El gran paso presiona en acercarse y los recuerdos emergen en el punto fuerte de la mente como un cofre.
Cuando todo da paso al inicio de una nueva era, algo aparece derrumbando todo lo que una vez fue, los problemas se arrastran en su surgimiento...
●•Surprise•● (Tengo dos canciones esta vez para ustedes - [Remember The Name, Fort Minor] y [Katty Perry, E.T. feat. Kanye West])
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Agnes Ivanova.
Estar mirando el techo de mi habitación a las tres y media de la mañana, no era específicamente productivo, sin embargo, a mi sistema parecía restarle importancia el que no descansara mi mente desde hace dos horas.
Sentí que algo se subió encima mío sacándome de mi concentrada acción ineficaz y miré hacia abajo a Herbert, que se acomodaba sin ningún pudor sobre mis senos, buscando comodidad. Pasé mi mano por suave cabello rubio, dejando un beso en su cabeza.
— Estás de vacaciones y te despiertas temprano, mi amor — lo descubrí.
— No tengo sueño... al igual que tú — murmuró con los ojos cerrados.
— Okay. Falta quince minutos ¿Quieres hablar de algo conmigo antes de levantarnos?
— Estoy bien... no te preocupes por mí ¿Tú lo estás? Te noto decaída — sonreí tenuemente — No me gusta que pienses mucho, mamá. Recuerda que eso a veces te hace mal.
— No pasa nada, cariño. Lo prometo — metí mi mano por debajo de su pijama y acaricié su espalda con mis uñas — Herbert — abrió los ojos — Tus exámenes generales se acercan ¿Lo recuerdas, cierto? — suspiró volviendo a cerrar sus ojitos, asintiendo.
Después de los quince minutos de silencio en que creí que se había dormido, nos levantamos juntos para el entrenamiento. Estaba un poco inquieta por el nuevo lugar, las personas, pero nada que no pudiera sobrellevar. Él se fue a su cuarto que estaba a lado del mío a bañarse, y yo hice lo mismo.
Para las cuatro menos cinco, nos hallábamos en el ascensor, yo con el traje respectivo de entrenamiento que era una básica negra de tiras anchas con el logo del ISO en el pecho derecho, un pantalón táctico del mismo color y unas botas hasta más arriba de los tobillos que me quedaban bien, a decir verdad, mientras Herbert iba con un short de gimnasio, una camiseta y unos calzados deportivos.
Los dos completamente de negros.
Como sabía que entrenaríamos hasta el amanecer, llevaba conmigo mi termito rosa, unas gafas de sol y mis armas correspondientes en el estuche del pantalón.
Fue ahí cuando me di cuenta que él no había traído su botella de agua. Omití decirle algo y esperar que hacer después.
Llegamos afuera y nos encontramos a los chicos, junto a nuestro mentor.
— Llega tarde, Agente Phoenix — Miré mi reloj hallando las cuatro y uno. Por un minuto.
— El ascensor tardó demás, mentor. Voy a prevenirlo la próxima — miré a Herbert y le guiñé un ojo.
Brant y Johann se ubicaron uno a lado del otro y, Logan y Evan detrás de ellos en la misma posición. Me coloqué frente a los dos primeros en medio para guiar la fila y dejé que Noah se encargara de Herbert, porque cuando entrenábamos o él estaba presente, yo perdía patria potestad de mi hijo.
