Capítulo 11 Nunca caminarás sola

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-Vamos, yo confío en ti, puedes hacerlo- María José motiva a Daniela a que dé marcha en su automóvil, la noche anterior al llegar a la casa de los Calle la castaña indicó que se iría a dormir a casa de María José a lo cual su padre solo sonrió y se despidió de ella con un beso y un pórtate bien. Al llegar al departamento Ramón era el más feliz de ver a la castaña, tanto que terminó durmiendo con ellas en la cama de la pelinegra ya que no se quería separar ni un segundo de ambas chicas que solo reían con lo feliz que se veía el pequeño pug, el cual a la mañana siguiente fue el primero en despertar, pero como si supiera que el par de mujeres necesitaban descansar salió rumbo a la cocina a tomar agua y comer las croquetas que estaban en su plato gracias a que era un comedero automático, por supuesto que prefería una lata de pollo o carne pero se conformaría con las croquetas por el momento. Las horas de la mañana comenzaron a pasar y no fue hasta que la luz del sol comenzó a colarse por la ventana que las chicas comenzaron a despertar, habían dormido tranquilamente, pero al darse cuenta de la hora comenzaron a correr para llegar a tiempo a la cita con sus padres en la residencia Garzón y eso es lo que las tenía montadas en el auto de María José- Vamos Daniela que se nos hace más tarde ¿o prefieres que yo maneje?

-No, tu no debes manejar, recuerda que debes mantener en reposo tu brazo-inhala profundamente y exhala lentamente- está bien, allá voy- da marcha y sale del estacionamiento con rumbo a la casa de los Garzón, en un inicio estaba llena de temor y ansiedad, sin embargo, el tener a María José dándole ánimo le otorgó la seguridad que le había hecho falta en la concesionaria.

-Vaya, hasta que se dignan llegar- menciona Valentina al ver a su hermana y a Daniela llegando a su lado en el jardín de la casa- bueno al menos durmieron bien, se les bajaron las ojeras a ambas.

-No seas insoportable Valentina, pero la verdad es que, si dormimos bastante, por eso estamos retrasadas, una disculpa pa- saluda a su padre- ¿el tío Germán?

-Aquí vengo pequeña- entra el hombre con dos jarras de jugo de naranja- ¿Qué tal su noche?

-Deliciosa pa- responde Daniela- necesito una almohada con las dimensiones de Poché, la que compré estará del mismo largo, pero no se siente igual.

-Que ocurrencias las tuyas ratona, lo bueno es que a Majo no le importa darte posada ¿o sí?

-Descuida tío, que con el pretexto de mi brazo ella se encargó de todo lo relacionado con Ramón así que quedamos a mano.

-Vamos Poché, acepta que tu también duermes mejor conmigo a tu lado.

-Eso es algo que no voy a confirmar-hace una pausa en su hablar- ni tampoco voy a negar, eso es todo lo que van a obtener de mi parte.

-Bueno pues, entonces salud por la familia-Valentina alzaba su copa de mimosa que le había servido Germán, al tiempo en que Juanita se encargaba de servir las tostadas a la francesa, las tostadas de aguacate y salmón y montones de fruta picada.

La tarde pasaba amenamente para ambas familias, de repente los celulares de todos sonaron al unísono.

-Eso sí que es extraño- menciona Juan Carlos quien al mismo tiempo que Germán desbloquea su celular y observa un nuevo correo electrónico- bufete de abogados Jurídico Carbajal- lee en voz alta.

-Esos son los abogados de Mafe- comienza a leer el correo- al parecer mañana tenemos la lectura del testamento de mi difunta esposa.

- ¿Por qué estamos recibiendo un correo nosotros? - menciona Valentina al ver que tanto ella como Poché habían recibido el mismo mensaje que su padre.

-Lo más probable es que mi madre les haya dejado acciones de la casa de modas- menciona Daniela quien jugaba con Ramón alegremente.

-Eso es absurdo, lo lógico es que tú seas su heredera-menciona María José- tío Germán ¿tú sabes algo?

Caprichos del corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora