│• Motivos y Acciones Silencias • │

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●•Me olvidé no les dije ayer que estos capítulos eran para divertirnos y ya después no centramos en el regreso así que tómenlo con diversión•●

La canción es lo suficientemente larga para acompañar la lectura🎶

La canción es lo suficientemente larga para acompañar la lectura🎶

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Agnes Ivanova; Agente Phoenix 007

— Esto se ve prometedor — Logan se burló intercalando entre la mesa de ellos y yo, que iba llegando a la nuestra.

— Y tú te ves apeteciblemente golpeado — tomé su oreja y lo estiré, reprendiéndole por su elección.

— ¿Qué te puedo decir? No le temo a nada.

— Y si nos ponemos todos contra ti, idiota — a Johann tampoco le pareció su elección.

Logan solo rodó los ojos y luego alzó a Herbert en la silla, para acercarle su plato con los cubiertos y darle paso a su comida. Me senté a lado de mi hijo sin necesidad de ayudarlo, mientras revisaba algunas notificaciones del móvil.

Sonreí cuando encontré un mensaje de Darren.

— Envíaselo — sentí a Brant desde atrás, agachado susurrándome al oído — pero conmigo.

— Nadie te ha dado el permiso de venir a leer mis mensajes. Largo.

— Qué patético es, no puede andar pidiéndote fotos de esa manera. Dios, que asco.

— ¡Ese no es tu problema! — lo empujé cuando Logan, Evan y Johann se burlaron de Darren — Además no entiendes nuestro lenguaje — le sonreí satisfecha.

Tomó mi móvil rápidamente y con reflejos, sabiendo de sus intenciones, estiré de su brazo con fuera recuperando mi teléfono antes de que terminara en la alberca. Lo empujé mirándolo para que se comportara.

— Primera y última vez, Schulz — le avisé y Herbert sonrió.

— Oye Agnes ¿Qué pedimos? — escuche a Logan. Un mozo a su lado esperaba la orden.

— Una Piña Colada para mí, bastará — hicieron sus órdenes sin mucho criterio y el chico se retiró hacia las barras.

Platiqué un momento con Herbert, tratando de no enfocarme en el problema de este lugar. Evitaba al máximo prestarle atención a otra cosa que no fuera demasiado importante, de hecho, me importaba muy poco las dos chicas sentadas a unos metros de mí, que luego de echarle uno o dos ojeadas, las descubrí mirándome y una de ellas, la pelirroja, haciéndolo de manera fastidiada.

Lo cual me pareció demasiado infantil cuando no he accionado contra ellas.

Sin embargo, el descaro de hacerlo todo el tiempo y sin disimular, comenzaba a molestar.

Estaba claro que podría representar una amenaza, no las juzgaba por eso -sin ser arrogante, claro está- pero yo no me he acercado a ninguno de los hombres a lado de ellas; llegará el momento en que sea inevitable que hable con ambos y ellas no podrán intervenir, y también que si yo hubiera querido lo habría hecho ya, ellos estuvieran o no enojados conmigo.

T U Y O S (Míos #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora