XIX

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—Hijo ¿Sabes dónde estamos?

—Creo que es un hospital —le dijo cubriéndose los ojos con una de sus manos, al sentir que la luz de la habitación le molestaba.

—Sí ¿Sabes por qué? ¿Recuerdas algo?

—No.

—¿Qué es lo último que recuerdas, Noa?

—No lo sé, mamá, me duele mucho la cabeza ahora —pronunció volviéndose a acostar.

—Está bien, mi amor —le dijo ayudándolo a acostarse, acariciándole el cabello—. Intentan descansar.

—Sí, pero ¿Dónde está Araza? —le preguntó con los ojos cerrados—. ¿Dónde está ella?

—¿Qué recuerdas de Araza, hijo?

—Ella vino a la isla, y... No lo sé, creo que estaba conmigo —pronunció cubriéndose los ojos—. ¿Puedes apagar la luz, por favor? Me está dando mucho dolor de cabeza.

—Sí, cariño.

—Araza, mamá ¿Dónde está? ¿Puedes decirle que venga?

—Noa... Sí, yo le diré que venga luego, pero ahora debes descansar.

—Bueno —le dijo acostándose de lado—. Despiértame cuando venga.

—Sí —susurró Kumi.

Una semana había estado Noaelí sedado, hasta lograr estabilizar sus síntomas, y que no fuera peligroso al momento de despertar.

***

—¿Dónde está mi hija?

—Lashel.

—¡¿Dónde mierda está mi hija, Cep?! —rugió furioso.

—Araza está en una habitación, ella... Está estable.

—¿Estable? ¿Ella está estable? ¡¿Cómo puedes decir que mi hija está estable?! ¡Mi hija está en coma! ¡Una semana lleva en coma y recién ahora me notifican!

—Nosotros tampoco sabíamos con exactitud que fue lo que había ocurrido. Apenas lo supimos, yo mismo te mandé a llamar.

—Me la llevaré de aquí —gruñó de rabia.

—Está bien, lo entiendo, pero no puedes llevártela ahora mismo, su estado es delicado.

—¿No era qué estaba estable? —rugió peligrosamente, acercándose a él—. ¿Qué mierda le pasó a mi hija?

—Hubo un accidente en la obra dónde Noah trabajaba. Junto con Araza, hubieron varios heridos más. Incluso mi hijo está internado también.

—No me importa como, pero me la llevaré de aquí. Araza no pasa un minuto más en Kanat'ma.

***


"—No puedo hacerlo.

—Claro que puedes, ambos lo queremos, y lo sé muy bien, porque tu cuerpo está reaccionado a mi —sonrió, besándolo.

—Nunca estuve... Con una mujer —le confesó contra sus labios—. Ara no puedo.

—Sí, sí puedes —le dijo dándole besos cortos, ayudándolo a quitarse la camiseta—. Lo haremos a tu ritmo, pero lo haremos."

Princesa de Eritma Donde viven las historias. Descúbrelo ahora