E cosa hai fatto senza di me ieri?
―Ho lavorato e sono uscito con un amico in viaggio per cena.
―Sono felice di sapere che ti stai divertendo mamma.
―Io sì, ma penso anche a te. Puoi passarmi con lo zio?
―Sì. Sì. Ora ve lo trasmetto. Ora te lo passo.
Tras unos segundos de silencio, mi tío respondió:
―¿Como va todo hija?
―Todo bien. Me estuve poniendo al día en la empresa ayer y me traje trabajo a casa.
―Deberías de descansar todo el día hasta el lunes. Ya te pondrás al día.
―Necesito distraerme tío.
―Lo sé. Pero lo único que te conviene en el tiempo que no esté Leandro a tu lado es salir a divertirte. Ya tendrás tiempo para que te pongas al día. Tu padre no hubiera querido que te estresaras tan rápido.
―Mi padre no puede opinar de algo que el también hacía.
―¡Hija!
―Lo siento tío. Se que me he pasado, pero es la verdad. Mi padre llegaba tarde a casa y era porque su trabajo lo tenía ocupado. Hasta el mes antes de que muriesen. Que estuvo muy atento a mis necesidades. No pensé que mi intento de suicidio le haría estar más a mi lado.
Miré a Luka y vi que esa parte no se la había contado. Por lo que vi como bajaba la mirada y después hubo silencio.
―Debo de dejaros tío. Tengo algo que hacer. Volveré a llamaros a lo largo del día.
―Vale.
Después colgué el teléfono y Luka me preguntó con la mirada baja:
―¿Te intentaste de suicidar?
―Lo intenté sí. Pero comprendí que no debía de estar tan hundida cuando decidí irme a Roma antes de que...
Bajé la mirada y él supo a lo que me refería.
Luka levantó de nuevo la mirada y me volvió a preguntar:
―¿Como sabes tan bien italiano?
―Lo aprendí antes de conocerte e incluso mi tiempo en Italia hace un año me ayudó a reforzarlo. Como hice con el inglés.
Hice una breve pausa.
―Te dije Luka que era muy lista.
―Ya veo.
―Luka, tengo que hacer cosas a lo largo de la mañana. Te pediría que te marcharas.
―He escuchado lo que ha dicho tu tío y tiene razón. Disfruta durante el fin de semana y ya tendrás tiempo de trabajar el lunes y ponerte al día con las cosas de trabajo.
―No puedo hacerlo, ya lo sabes.
―Aun así, te prohíbo que lo hagas.
―Ya no ejerces ningún control sobre mí, Luka.
―Pues piensa en ti por unos días. Ya has tenido un año para dedicarte a ti espiritualmente. Ahora hazlo físicamente nena.
Sin embargo, no le respondí.
―¿Porque me citaste ayer en tu casa?
―Por qué quería estar contigo a solas. Como anoche Mariella.
―Solo para poseerme.
―No. Quería pasar una velada romántica contigo.
Hizo una breve pausa.
―Quiero retomar el tiempo perdido nena y quería hacerlo de la forma que a ti te gustaba cuando nos conocimos.
―Con una cena y velas. Aun así, han pasado cosas Luka que no debo de olvidar.
Hice una breve pausa y le dije:
―Voy a darme un baño.
―Espera, lo haremos juntos. Ahora vamos a tomar el desayuno y después nos daremos ese baño.
Asentí.
En pocos minutos, comenzamos a desayunar y me sentía un poco insegura de que Luka estuviera allí. Sin embargo, era el único que sabía lo de las cámaras de seguridad y no quiso hacer nada.
Mientras que probaba bocado, el sonido de mis mensajes del teléfono móvil sonó.
Cuando vi que era Hunter, lo único en que pensé fue en los celos de Luka. Sin embargo, abrí el mensaje y leí: Mariella paso a buscarte en media hora para llevarte a la oficina. Espero que la soledad de anoche no te hiciera pensar mucho en Leandro. H
A lo que no tardé de responder: Hunter no voy a ir a la oficina hasta el lunes. No te preocupes, se llevarlo. Te llamaré en cuanto me sea posible. Mariella.
Después de eso, terminé de comerme el bocado y dejé que todo transcurriera tranquilamente.
Tras el desayuno, recogí los platos y me fui hasta el cuarto de baño. Donde Luka estaba ahí esperándome metido en la bañera grande que tenían mis padres.
Comencé a quitarme la ropa, mientras que él me observaba dentro de la tina. Cosa que aún me seguía dando vergüenza.
Cuando me entré en la tina en pocos segundos, Luka se quedó observando mi desnudez.
Bajé enseguida y después de varios minutos relajada, Luka me dijo:
―Me encanta verte desnuda. Sigue siendo una vista demasiado maravillosa para mis ojos.
―Eso será ahora.
―¿A qué te refieres?
―Que cuando estábamos de novios nunca decías eso.
―Porque fui un idiota. Uno no se da cuenta de sus errores hasta que es un poco tarde.
―¿Y cuando te diste cuenta de ello?
―Cuando me fui recuperando poco a poco. Ahora me estoy dando cuenta de que con la droga he cometido muchos errores.
―Me alegra escucharte decir eso.
Tras unos segundos de tranquilidad, Luka se movió y se puso encima de mí.
―¿Qué haces Luka?
―Tranquila nena. Déjate llevar.
Después sentí como puso mis piernas un poco hacia arriba y metió su pene en mi interior. Haciéndome gemir.
Él comenzó a moverse y después de ello, eché mi cabeza hacia atrás. Dejándome llevar lentamente porque Luka quería llegar a un orgasmo. Uno que quería llevarlo a lo más profundo y más intensó que anoche. Aunque no tenía palabras para describir los que me dio.
Luka me poseyó hasta que llegué al orgasmo. No se detuvo en ningún momento para decirme palabras, si no, en darme hechos. Unos hechos que los estaba intentando emendar.Tras el baño de agua tibia, me tumbé encima de la cama y volví a quedarme dormida. Donde no tardé en soñar algo junto a mis padres.
Cuando volví a despertar, me di cuenta que había anochecido. Por lo que me pregunté si Luka se había ido ya. Sin embargo, fue el olor desde la cocina lo que me hizo entender que no.
Me volví a poner la bata de seda y salí de nuevo a la habitación. Donde caminé en breve a la cocina.
En el reloj de la entrada vi que eran las nueve y media. Por lo que supe que era a la hora que acordamos el día anterior para encontrarnos.
Al entrar en la cocina vi que Luka había preparado una cena. Sin embargo, cuando miré hacia el salón, vi que había velas y los platos estaban colocados.
―¿Qué es todo esto? ―le pregunté.
―La recompensa que debí darte anoche. Salvo que no acudiste.
Asentí.
―Pasa al salón. Esto ya está casi listo.
Le hice caso y pasé al salón.
Cuando llevó la cena, me percaté que Luka se había echado el pelo hacia atrás. Eso le seguía haciendo aún más atractivo.
Mientras que cenábamos, llamé de nuevo a mi tío para hablar con Leandro. Lo que no tardamos mucho porque iban a llevar al niño al teatro para que disfrutase.
Continué cenando tranquilamente mientras que Luka y yo manteníamos una conversación donde me contaba con sinceridad algunas cosas que me dolieron. Sin embargo, sabía que eran para sanar mis heridas.
Después de cenar, le ayudé a quitar la mesa y fregar los platos. Donde me estuvo tocando constantemente.
En pocos minutos, salí al jardín y me puse a pensar si estaría haciendo bien en estar a solas junto a Luka. Sin embargo, sabía que no estaba haciendo bien en estar de nuevo a solas con la persona que me destruyó la vida.
Él salió al jardín detrás de mí y estuvimos hablando de otras cosas que no eran nada de la muerte de mis padres, de mis hermanos y de nuestro hijo. Estuvimos consiguiendo establecer una conversación normal por una vez en mucho tiempo.
Tras veinte minutos hablando, el silencio se hizo y cuando Luka me quitó la bata de seda, supe que ese silencio se le hizo muy incómodo. Por lo que no tardé en estar desnuda y bajó él. Donde volvió a poseerme como si fuera la última vez que lo fuese hacer.
Bajó la luna fue cuando entendí que su perdón hacia lo que me hizo fue sincero y no una mentira. Una que él mismo se labró cuando cambió nuestra vida por una que no existía.
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Simplemente Mía
Fiction HistoriqueLa vida a veces no se trata de disfrutarla. Se trata de vivirla. Mariella Sanz pensó que lo tenia todo con su libertad tras dejar su última relación. Sin embargo, Luka Wood no se había marchado del todo de su vida. Sin embargo, será las malas deci...