Taegi||King omega.

[12]

Taehyung abrió los ojos con lentitud, miró a su alrededor, se dio cuenta que aún no era de mañana, se sentó un poco abrumado por el sueño, viendo en dirección de la puerta, se sentía mareado y su cuerpo un tanto débil, notó una sombra oscura detrás de su puerta, viendo el cuerpo de una mujer, la puerta se abrió con lentitud, ingresando aquella sirvienta.

—¿Qué hace usted aquí?—interrogó el alfa con suma extrañeza. Ella cerró la puerta y se puso al frente del hombre, empezando a desprender sus ropas con cuidado—¡Señorita, deténgase!—el alfa se levantó y detuvo las manos de ella, al verla cerca del rostro, vio como unas lágrimas cayeron y se deslizaron por sus blancas mejillas.

—Me ordenaron que lo atendiera—susurró ella en bajo.

—¿Qué, atenderme en qué sentido?

—Si no lo hago, no podré pagar la libertad de mi hermana, mi jefa la vendió a un señor adinerado como esclava...porfavor—susurró en bajo.

—¿Acaso, te obligan a prostituirte?—ella miró a los lados con sumo nervios y afirmó con mucha lentitud— ¿Pero qué edad tienes?

—18 años, señor.

—Eres demasiado joven ¿Y tu hermanita?

—12.

—No necesitas hacer esto—exclamó sobresaltado al darse cuenta, miró el cuello de ella—¿Eso te lo hizo algún noble?—la sirvienta afirmó rápido.

—Tiene que aceptarme, ellos se darán cuenta si no tengo sexo con usted—Taehyung retrocedió asustado y riendo nervioso—, señor.

—Esto va contra mi moral. Lo siento yo no estoy interesado en ese tipo de cosas, pofavor...no se me acerque más.

La puerta de aquel cuarto fue tocado, la joven se escondió detrás del alfa con sumo nervios, viendo ambos la sombra de una mujer más alta.

—Es mi jefa—susurró la chica en bajo—, quiere ver que haga mi trabajo...si no escucha nada, sospechará.

—Dime...¿Cuánto es qué debes por la libertad de tu hermana y para salir de este lugar?

—Es mucho dinero señor...son 100 monedas de oro en total. Nadie va querer dar ese dinero por mí y hermana, venimos de un pueblo pobre.

—Ahora trabajarás para mí, quedate aquí.

Taehyung abrió la puerta, sobresaltando a la mujer que estaba detrás queriendo escuchar algo. Ella retrocedió un poco nerviosa, en eso llegó el Eunuco Choi que venía de investigar de los alrededores que sucedía en ese lugar, se acercó a su amo al notar el ceño fruncido de él.

—¿Cuanto por esa chica?

—¿Disculpe?—interrogó ella con suma extrañeza—. No está a la venta.

—Eunuco Choi, tengo entendido que la prostitución y esclavitud en menores está prohibido en este país—el sirviente afirmó moviendo su cabeza con un gran sí—¿Escuchó eso? tiene a esta niña ilegal en este lugar, ordenando que se acueste con nobles.

—De eso venía hablarle a usted—comentó aquel Eunuco—, hace años que no venía aquí, pero desde que el dueño anterior murió y esta mujer se hizo cargo, empezó a meter niñas a trabajar las cuales no duraban mucho y empezaron a desaparecer.

—¿Qué pasó con esas niñas, señora?

—¿A qué se refiere? ellas dejaron de trabajar aquí. No he hecho nada malo.

—Bueno, entonces...¿Qué le parece esto?—dijo el alfa desviando la mirada un tanto pensativo—. Mi esposo es un príncipe de la dinastía Min, es más, es el hijo menor del rey—la mujer al escuchar aquello su ceño se frunció—. Me imagino que ya escuchó sobre el principe Sanguinario del palacio?—ella retrocedió nerviosa—, avisaré mediante una carta lo que sucede aquí y usted será castigada como es debido y ella—señaló a la chica—. No trabajará más en este lugar.