EXPRESSO AL PELIGRO

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El reloj marcaba las siete con cuarto de la mañana. El sol comenzaba a salir detrás de las montañas, Ned aún se encontraba profundamente dormido, con la boca abierta y babeando.

En cuánto había llegado a su habitación se derrumbó en la cama, sin importarle que tuviera la ropa de diario, ni que Moze aún no llegara. Simplemente se acostó y durmió como si no lo hubiera hecho en un año.

(No sabía que sus dos amigos se habían ido...)

De repente, algo le cayó en la frente, lo que ocasionó que Ned despertara. Vió hacia el techo y se dió cuenta que había una gotera.

Al levantarse para ir por un vaso de agua, escuchó un fuerte sonido, similar a un motor de auto que arranca.

-¿Qué fue eso?- dijo en voz alta. Su propia voz le sonó extraña, tal vez porque aún había algo que no deseaba reconocer.

Volteó a un lado, Moze no estaba ahí.

Ned se puso de pie, salió de su habitación y bajó a la sala. Martin no se encontraba en el sofá.

-¿Moze?- Exclamó Ned en voz alta. Nadie respondió a su llamado.

Cuando Jennifer no contestó, voceó de nuevo.

-¿Martin?- y de nuevo, nada.

Debían estar haciéndole la Ley del Hielo, seguramente Martin le dijo a Moze lo que había sucedido entre ellos la noche anterior.

<<Ahora actuarán como si no existiera>> pensó.

Después de ir al baño, y beber un vaso de agua, Ned se sentó en la mesa de la cocina. No había rastro de los chicos.
Eso comenzó a asustar a Ned.

Subió corriendo las escaleras, y revisó todas las habitaciones del segundo piso. No encontró nada.

Empezó a temblar, ¿Pudieron haberse ido sin decirle una palabra?

Afortunadamente, al dirigirse a la puerta principal para salir, encontró una Nota pegada en ella.
La arrancó y leyó lo que decía. Pudo reconocer la caligrafía de Moze.

"Ned:
Supe lo que le dijiste a Martin, y de verdad me decepcionas. Creí que eras más abierto, pero me di cuenta que tienes muchos prejuicios.
Pero no es solo por eso que decidí irme, sino también que necesito resolver el misterio de Cabeza de Coco para acabar con todo eso de una vez por todas. No sé dónde comenzar a buscar para hallar respuestas sobre lo que sucedió, Martin vendrá conmigo para ayudarme. Tal vez te llame en otro momento, pero no ahora. No te diré por cuánto tiempo estaré fuera, pero regresaré.

Te quiere, Moze"

Ned leyó la carta tres veces, con los ojos ligeramente llorosos. Lo único que pudo hacer en ese momento fue llorar, y llorar.

No supo cuanto tiempo estuvo ahí, sentado en el sofá, dejando que las lágrimas salieran. Una vez que estuvo seguro de no tener más lágrimas que llorar, se levantó y se dirigió a su cuarto.

El reloj que colgaba de la pared de la sala, comenzó a sonar, indicándole a Ned que eran las ocho de la mañana en punto.

Al llegar a su habitación, tomó su teléfono y rápidamente se vistió lo mejor que pudo, un pantalón holgado color azul y una camisa a botones.

<<¿Qué hago ahora?>> pensó mientras abotonaba su cuello.

Debía encontrar a Moze, pero no sabía en dónde buscar.
Al ver por la ventana de su habitación, se percató de algo. Su auto no estaba en la acera.

DESPUÉS DE LA ESCUELA: EL MANUAL DE NED Donde viven las historias. Descúbrelo ahora