El gran paso presiona en acercarse y los recuerdos emergen en el punto fuerte de la mente como un cofre.
Cuando todo da paso al inicio de una nueva era, algo aparece derrumbando todo lo que una vez fue, los problemas se arrastran en su surgimiento...
●•Lean la nota al final, porfa•● (Este capítulo tiene un poco de la locura de Cynthia al final, así que léanlo con calma)
Acompáñenlo con la canción🎶
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Harper Daniels.
Dejé a un lado los documentos y descansé mi espalda en el asiento cruzando mis piernas para observar el maravilloso panorama natural que me dada el ventanal del decimoquinto piso del edificio central.
Me levanté, tomé mi móvil y fui en busca de Grace.
La cantidad de gente que había en la Central, la manera en que se movilizaban y el barullo de los murmullos a veces era desesperante si estabas en un cuadro de estrés como ninguno.
La reapertura del ISO, desde que se fundó, está literalmente a un paso y eso implica muchísimo trabajo.
Salí del edificio central en medio del gentío y algo llamó mi atención abruptamente.
Hans y William se hallaban en el patio delantero hacia la zona Este cerca de la demarcación aérea A. De un Dernsjet bajaron alrededor de seis agentes que por la lejanía no puede identificar por qué serían tan importante para que el dúo dinámico fuera a recibirlos, hasta que lo noté...
«Christopher»
Sentí que mis pasos se ralentizaban, que mi pulso golpeaba más fuerte y que mis oídos zumbaban.
Sin detenerme y despegar mi mirada de esa dirección, sus ojos, a pesar de no poder asegurarlo, sentí que me estaban viendo, que me habían notado, que me observaba detalladamente. Pero fue confirmado cuando Andrew a lo lejos soltó su equipaje y corrió hacia mi dirección entre tantos agentes, obligándome a quedarme porque ya lo había visto.
Llegó a hasta mí y automáticamente sonreí cuando me tomó de la cintura y me levantó dándome un abrazo con todas sus fuerzas.
— Mi rubia hermosa — rodeé su cuello hundiendo mi rostro en el suyo cuando sus brazos fuertes y cargados de músculos me apretaron a él — No sabes cuánto te extrañé.
No fui capaz de emitir nada de tan conmocionada que me sentía, solo me quedé en silencio disfrutando de mi mejor amigo que me había abandonados hace dos años. Sin una llamada, sin una visita. Nada. Pasé mi mano por su cabello y sonreí cuando dejó un beso en mi sien.
— ¿Qué? ¿No piensas ni siquiera pegarle a tu amigo de bromas, travesuras y aventuras? — acarició mi rostro con el mayor cariño que jamás había visto.
— Andrew — volví a abrazarlo para que con ese gesto se diera cuenta que toda la emoción que estaba sintiendo su pecho, también lo sentía yo.
Que lo había extrañado.
— ¿Cómo está mi güerita hermosa? — habló en nuestro idioma natal — Yo lo único que puedo ver es que estás más bella que antes.
