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Min Yoongi alzó el rostro mientras se mantenían en la puerta de la entrada del palacio, todos se encontraban adentro de un carruaje, para ingresar. La puerta de aquel transporte se abrió, contemplando aquellos soldados a las hermosas bailarinas,que le ofrecieron una sonrisa coqueta y luego a los bailarines.

—¿A qué vienen?—preguntó aquel soldado de la puerta frunciendo el ceño.

El chofer se bajó y saludó al soldado con respeto.

—Buenas tardes, son los bailarines que fueron contratados para la fiesta de esta noche.

—Necesito que se bajen para revisar a cada uno—comentó aquel soldado mirando con sospecha, ya que no podía entrar cualquiera.

Seojoon que se encontraba vestido como si fuera un ayudante del chofer, se bajó y miró al soldado, un tanto preocupado que el permiso fuera denegado.

—¿Piensa revisar también a las mujeres?—interrogó aquel soldado frunciendo el ceño—, no creo que sea bien visto que toquen a las bailarinas.

—No, solo a los hombres.

Min Yoongi enarcó una ceja y les hizo un gesto a los demás soldados que se bajaron, el grupo de mujeres lo contemplaron, ya que sabía muy bien que un hombre tenía prohibido tocar y revisar a una mujer, por lo cual, había tomado la desición de vestirse como una, en su cabellera llevaba una peluca con trenzas enrolladas, un hanbok de mujer de un color rosado pálido y su rostro pintado, había cubierto la cicatriz con maquillaje y ayuda de aquellas mujeres.

Seojoon vio como aquel soldado revisó a los cinco jóvenes, mientras otro se encargaba de revisar las cajas.

—¿Y estas espadas?—interrogó uno tocando aquel objeto, notando que no tenían filo y eran de un material bastante débil.

—Solo son espadas de utilería para el baile—agregó Seojoon con suma tranquilidad.

Yoongi dirigió su mirada abajo de sus pies, ya que habían guardado las verdaderas armas debajo de los asientos, que eran unos cajones y encima se mantenían los asientos, pasó saliva con dificultad, rogando que no revisaran a profundidad todo aquel carruaje.

—¿Cuanto tiempo va a tomar esto?—prosiguió uno de los soldados, siendo Kai el que habló—necesitamos ingresar para prepararnos y practicar una vez más el baile.

—Revisaremos el interior.

Yoongi apretó los labios y miró a las mujeres, le hizo un gesto a una de ellas, la cual se empezó a quitar parte de las prendas de su traje hasta quedar con la falda y justo cuando la puerta se abrió para que el soldado de la puerta revisara el interior, ellas pegaron un grito, cubriendo a su compañera. El soldado se sonrojó y cerró la puerta, anonadado ante lo que acaba de acontecer.

—¿Qué sucede? revise rápido el interior—sugirió Seojoon con extrañeza.

—Creo que no será necesario. Dejen que pasen—ordenó el jefe de aquel lugar, los soldados afirmaron guardando todo y los bailarines se despidieron haciendo un gesto de respeto.

Ingresaron al carruaje y el chofer se subió para maniobrar de nuevo. Yoongi cuando sintió que ya iban ingresando, puso su mano sobre el pecho, sintiendo una presión fuerte, su corazón latiendo con fuerza y más rápido, movió la cortina que cubria la ventana y entonces los recuerdos familiares volvieron a su mente, viendo a las doncellas del palacio con sus característicos trajes de sirvientes, a los soldados que custodiaban, a los eunucos que iban de un lado a otro para hacer un mandado y sobre todo, mas lejos, a hermosas mujeres de la nobleza que de seguro se habían reunido a buena mañana para pasar allí la tarde y en la noche disfrutar de la fiesta que el Rey Ji-Sub daría.

Taegi||King omega.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora