Taegi||King omega.

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Min Yoongi alzó su rostro, desde hace una semana que lo habían metido en la cárcel del palacio, dormía sobre paja y sus piernas estaban encadenadas, apenas le daban una ración de arroz cada día. El omega no sabía que había pasado en el exterior después de que Ji-Sub había tomado el poder, estaba aislado, sin contacto de nadie. Extrañaba a su alfa y todos los dias recordaba el rostro de sus pequeños gemelos, llorando desconsolado, sabía que no le hacía bien en su última semana de embarazo, pero el dolor no lo podía contener y se había quedado sin poder hablar por llorar de forma desgarradora, golpeando su pecho varias veces al sentirse culpable.

Sintiendose culpable al no haber sacado a sus cachorros a tiempo, de no haber escapado con su esposo. Si tan solo hubiera sido mas inteligente, ellos podrían vivir felices, todos juntos.

El omega escuchó que la puerta de aquel lugar se abrió, ingresando Sohee, la princesa mantenía una sonrisa en su rostro, soltó un largo suspiro para luego contemplar sus uñas, con total desinterés a la persona frente a él.

—Tío, mira del lado bueno...te he ayudado a bajar de peso. Además de eso, te dije que te quitaría lo que mas amabas—la princesa empezó a caminar de un lado a otro—. Mi padre ya es el Rey ahora de toda esta nación y tu...te quedaste sin nada—recalcó de último, se detuvo y miró al frente—. Si hubieras sido como mi tío Dong Wook y jurarle lealtad a mi padre, tal vez, tuvieras mas suerte y te hubiéramos solo exiliado como un don nadie, como un príncipe caído.

—¿Dónde está mi esposo...Kim Taehyung, e-está bien?—preguntó Yoongi mostrando sus caninos.

Sohee le hizo un gesto a un soldado, el cual abrió la puerta, total el omega estaba encadenado y no tenía movimiento que la hiciera sentir con miedo. La chica tomó una fusta con la que se le solía dar golpes a los caballos, se le acercó y le ofreció un fuerte golpe en el rostro.

—¡No es más tu esposo, no pronuncies su nombre con tu boca, es mio, mio!—gritaba aquella princesa, ofreciendo cada vez más golpes, en lo brazos, en el pecho y en la espalda. Yoongi protegió su vientre, siendo golpeado varias veces en la espalda, hasta que Sohee se cansó, viendo como la ropa que le habían dado en la cárcel, que era solo unos harapos, un pantalón y una camisa, se llenaba de sangre debido a que la piel del omega fue reventada.

—T-tú...podrás tener su cuerpo pero nunca su corazón ¡Kim Taehyung solo me ama y me amará a mí!

—¡Callate!—Sohee le dio otro golpe en el rostro con aquel instrumento.

Yoongi dejó caer unas lágrimas, la chica miró a su lado, tomó un pequeño cuchillo que el guardia tenía. Agarró el largo cabello rubio de su tío y lo empezó a cortar y a jalar. El omega solo trataba de contener sus lágrimas, Sohee le lastimó varias veces el cuero cabelludo hasta que lo dejó corto y desordenado.

—No eres nada sin ese cabello rubio de tu ramera madre ¿Eh?—sohee rió con amargura—, todos decían que estabas bendito por el sol...pero solo eres un extraño en estas tierras.

—¿Por qué...me odias tanto, sobrina?

—¿No es obvio?—interrogó ella mirando con total desprecio a su tío—, Me quitaste lo que me pertenecía desde un principio.

Min Yoongi empezó a sentir un dolor en el vientre, Sohee solo enarcó una ceja, se giró sobre sus talones y salió de aquel lugar muy molesta. Las puertas se cerraron, quedando de nuevo Min Yoongi en aquel desolado lugar. El omega sintió húmedo entre sus piernas, sus ojos se abrieron en par, negando asustado—No... no es hora, por favor, no—suplicó entre lágrimas y sintiendo la primera contracción. El omega respiró con profundidad, muy adolorido.

Ji-Sub se encontraba sentado en el trono, esperando a su esposa, la cual ese día había sido liberada de su encierro, la mujer al ver a su esposo, ofreció una gran sonrisa, pero su rostro se empezó a poner serio al ver un guardia vestido de negro y como al lado de aquel hombre que amaba, se encontraba aquella simple costurera la cual su esposo quiso como concubina.