Taegi||King omega.

[07]

La señora Kim tocó la puerta del cuarto de su hijo, el alfa se giró viendo la sombra de su madre tras aquella puerta para soltar un suspiro, el día de su boda había llegado, apenas pudo conciliar el sueño y ahora permanecía viendo aquel hanbock rojo que se mantenía en la esquina de su cuarto—¿Hijo?—preguntó su madre al no tener respuesta alguna.

—Ya estoy despierto, madre—respondió Taehyung para levantarse y estirarse un poco perezoso, la mujer abrió la puerta.

—Es hoy...¿Nervioso?—preguntó ella que se acercó arreglar unos cuantos mechones de aquel cabello largo y castaño oscuro de su amado hijo.

—Solo estoy cansado—afirmó.

—Vinieron unas personas del palacio—comentó ella en bajo y se hizo a un lado.

Al hacerlo, entró un señor mayor y tras él, unas doncellas de palacio, el eunuco hizo un saludo de 90 grados junto a sus acompañantes.

—Buenos días, soy el Eunuco Choi, vengo a atenderlo y ahora seré parte de sus sirvientes, junto a estas cinco sirvientas. Venimos atenderlo.

Taehyung frunció el ceño, viendo a las sirvientas del palacio, las cuales alzaron el rostro y cuando sus miradas se encontraron con la de él, no pudieron evitar sonrojarse, bajando la mirada de un solo, poniendose nerviosas, el alfa suspiró y apretó los labios un tanto pensativo, no sería nada bueno tener a esas mujeres a su lado, sobre todo cuando su esposo era un omega.

—Eunuco Choi, usted puede quedarse, ellas...se tienen que ir. Si llego a tener sirvientes, quiero que sean hombres y todos betas—ordenó con tono serio.

La señora Kim se giró viendo a las jóvenes sirvientas, afirmando con lentitud.

—Pero el príncipe las mandó para usted—comentó aquel hombre sorprendido.

Taehyung pensó un poco más, no sabía que esperarse de su futuro esposo, de seguro era alguna trampa o tipo de prueba, debía estar siempre a la defensiva, así que negó de nuevo con su rostro serio.

—No las quiero, regreselas. Ya dejé en claro mis desiciones.

Aquel Eunuco afirmó y dio dos aplausos, las doncellas se retiraron con la cabeza en bajo, saliendo de aquella casa, cuando lo hizo. Afuera el soldado personal de Min Yoongi, Park Seojoon las contempló en silencio, evitando sonreír un tanto divertido. Había elegido a las ayudantes más bonitas del palacio para ver si Kim Taehyung hacía algo, pero era como esperarse, no estaba interesado.

Yoongi estaba tarareando mientras Mijoo y las demás sirvientas lo ayudaban arreglarse, desde temprano había empezado su preparación, con su baño matutino en leche y luego con agua de rosas, así que en esos momentos, le peinaban el cabello y se lo arreglaban para hacer un hermoso peinado.

Una chica se acercó con polvo de rosas, el cual untó con cuidado sobre las mejillas para darle color, otra con un tinte rojo, que puso sobre los labios. Yoongi se contempló en el espejo con una sonrisa viendo como un niño pequeño emocionado a su doncella Mijoo, la cual le respondió por igual.

—Príncipe, hay que ponerle un poco de color sobre sus ojos ¿Cuál desea, rojo o negro?—preguntó una chica joven que era de las ayudantes. Mijoo se asomó un poco viendo aquellas sombras y frunció el ceño.

—Sería mejor de rojo, negro no combinaría demasiado. Además el traje es rojo con hilos dorados y deseo que la mirada de nuestro señor se vea intensa—ordenó la jefa de las sirvientas.

—Está bien—afirmó aquella chica tomando las sombras rojas y empezó a pintar a Yoongi.

—¿Cómo se siente, mi señor?—preguntó Mijoo—. Escuché que el Rey no escatimó en dinero para preparar esta boda, contrató al mejor chef de todo el país, las mejores bailarinas y músicos, habrá un gran espectáculo—ella sonrió con sumo orgullo—¡Y usted se verá muy hermoso hoy!