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Min Yoongi iba caminando con elegancia en dirección de la cocina, mientras tras él, sus ayudantes lo acompañaban, 3 chicas a la derecha y otras del mismo número a la izquierda, Mijoo iba delante de ellas. Seojoon se había quedado cuidando en la puerta principal.

El cuarto principe ingresó al lugar de la cocina, los sirvientes del interior al verlo, le saludaron con respeto.

—¡Saludamos con respeto al cuarto príncipe!—exclamaron aquellos jóvenes. El chef se puso un poco nervioso, limpió con un pañuelo el sudor de enfrente y se acercó al omega con una sonrisa.

—P-príncipe ¿Qué hace aquí? aún el almuerzo no está listo—comentó aquel hombre de mayor edad.

—¿Debo tener una razón para venir a la cocina de mi propio palacio?—preguntó el rubio para luego ofrecer una sonrisa, empezó a caminar alrededor con tranquilidad.

La mirada del chef se depositó sobre la sirvienta Mijoo, como queriendo buscar una explicación. El chico nunca ingresaba a esos lugares y era el único que le mandaron hacer una cocina en su propio palacio, ya que después que la Consorte Noble imperial, este no quiso salir de ese lugar y el Rey tuvo miedo que ahora un poco desprotegido, quisieran envenenarle la comida en el trayecto de la gran cocina Real a su palacio, asi que puso a su orden a un buen chef y ayudantes personales que les tenía suma confianza. Así que aquel cocinero llevaba sirviendo al príncipe desde que era un niño, sabía cuales eran sus gustos y nunca había tenido problemas en que el plato de comida le fuera devuelto.

Pero esa visita, lo hacía pensar miles de cosas ¿Acaso sus platos ya no eran buenos o el príncipe quería echarlo de aquel lugar? mientras sus pensamientos iban de un lado a otro, seguía con su mirada al chico de cabelleras rubias.

—¿Qué es esta planta tan rara?—interrogó Yoongi extrañado.

—Eso es hierbabuena, su majestad. Es la del dia, la cortamos y sembramos para utilizarla hoy, aquí siempre se da todo fresco.

—¿Y qué hacen con la comida que se desperdicia?

—Aquí jamás se desperdicia nada, Cuarto príncipe, ya que usted nos permite que podamos comer de la misma comida a nosotros sus sirvientes, sin excepciones.

Yoongi enfocó con disimulo su mirada en un pedazo de carne que estaba sin cocinar; pero ya estaba sazonada, el omega sonrió un poco para pasar su mano por la mesa de madera, rozando su dedo indice.

—Esta cocina es muy grande, pensé que era más pequeña.

—Somos 50 servidores bajo su mandato, era necesario este tamaño para alimentar a todos, nunca nos falta nada. Usted es muy amable, siempre tenemos animos y salud para seguir trabajando y dando lo mejor a usted.

—¿Y qué hará hoy de almuerzo?

—Estaba pensando hacer un poco de carne de res, han traído de la mejor calidad y-...

El chef no tuvo tiempo de reaccionar cuando vio al cuarto príncipe agarrar aquel pedazo de carne y meterlo en la boca, Mijoo pegó un grito ante aquella acción, el omega echó a correr a como pudo, sosteniendo su enorme vientre de ocho meses mientras apretaba con fuerza el pedazo enorme de carne que colgaba un buen pedazo en su boca.

—¡Principe! ¡Suelte eso!—gritó Mijoo dando gritos mientras corría detrás de su amo.


Las doncellas y el chef también corrieron tras el príncipe.

—¡Cuarto príncipe, le puede hacer daño comer así la carne!—exclamó el chef.

—¡Nogh me higjan!—exclamó molesto el omega ante su nuevo antojo de comer carne cruda.

Taegi||King omega.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora