XLI

1.9K 290 57
                                    

—Noaelí, gracias por aceptar venir —sonrió Araza—. Pasa por favor.

El castaño entró a la casa, y observó que en la sala estaba Bradek, cargando a Giassy en brazos, mientras le daba el biberón.

—Ven, siéntate —le dijo acompañándolo hasta el recibidor—. Brad.

El rubio suspiró y le dió un beso a la bebé en la frente, ante la atenta mirada de ella, que lo estaba tomando de uno de sus dedos.

—Sé una bebita buena, como siempre —sonrió levemente, antes de dársela a Noaelí, luciendo serio—. Que el biberón este siempre arriba, o le darán gases.

Noaelí tomó a la niña, pero no quiso seguir tomando el biberón con él, sólo se quedó sentada sobre sus muslos, mirando con temor a sus padres que estaban sentados en el sillón de enfrente.

—Noa nosotros queremos buscar lo mejor para Giassy, y eso sólo lo conseguiremos si los tres llegamos a un acuerdo en buenos términos.

—Me parece bien, Ara.

—Puedes venir a ver a la niña cuando quieras —pronunció Bradek—. Es... Tu hija, después de todo.

—Soy un extraño para ella, en este momento lo único que quiere es estar contigo —le dijo Noaelí mirando al rubio.

La pequeña estaba tensa, y sólo miraba a Bradek, ella quería volver con su papá, no entendía porque la habían dejado con aquel hombre.

—Eso es porque tú no vienes a verla, Noaelí. Cuando ella comience a pasar más tiempo contigo, entenderá que también eres su papá.

—Pa —lo llamó Giassy, estirando sus bracitos hacia Bradek—. Pa.

Noaelí sonrió suavemente y se puso de pie para entregársela, y que la niña se abrazara a Bradek, ronroneando cuando él la cubrió con sus protectores brazos.

—Bradek, yo no voy a interferir en la relación que tú tienes con Giassy. Ella sabe que tú eres su papá, y yo no voy a ir en contra de eso. Lo que menos quiero, es asustarla o hacerla sufrir egoístamente. Vendré a verla —le dijo a Araza—. Estaré presente para ella, pero sólo eso. Cuando crezca y si decide conocerme, y considerarme su papá también, ahí estaré.

—Está bien, de todos modos, le comenzaremos a explicar que tú también eres su padre —sonrió la castaña—. Será muy confuso para ella si no se lo explicamos desde ahora.

***

Este era el segundo kok'ta Kanat'ma que pasaría como la actual líder de la isla, y ahora podría disfrutarlo de otro modo. Tenía otra mirada ante la festividad, era tan gratificante ver tantas familias, tantos niños felices con sus padres, hermanos, tíos o abuelos.

Si su infancia hubiese sido de ese modo, quizás la vida la hubiera afrontado de otra forma.

—¿Qué se siente ser la madre de todo esto?

Se estremeció al escuchar aquella voz detrás de ella, y frunció el señor, girándose para encontrar a Irat'keli.

—¿Qué necesitas?

—Nada, no necesito nada, simplemente pasaba por aquí, y me pareció propicio saludar a la líder.

—De acuerdo.

—¿Qué harás este año en el kok'ta? —le inquirió curioso.

—Cuidar del pueblo, como siempre —pronunció con molestia—. Si no necesitas nada,. continuaré con mis funciones, tú deberías hacer lo mismo.

Princesa de Eritma Donde viven las historias. Descúbrelo ahora