Capítulo 7 Johan y Mariana

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Atrás habían quedado los momentos felices donde en compañía de sus padres disfrutaban de un simple paseo al parque o una salida al centro comercial a comprar videojuegos, golosinas o entrar a alguna función de cine.

Johan Vera nació y vivió hasta los trece años con sus padres, quienes a pesar de tener empleos demandantes se daban el tiempo para convivir con su hijo, hasta que un trágico accidente les arrebato la vida y con ello se instauró en el entonces adolescente una coraza alrededor de su corazón para evitar volver a sentir ese mismo dolor de perder a un ser amado.

Al quedarse solo y como único heredero de la pequeña fortuna de sus padres, Juan Carlos Garzón habló con él de hombre a hombre, el rubio recuerda a la perfección encontrarse en el despacho del jefe de su padre, se había quedado con ellos desde que se enteraron de la muerte de sus padres, él y Martha tenían un afecto para con el adolescente y sus padres por lo que lo acogieron de inmediato, sabían que estaba solo ya que no había tíos y los abuelos eran ya gente muy anciana.

-Johan, muchacho, yo sé que todo esto ha sido demasiado para ti, nadie debería quedarse solo a tan temprana edad y mucho menos tener que elegir qué hacer con su vida- Juan Carlos se acerca al chico- si tú lo deseas puedes quedarte a vivir con nosotros, Martha, las niñas y yo estaremos felices de volvernos tu nueva familia, podrás continuar con tus estudios y una vez los concluyas podrás incorporarte al corporativo ya sea como empleado o solo accionista, tal como tu padre lo fue.

- ¿y si no quiero quedarme con ustedes? -el chico alza la mirada conectando con la del hombre, si bien el quedarse con ellos era tentador debido a que sabía que encontraría un calor de hogar, no sabía si resistiría el saberse ajeno a esta familia o si llegaría a encariñarse de tal manera con ellos que el perderlos sería catastrófico para él, suficiente había sufrido al perder a sus padres como para volver a sentir el cariño de una familia y volver a perderla.

-En ese caso aquí hay una serie de internados en diversos países del mundo, podemos revisarlos y encontrar el lugar más adecuado para ti.

-Me parece bien señor Juan Carlos- dijo el chico seriamente- lo mejor será alejarme y continuar mis estudios en otro lugar, todo aquí me recuerda a mis padres y eso duele mucho-una lágrima se le escapa, pero rápidamente la limpia- y tal vez en un futuro, cuando ya no duela, pueda volver y acepte esa oferta de trabajo con usted.

Y así fue como un par de semanas después Juan Carlos y Johan viajaban a Inglaterra dejando al chico en uno de los internados de mayor prestigio donde por años recibió la mejor educación, pero que estuvo carente del amor de una familia lo que lo hizo crecer con resentimientos y con el paso del tiempo se dio cuenta de que las chicas se acercaban a él buscando algo más que una amistad, comenzó a salir con una y con otra encontrando en las relaciones sin compromiso un desahogo de los impulsos sexuales. Pero el demostrar superioridad al momento de conquistar chicas no era suficiente, necesitaba ser el mejor en todo para encarar a todos aquellos compañeros que lo habían molestado por ser huérfano, así fue como se volvió un atleta destacado en las competencias entre instituciones y al finalizar sus estudios logró graduarse con honores para así volver orgulloso a tomar posesión de ese empleo prometido en el consorcio Garzón.

Inteligencia y persistencia son cualidades que el joven presenta, cualidades que le han permitido llegar hasta el punto de haber contendido por la presidencia del consorcio que su padre tanto amaba y por el cual luchó hasta el final de sus días en compañía de su gran amigo Juan Carlos. Sin embargo, las heridas que las muertes de sus padres causaron nunca sanaron y el chico siempre tuvo en mente no volver amar ni formar una familia porque el dolor de la perdida sería algo que no soportaría.

Cuatro horas después de haber salido del consorcio se encontraba en su departamento colocando un ramo de flores al centro de la mesa que había montado a la perfección y donde se enfriaba una botella de vino espumoso. Se decidió por ordenar una charola de sushi pidiéndole al restaurante que llegara 7:30pm para que en el momento en el que Mary llegara pudieran cenar sin contratiempos, contaba con treinta minutos para darse un baño y vestirse cómodamente, aunque sin dejar de estar presentable para la cena.

Caprichos del corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora