Taegi||King omega.

[22]

—Mete la aguja allí—ordenó Yoongi a una de sus doncellas, era hora de descanso, todas se encontraban en circulo aprendiendo a bordar. El omega decía que si llegaba el día que se tuvieran que ir del palacio- ya que al cumplir 25 años eran liberadas de ese puesto para poder casarse-,podrían tener algo con lo que vivir por cuenta propia.

—Su alteza—habló una—, escuché decir que una mujer puede ser independiente de un hombre, me preguntaba como es eso posible si es el esposo quien tiene la obligación de trabajar y traernos la comida a la casa, las mujeres debemos encargarnos de nuestros hijos.

—La educación de un hijo siempre es prioridad, sin embargo, imagínate que hay una guerra y tu esposo debe ir a luchar, tienes tu familia: ¿Cómo harás  para mantener a esa familia?—un gran silencio se hizo presente—, por eso siempre debes aprender algo por ti misma, ya sea bordar, coser, cocinar, entre otros talentos, puede ayudarte a salir adelante, díganme: ¿Acaso no tienen un sueño?

—¡Yo quisiera poner un puesto de comida, donde muchas personas que pasen, forasteros o quienes sean, llenen sus estómagos!—exclamó una con suma alegría.

—Aprende a cocinar rico, da buena atención a los clientes, mantén el lugar limpio todos los días y créeme, ellos regresan una y otra vez—le aconsejó Yoongi.

—Yo quiero ser costurera—comentó otra chica—, ¡Quiero hacer hermosos trajes!

—Yo si quiero casarme y tener mi propia familia—dijo una con un poco de pena—,quiero cuidar de ellos.

—Eso está bien, si vas hacer algo, siempre se la mejor, si quieres ser mamá, sé la mejor mamá y esposa, pero recuerda también que no te desgastes en el proceso. Solo sean las mejores cuando salgan de este palacio.

—Mijoo ¿Y tú que quieres?—preguntó una con suma curiosidad.

—Yo me quedaré aquí y cuidaré de mi señor hasta que muera de vieja—Yoongi contempló a su doncella y sonrió con ternura, aunque un poco triste por aquel comentario.

—¿No piensas hacer una familia, Mijoo, enamorarte y todo eso?

—Mi amor es suyo, todo lo que soy yo, le pertenezco, Amo—respondió la chica con una sonrisa dulce—, me quedaré a su lado.

—Tienes 27 años, aún estas en edad de casarte—comentó Yoongi para dejar de bordar.

—Le vengo sirviendo desde mis cinco años, amo. No conozco otra vida que no sea este palacio, si llego a tener hijos, mis hijos vivirán aquí y servirán a los suyos. Mi madre fue una sirvienta, trabajó para la Consorte Noble imperial, yo aprendí y soy la mejor en esto.

—Bueno, como tu desees, cuando quieras simplemente irte, sabes que tienes mi permiso—todas contemplaron al príncipe con suma tristeza y siguieron bordando ya que unas saldrían del palacio ese año y les haría falta ese lugar.

Muchas llegaron desde pequeñas, algunas con cinco años y empezaron a ser educadas para ser sirvientas del palacio, algunas sus madres las vendieron, otras eran huérfanas y otras ingresaron por voluntad propia para tener una mejor vida. Mientras trabajaban allí, no tenían derecho a enamorarse o tener alguna relación íntima con un soldado, si corrían suerte y un noble se fijaba en ellas podían convertirse en concubinas, como la Consorte Noble imperial, que llegó a ese lugar como esclava y llamó rápido la atención del rey; pero no solo era ser bonita, también debían poseer inteligencia.

Pero sobrevivir en ese palacio, no era nada fácil si no tenías a nadie quien te protegiera, si le caías mal a alguien, te podía acusar sin pruebas, ser asesinada o las degradaron a trabajar en las fosas sépticas hasta morir de alguna enfermedad que contrajeran en ese apestoso y penumbra lugar.