│• Misión - MortalCandor •│Parte 1

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Tienen una de las canciones arriba, pero de todas formas encontrarán los nombres durante la lectura.
●• Disfrútenlo con calma y
no se apuren •●
Comenten mucho y nos leeremos pronto.

●• Disfrútenlo con calma y no se apuren •●Comenten mucho y nos leeremos pronto

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Hans Cass.

Era claro que no se iba a dejar llevar con palabras pretenciosas y gestos inocentes. Ya no había rastro de convicción ligera como la Agnes de antes, así que luego de acariciarle el rostro, ella dio un paso atrás borrando su sonrisa y levantó el muro helado que yacía entre ella y nosotros dos.

Y yo no hice más nada a pesar de saber que estas pequeñas situaciones tendría pequeñas debilidades en el ese muro intermitente de orgullo... principalmente por mantener mi palabra de alguna u otra forma.

El viaje llegó a su fin esa misma madrugada, en el mismo silencio y con la misma tensión.

— Todo está listo, Señor — dijo mi subcomandante subiendo a la rampa del Mark Alpha.

— Encárguense del resto y nos vemos mañana.

— Como usted ordene, Director.

Escuché el aullido del viento y el desplazamiento de la arena en la oscuridad del desierto y decidí que era momento de partir, no faltaba más de dos horas para que el día comenzase a aclararse y no había mejor oportunidad que trasladarse en la madrugada.

Miré hacia atrás para reparar en Agnes que se hallaba de brazos cruzados a lado de su auto, cambiada de civil en un vestido corto de color beige que se adhería a su curvilínea y carnosa figura junto a unos tacones plateados y transparentes al mismo tiempo; su cabello seguía del mismo color, pero la diferencia es que llevaba unos flecos para reducir su apariencia, además de unos lentes oscuros en su cabello, para ocultar el lila de sus ojos si fuera necesario.

Presencié emociones conocidas al verla tan hermosa.

Se veía sexy sin llegar a la vulgaridad y elegante. Preciosa en cada sentido posible, mostrándose casual cuando todo en ella llamaba la atención.

Nos montamos nuestros respectivos superdeportivos y cruzamos el desierto a toda velocidad.

El día se empezó a aclarar muy lentamente cuando entramos al barrio cerrado residencial que había ordenado preparar.

Cuando llegamos a la última casa del mismo, alejada de las demás residencias, los agentes ya estaban equipando el garaje para la misión... cuando una presencia inesperada interrumpió nuestra tranquilidad sistemática.

Los agentes se escondieron con rapidez y agilidad en el garaje del subsuelo, ocultándose a tiempo de la mujer elegante de mediana edad que apareció.

William se puso frente Agnes mientras ella se colocaba las gafas de sol de inmediato.

— Buenos días — su inglés se vio pesado en aquellas dos palabras — Avisaron recientemente que tendríamos vecinos nuevos. Bienvenidos.

El carisma en sus gestos fue impulsado por un leve coqueteo a lo que respondí acercándome a estrechar su mano con naturalidad y una forzada simpatía natural.

T U Y O S (Míos #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora