XI

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~PRINCESA DE ERITMA, Y GUERRERA DE PAPÁ TAMBIÉN~

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—¡Así que era la mocosa esta! ¡Lo sabía muy bien! —exclamó con rabia Zany, alejándose de Noaelí.

—No, no, Zany por favor —le dijo el muchacho, intentando agarrarla del brazo.

—¡Suéltame, Noaelí! ¡Jamás creí que serías como los demás! ¡Qué te fijarían en una prostituta!

—¿A quién mierda le dices prostituta, vieja asquerosa? —gruñó de rabia Kirash, entrando al departamento—. A ti debería darte vergüenza acosar a un tipo diez años menor que tú, ¡Cuando tú ya estás rondando los cuarenta! ¡Vieja seca!

—¡¿Cómo te atreves, mocosa prostituta?!

Noaelí las observó a ambas, aturdido, sin saber que hacer. Su madre le había dicho que no se metiera, que las dejara, pero ellas parecía que iban a pelear.

—Zany, Kirash, por favor, no-

—¡Estábamos bien hasta que apareciste! —rugió Zany intentando darle una cachetada.

Pero Kirash se movió hacia un lado, y le dió un fuerte golpe con su frente, que por la diferencia de estatura, le dió en la nariz, fracturándola.

—¡Araza! —exclamó alarmado Noaelí, al escuchar el grito de Zany y verle el rostro ensangrentado.

Rápidamente fue hasta ella, y la sujetó con ambos brazos, intentando soltarse.

—¡Le voy a enseñar a respetarme! ¡Vamos! ¡Vuélveme a decir puta! —exclamó forcejeando con Noaelí, que al momento que ella dió un cabezazo hacia atrás, él la soltó.

Se fue corriendo hacia Zany y la tiró al suelo, subiéndose encima de ella y tomándola del cuello, antes de acercarse a su rostro, y gruñirle furiosa, enseñándole sus dientes.

—Me vuelves a llamar puta, y te corto la lengua ¡¿Me oíste?! —gruñó.

—Araza, ya, por favor —pronunció nervioso Noaelí tomándola de la cintura—. Déjala, por favor.

La soltó y se alejó de Zany, que estaba llorando en el suelo. El castaño la ayudó a sentarse, y le dió un pañuelo para intentar detener el sangrado.

—N-No puede ser que esté pasando esto. Te llevaré al hospital, ven.

—Le quebré la nariz, no las piernas para que no pueda irse sola —gruñó limpiándose la sangre de sus manos.

—Llevaré a Zany al hospital, y tú espérame aquí —le dijo saliendo del departamento con la morena.

Araza los observó a ambos irse y gruñó, apretando los puños.

No pensaba quedarse una mierda, al diablo con Noaelí.

***


"—Cuando te sientas acorralada, recuerda que los puntos más débiles en una persona, son los tejidos blandos. Los ojos son una buena opción.

—Pero nuestra princesa está chiquita para picar ojos —sonrió Moses, haciendo reír a Lashel también—. Tú intenta darle un cabezazo en la nariz, es una zona muy dolorosa, que deja fuera de juego a cualquiera durante unos segundos.

—Okay, golpe en la nariz y cuando se agache, patada en la cabeza, lo tengo —pronunció la castaña.

—No, no, amor, una patada en la cabeza, siendo que seguramente se este tomando la nariz, será un blanco fácil para que te tome de la pierna y te tire. Tú intenta siempre tomar distancia y ventaja por tu tamaño —le dijo Lashel."

Bueno... Tal vez se le había ido un poco la mano con Zany. ¡Pero es que la tenía harta ya! Quizás así ya la dejaría en paz, y se pensaría dos veces antes de volver a decirle puta.

Su frente había quedado roja, le dolía, pero seguramente a la otra estúpida le dolería más la nariz rota.

—Seguro me saldrá un moretón —suspiró, mirando su reflejo en el espejo.

Noah había estado llamándola toda la noche, pero Kirash no había querido atenderlo. De seguro ya estaba en su casa, y había descubierto que ella no estaba allí.

—Ese tipo es un problema nomás —pronunció bajo.

Se puso de pie, y observó el departamento. Ella ya no era parte de los representantes de la isla, por lo tanto, no había motivos para seguir allí.

No tenía motivos para estar en Kanat'ma.

Fue hasta su armario y tomó un bolso y su valija, guardaría todas sus pertenencias y luego hablaría con su papá para poner en alquiler el departamento.

Tampoco tenía mucha ropa o cosas suyas allí, ya que solía viajar muy poco. No volvería a visitar el centro de la isla, se quedaría en sus tierras.

Y se iría en el primer viaje de la mañana.

***


—¿Qué fue lo que hiciste, Kirash? ¿Es que perdiste la cabeza? ¡¿Cómo se te ocurre herir a la hija de Zato?! —exclamó su madre, muy molesta.

—Fue un impulso de idiotez, mamá. No había sido una buena noche, y esa vieja estúpida sólo empeoró las cosas.

—Esto es culpa de tu padre, poner ideas raras en tu cabeza. Araza ¿Yo acaso no te enseñé a comportarte? ¿No te dije cientos de veces que no debes dejarte controlar por tus instintos? ¿Qué solo los animales actúan de este modo? ¡Quedaste como una bestia!

—Lo siento, mami —pronunció bajo, agachando la cabeza.

—Le quebraste la nariz, Kirash, le dejaste marcas en el cuello. Cuando tu padre regrese de su viaje, hablaremos seriamente de tu conducta.

—Pero tú estás hablando como si fuera una niña, y ya tengo veintidós años, mamá. No soy una niña.

—¡Entonces actúa como una adulta! Y lo peor de todo, es que peleaste por un macho, ¡Por un tipo! Dime, Kirash ¿Vale la pena? ¿Vale la pena ese macho lo que hiciste?

—M-Ma.

—No quiero que tengas más contacto con ese macho, ni con la hija de Zato. Te irás un tiempo a la isla Helada, alejada de Kanat'ma. Cuando tú tengas las ideas claras, calmada y tranquila, podrás regresar.

—Está bien —pronunció bajo.

—Tu padre y yo solucionaremos todo. Ahora... En la cocina tienes el almuerzo, come, toma un baño, y luego duerme un poco.

—Gracias mami —susurró pasando por su lado.

Ura'Elie suspiró y negó con la cabeza. Ni siquiera en su adolescencia Kirash le había causado problemas. Siempre había sido una muchacha muy educada, respetuosa, aplicada, un ejemplo. Sí, era un tanto caprichosa, terca y mimada, porque Lashel le daba todo lo que quería, pero jamás había tenido un comportamiento violento e irracional como el de ahora.

Ese macho era una mancha en la vida de su hija.

...

Princesa de Eritma Donde viven las historias. Descúbrelo ahora