—¡Su majestad!—habló uno de los ministros de mayor rango, viendo al Rey con suma preocupación—, reconsidere de nuevo sus palabras. Todos los presentes saben que el principe heredero es el mejor para gobernar en el futuro.
—¡Por favor, su majestad!—gritaron los demás ministros que estaban al favor del primer anciano.
—¡No cambiaré de opinión! he dicho que el el Segundo principe ahora es el principe heredero, es mi desición y está muy bien estudiado en cualto a leyes, incluso a salido con excelencias en sus estudios.
Los que estaban a favor del principe Goong Yoo, ofrecieron una sonrisa de victoria y miraron a sus contricantes, ya que era hijo de una poderosa concubina del palacio, la cual había muerto cuando el segundo principe era un niño; pero poseía una poderosa familia politica y aunque fuera el segundo en el trono, siempre fue educado para ser el sucesor, debido a que se sabía que no todos los hijos del rey llegaban a adultos. Ya sea por alguna enfermedad o un asesinato.
—Ha elegido con sabiduria, su majestad—habló uno de los ministros a favor del segundo principe—. El principe Ji-Sub se ha vuelto testarudo y con algunas conductas muy...de poca moral—comentó mientras miraba con cierta diversión al abuelo materno del principe Ji-Sub, quien se rascó la barbilla y terminó de pasar sus manos arrugadas por su larga barba blanca—. El segundo principe ha destacado en muchas cualidades, además, no se vería bien si se enteran que hay un hijo bastardo que proviene de una...prostituta. Supongo que el primer principe sacó ese gusto de ir a esas casas de diversion, debido a su abuelo.
—¿Qué está insinuando, tercer ministro?—preguntó el primero con su ceño fruncido.
—Solo comentaba algo que se estaba rumoreando en el palacio, sobre un hijo bastardo del primer principe. El nombre de las familias, correria peligro si un hijo como ese se llegara a e sentar en un futuro en el trono ¿no cree? La reputación del primer principe no es muy buena. Incluso escuché que tomó a una doncella y pidió separarse de su esposa, para estar con esta su nueva concubina. Si me lo permite, esa mujer...es de baja cuna.
—¡Tercer ministro, cuide su lengua!—le reclamó aquel anciano.
—¡Silencio!—gritó el Rey y tosió al hacer demasiado esfuerzo, contempló a cada uno de los hombres en el poder y suspiró tratando de calmar un poco su respiración—. En una semana será la coronación del principe heredero, mi salud ya no es lo suficiente buena para seguir gobernando. Espero que así como dieron su apoyo a mi persona...también lleven en buen camino al futuro gobernante de este país, para que la dinastia Min siga prosperando.
—Si, su majestad—respondieron todos en unisono.
El Rey se levantó con mucho esfuerzo, su ayudante lo tomó de la mano, para empezar a bajar con cuidado las escaleras, salió de aquel salón en silencio, bajo la mirada serpetiantes de algunos ministros que no estaban gustosos con aquella desición. Kim Seokjin solo contempló a los mayores, bastante pensativo. Sabía muy bien que el primer principe poseía más poder politico y que el Rey no fuera a favor de dejarlo como principe heredero, podía ser parte de la persuación del cuarto principe, Min Yoongi. Aquel a que todos lo consideraban como el principe tirano y de seguro el más débil para la corona.
Claro que Kim Seokjin no lo veía de esa forma, el prefería llamarlo el principe de las marionetas, que tenía comiendo en su palma al hombre más poderoso de ese país y tendria también bajo sus pies al siguiente Rey.
La Reina se giró y miró a su padre al escuchar lo que se había conversado en el salón de reunión y como a su hijo se le había quitado el titulo de principe heredero para pasar a otro. Ella pegó un grito y levantó la mesa que usaba para comer, tirando los platos de porcelana, los cuales se hicieron añicos, su padre suspiró para alzar la mirada.
ESTÁS LEYENDO
Taegi||King omega.
FanfictionMin Yoongi es un príncipe importante de la dinastía Joseon. Sin embargo, ha sido criado mediante caprichos y siempre ha tenido todo lo que quiere en su vida y su padre le ha conseguido cualquier cosa que le ha pedido. Se sabe que ha mandado a matar...