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Marine Stilinski
Había salido temprano de trabajar y decidí ir a sorprender a mí candente (literalmente) esposo e ir hacia la estación de policía.
- Hola, traje donas. - dije entrando a la oficina de mi padre donde también se encontraba mi hermano. - No sabía que estabas en la ciudad pequeño. - dije saludándolo con un abrazo.
- Llegue hace unas horas - se acercó a abrazarme - Te extrañé Mar - beso mi frente. -
- Yo también hermanito.
- Y si me disculpas, me llevaré esto - refiriéndose a las donas - Este abuelo no puedo consumir un gramo de azúcar más.
- Hey, solo engorde 3 kilos. - reclamo mi padre.
- Si solo 3 kilos en lo que va de la semana, qué tal si hablamos de todo el mes.
Ambos comenzaron a pelear y yo solo pude reír, amaba a mi familia.
- Ya basta, me llevaré las donas e iré a ver a Jordan.
- Hey déjame una. - hablo mi padre.
- No, claro que no. - Stiles me dio la caja de donas - Saluda al imbécil que tienes como esposo.
Rodé los ojos y me dirigí a donde de Jordan quien estaba hablando por teléfono, bastante sonriente.
- Hablamos luego ¿Si? - dijo antes de colgar.
- ¿Hola?
- Hola preciosa ¿Que haces por acá? - me saludo sonriente.
- Viene a verte, salí temprano del trabajo y quería sorprenderte. - sonreí .
- Me encanta esta sorpresa. - me besó.
- ¿Con quién hablabas? Estabas bastante sonriente.
- ¿Celosa? - dijo con una de esas sonrisas perfectas que tiene.
- Claro que no, solo que, no lo sé, fue raro.
- ¿Raro? - rió - Estaba hablando con Lydia.
- mmm... ¿De que? Digo si es que puedo saber.
- Nos invito a cenar, se supone que Stiles debía decírmelo pero ya sabes cómo es él, suele olvidarse de las cosas importantes.
- Acabo de ver a Stiles y no me ha dicho nada de ninguna cena.
- Ya te dije nena, Lydia me lo dijo porque Stiles suele olvidarse de algunas cosas.
- mhm...
¿En serio estás celosa? Es la esposa de tu hermano.
- Si con la cual tenías sueños bastante raros - exclamé y el me miró un poco más serio. - no me juzgues, tengo derecho a sentir celos.
- No debes de estarlo solo te amo a ti, por eso te pedí que seas mi esposa. - tomo mi mano y dejó un beso en mi anillo de casada.
- Yo también te amo. - le sonreí para después besarlo.
Tomó mi cintura y me besó. Mis manos se colocaron alrededor se su cuello acariciando su cabello, el me cargó y me coloco sobre el escritorio que había en su oficina, mis manos bajaban por su pecho llegando hasta su cinturón, por su parte, el acariciaba mi cintura y bajaba sus manos hasta la curva de mis caderas.
- No podemos hacer esto acá - dije un poco agitada.
- ¿Por qué no? - dijo mientras besaba mi cuello.
- Porque estamos en tu trabajo, donde por cierto también trabaja mi padre.
- No importa, te quiero ahora. - sus ojos se pusieron de un tono anaranjado, esto no iba a terminar bien si no paraba ahora.
- Jordan...- gemi cuando sentí sus dedos dentro de mi ropa interior, no tenía ni idea de como había llegado tan rápido a esa zona.
- Eso preciosa, gime mi nombre.
Mierda, esto definitivamente me iba a terminar nada bien, en el momento en donde Parrish comenzaba a desabotonar mi blusa y bajaba sus caricias hasta mis pechos aún cubiertos con mi brasier.
- Jordan no es correcto hacerlo acá. - dije como pude, el parecía no hacerme caso porque no paraba de repartir besos por mi cuello.
- mhm....
- A la mierda. - ahora fui yo la que comenzó a dejar besos por su cuello y a desabotonar su camisa. - Espero que no hallan cámaras por acá.
- No las hay preciosa.
Baje mis manos hasta su cinturón y comencé a sacarlo.
- Alguien está bastante alegre - dije mientras acariciaba el bulto bastante pronunciado de sus pantalones.
- Mierda que asco. - la puerta se abrió haciendonos saltar del susto.
Nos vimos interrumpidos por mi hermano quién estaba tapándose los ojos con una de sus manos y fingiendo arcadas.
- ¿Por que no tocas la puerta? - pregunto Jordan mientras se acomodaba sus prendas.
- Perdón por pensar que estarían haciendo cualquier cosa menos esto, Dios que asco.
- Ya puedes sacarte la mano de los ojos - le grité, ya me habia arreglado mi blusa y cabello.
- Tienes suerte de que este yo acá y no papá.
- ¿Que deseas Stiles? - pregunté harta.
- Vine a avisarles que hay una cena en mi casa hoy, pero creo que ya se me quitó el apetito.
- ahí estaremos.
En cuanto mi hermano se fue Jordan y yo no pudimos evitar reír por el incidente.
- Te dije que no era buena idea - golpee su pecho en broma.
- Lo se, lo sé, acepto la culpa. - alzó sus manos en símbolo de rendición.
- Vamos a cenar, no hay que hacer esperar a mí cuñada.
Salimos de la mano y fuimos camino a la casa de mi hermano y Lydia, sin dudas había sido un momento bastante incómodo pero muy gracioso a la vez.
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Gracias x leer, seguiré mejorando, lo prometo. Besitos💋
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